Todos los países quieren progresar económicamente, pero debido a la contaminación de nuestro planeta, ahora deben hacerlo de manera más respetuosa, lo cual se ha vuelto un desafío muy complicado, pero ahora Europa lo está logrado diciendo adiós al zumo de dinosaurio.
La meta de la transición energética
No podemos negar que la contaminación de nuestro planeta es cada vez más evidente y a esto se le suma, la necesidad de producir más energía, ya que nos hemos vuelto cada vez más dependientes de la electricidad, pero ¿Cómo generar energía sin contaminar aún más?
La respuesta es con las energías renovables, por eso, la mayoría de los países se han propuesto la meta de transicionar a ellas y dejar de lado a los combustibles fósiles, también apodados como “zumo de dinosaurio” y han descubierto que se puede crecer económicamente, sin dañar nuestro planeta.
De hecho, un reciente estudio de la Agencia Internacional de Energía (AIE) ha revelado que la producción y comercialización de energías renovables se ha convertido en uno de los principales motores de la economía global.
Un giro en la economía y la historia energética
Sucede que la inversión y la adopción de estas tecnologías han sido tan impactantes que el sector de las energías limpias fue responsable de casi el 10% del crecimiento del PIB mundial y en Europa, la cifra es aún más notable, alcanzando más del 30% del crecimiento de su economía.
De acuerdo con el estudio, el sector de las renovables añadió unos 320 mil millones de dólares a la economía global en 2023, considerando la fabricación de nuevas tecnologías, la implementación de la capacidad de energía limpia y la comercialización de equipos «verdes» como los coches eléctricos.
En los Estados Unidos, el país que experimenta con fotones, las energías renovables fueron responsables del 6% del crecimiento económico, mientras que en la India representaron cerca del 5%, pero los casos más notables fueron China, donde el sector representó la quinta parte del crecimiento del PIB.
La Unión Europea registró el porcentaje alcanzando más del 30% del crecimiento de su economía, gracias a sus metas climáticas, que permitieron que las inversiones se duplicaran en un solo año, especialmente en la producción de baterías.
El adiós al zumo de dinosaurio
Las energías renovables se han convertido en la fuente de electricidad que más rápido está creciendo en la historia, por ejemplo, el año pasado, de toda la nueva capacidad eléctrica que se agregó al mundo, el 92.5% vino de energías limpias.
La inversión global en energía limpia superó por primera vez los 2 billones de dólares en 2024, pues al parecer, el mundo se está dando cuenta que estos proyectos resultan más baratos que los de carbón o gas y son mucho más rápidos de construir.
Gracias a esto, la transición energética está creando más empleos, de hecho, el año pasado, los trabajos en el sector renovable superaron por tercer año consecutivo a los empleos en el sector de los combustibles fósiles.
Sin embargo, a pesar de los grandes avances aún no podemos dar el adiós al zumo de dinosaurio, pues aunque las energías limpias están superando a las fósiles en crecimiento, estas últimas todavía representan alrededor del 80% del suministro de energía total del mundo.
Esto demuestra que, si bien la transición está en marcha, todavía quedan desafíos, sobre todo porque la expansión de las energías limpias está concentrada en solo unas pocas regiones, como China y la OCDE, mientras otros países se siguen quedando atrás.
Sin duda el avance es enorme es enorme, especialmente en la Unión Europea, donde los países se acercan cada vez más a la meta de la transición energética y están creando paneles cada vez más potentes, por supuesto que aún queda mucho por hacer, pero considerando los avances quizá en un futuro estos países podrán decir adiós al zumo de dinosaurio.