“Un grupo de voluntarios de Greenpeace y ANSE decidió dejar en la puerta de la Consejería de Fomento de Murcia, un “recuerdo” del Mar Menor: un montón de escombros del Puerto Mayor, declarado ilegal hace muchos años. Reclaman que se comience YA, el desmantelamiento de las obras y la recuperación de la zona”.
La historia se repite
Lo primero que se hizo fue cerrar al público una playa de dunas, que aun hoy sigue vallada. La idea era construir 950 puntos de amarre en el Mar Menor, al lado de donde hoy se halla el Puente del Estacio, para dar cabida a más embarcaciones.
Pero eso no era todo, la idea de Tomás Maestre, el promotor de esta “genialidad” que data de 1969, era que también se edificaran unas 2000 viviendas turísticas, hoteles, zonas comerciales, una pista de aterrizaje y los que no debe faltar en la zona más árida de Europa: un enorme campo de golf.
Imagen gentileza “La Verdad”
Y esto sería posible gracias a una determinación tomada en épocas de Franco, cuando Arias Navarro presidia el Consejo de Ministros que gobernaba España y que fue el organismo que autorizó la construcción del puerto deportivo (en tierras “ganadas al Mar Menor”).
Maestre necesitaba financiación y al no obtenerla del estado, puesto que en democracia las tornas habían cambiado, siguió buscando fondos y en 1989 una empresa pública china se avino a invertir en el proyecto, pero se hallaron con que éste se había dado por caduco, desde el gobierno regional.
Finalmente, provisto de fondos comenzó la edificación del Puerto Mayor, pero en 2002 cuando las obras ya estaban avanzadas, el tribunal Supremo dictó una sentencia en la que se explicitaba que el complejo nunca seria habilitado, porque incumplía la Ley de Costas, puesto que ocuparía 700 metros de playas, hasta entonces vírgenes.
Imbuido de la fiebre del pelotazo inmobiliario, Maestre siguió adelante, construyendo una monstruosidad que ya era legalmente ilegal, hasta que en 2005 Greenpeace y la asociación naturista ANSE hicieron un simbólico “desembarco” en el Puerto Mayor y consiguieron la suspensión definitiva de las obras.
12 años después
Pasaron los años y el asunto del Puerto Mayor pasó por las manos de varias autoridades, que lo trataron como a una “patata caliente”, nadie se hacía cargo de buscarle una solución y seguían dándole largas al asunto, hasta que en 2016 se dijo formalmente desde el gobierno Regional de Murcia que “renunciaban al Puerto Mayor”.
En definitiva, al día de hoy en La Manga hay una serie de construcciones que siguen en pie, donde debería existir un sitio natural, pero ninguna autoridad se preocupa de comenzar a desmantelar el tristemente célebre Puerto Mayor y recuperar la zona.
Por esta razón los voluntarios de Greenpeace y de ANSE decidieron recoger escombros y oxidadas vallas y llevárselas al organismo regional responsable de la recuperación del área afectada: la Consejería de Fomento de Murcia, cuya sede está en la ciudad homóloga capital de la Región.
Si intención es que quienes deben tomar las decisiones adecuadas tuvieran más cerca un “recuerdo” patente de la construcción ilegal que aún pervive en el Mar Menor, un sitio paradisíaco que en la actualidad padece de hiper-urbanismo, pérdida del hábitat de su biodiversidad y un índice de contaminación tan alto, que no ha permitido la habilitación de ninguna de las playas Mar Menor.