Piden a IU y al Ayuntamiento de Trebujena, que desestimen definitivamente este proyecto urbanístico y que se impulse la regeneración de las marismas desecadas para incorporarlas al Espacio Protegido de Doñana.
El alcalde de Trebujena, en declaraciones realizadas a Diario de Cádiz, persiste en su apoyo a la macro urbanización en las marismas del Guadalquivir. En sus declaraciones, el alcalde trebujenero incurre en numerosos errores y omisiones.
No es cierto que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Trebujena se aprobara “con todos los informes que son preceptivos, incluidos los ambientales”.
El PGOU carece de la preceptiva Evaluación Ambiental Estratégica (EAE), que no es un mero trámite, sino un procedimiento de tramitación de planes de obligado cumplimiento en toda la Unión Europea desde 2006.
La EAE tiene como objetivo evitar la discrecionalidad en el planeamiento urbanístico, obligando a un proceso de participación social al inicio de su redacción para detectar las necesidades de la población, justificar las propuestas, y analizar las alternativas de ubicación. Nada de esto se ha hecho en el PGOU de Trebujena, aprobado en 2007 cuando ya era obligatoria la EAE.
Y el alcalde tiene pleno conocimiento de esta grave deficiencia, que es causa de nulidad, pues se le supone que conoce la legislación y, además, se le ha expuesto detallada y documentadamente en las alegaciones presentadas por Ecologistas en Acción y la Plataforma Ciudadana Contra el Macroproyecto en las Marismas de Trebujena. Por carecer de EAE han sido anulados los PGOUs de Marbella y El Puerto de Santa María, o planes parciales como el de Valdevaqueros en Tarifa.
Esta recalificación fue –y sigue siendo- totalmente ilegal, ya que incumplen claramente los límites del crecimiento del Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA), y por estar el 100% de la urbanización prevista en terrenos inundables, lo que prohíbe taxativamente las legislaciones de aguas, urbanística y de prevención de inundaciones.
Jorge D. Rodríguez, alcalde de Trebujena, también sabe que las determinaciones del Plan de Ordenación del Territorio (POT) de la Costa Noroeste -que fue aprobado en 2011 y permite la construcción de 300 viviendas en la macrourbanización-, no es de aplicación directa, porque tiene que someterse a la misma EAE, justificando la necesidad de este complejo urbanístico y su no afección al medio ambiente. Tampoco se hizo.
Las áreas de oportunidad también tienen que justificarse, no basta la mera voluntad política, como ha quedado claro en la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que anuló la inclusión directa y sin justificación de las mismas en los municipios de La Janda, en base a un recurso interpuesto por Ecologistas en Acción.
El Ayuntamiento de Trebujena no tiene ninguna obligación ni de desarrollar este proyecto, ni de modificarlo para incluir 300 viviendas.
Al alcalde se le olvida la verdadera causa de este empecinamiento en desarrollar esta macrourbanización, y son los compromisos políticos y financieros con sus promotores. Hay que recordar que la inclusión de este proyecto turístico-urbanístico en el PGOU de Trebujena se hizo en base a un convenio que firmó en 2003 el entonces alcalde, Manuel Cárdenas, con la sociedad ZANONA S.A., del conocido promotor urbanístico Bernard Devos, por el que se comprometía a recalificar unas fincas sobre las que dicha sociedad tenía una opción de compra.
ZANONA S.A. se comprometía a abonar al Ayuntamiento un total de 5.598.427 €. Hasta la fecha ha abonado 1.800.000 €. Ésa es la única explicación a tanto interés porque se construya esta macrourbanización; no son los “derechos históricos” de Trebujena sobre la marisma, sino los intereses especulativos de una empresa y los financieros del Ayuntamiento.
El alcalde pretende circunscribir el debate público a la inclusión o no de viviendas en este complejo urbanístico, pero no lo conseguirá. Lo que importantes sectores de la sociedad trebujenera y las principales organizaciones ecologistas del país están planteando es la anulación de todo el proyecto y la regeneración de las marismas.
Jorge D. Rodríguez viene pregonando que el proyecto es irreversible. En el último Pleno municipal llegó a asegurar que el urbanismo es “inamovible”, que lo que se aprueba no tiene marcha atrás.
Sorprende tanto desconocimiento del urbanismo, pues los proyectos tienen un plazo de ejecución en el PGOU, transcurrido los cuales se pueden desclasificar los suelos sin ningún derecho de indemnización. Y el alcalde lo sabe, entre otras cosas, porque Ecologistas en Acción le ha facilitado abundante jurisprudencia del Tribunal Supremo al respecto.
Al alcalde habría que recordarle que la ordenación del territorio y el urbanismo no lo pueden decidir los promotores, por muchos convenios que se firmen y cantidades que abonen a los ayuntamientos. Este urbanismo a la carta, tan en boga en plena expansión de la burbuja inmobiliaria, nos llevó al desastre de la crisis.
Lo que necesita Trebujena es un nuevo PGOU, ordenando el territorio con fundamentos actuales y sostenibles, no con los de 2003, que diseñó un PGOU en base a un modelo expansivo e insostenible desde los puntos de vista social y ambiental, tan combatido por IU en otros municipios.
Fuente: Ecologistas en Acción