El 5 de diciembre se celebra el Día Mundial del Suelo, una fecha proclamada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) con el propósito de concienciar a la humanidad sobre la importancia vital del suelo para la vida en el planeta.
Aunque a menudo pasa desapercibido bajo nuestros pies, el suelo es uno de los recursos naturales más valiosos y frágiles que existen. En él se sustentan los ecosistemas, se produce la mayor parte de los alimentos que consumimos y se almacena una enorme cantidad de biodiversidad y carbono.
Según la FAO, más del 33 % de los suelos del mundo están degradados debido a actividades humanas
Su cuidado no es solo una cuestión ambiental, sino también social, económica y de salud pública.
Por qué el Día Mundial del Suelo 2025 marca un punto de inflexión global
El lema que acompaña cada año esta celebración suele cambiar para resaltar un aspecto distinto del suelo: su fertilidad, su salinidad, su biodiversidad, su erosión o su relación con el cambio climático. Sin embargo, todos estos enfoques comparten un mensaje común: los suelos están bajo amenaza.
Según la FAO, más del 33 % de los suelos del mundo están degradados debido a actividades humanas como la deforestación, las prácticas agrícolas insostenibles, la sobreexplotación, el uso excesivo de agroquímicos y la contaminación. Esta degradación reduce la capacidad del suelo para cumplir funciones esenciales como filtrar el agua, almacenar nutrientes y sostener la vida vegetal.
El Día Mundial del Suelo busca promover prácticas que permitan revertir o prevenir estos daños. Entre ellas se encuentran la agricultura regenerativa, la rotación de cultivos, el uso responsable de fertilizantes, la protección de la cubierta vegetal y la reducción de la erosión mediante técnicas como terrazas, barreras vivas y labranza mínima.
También se destaca la importancia del compostaje, una práctica accesible que devuelve materia orgánica al suelo y mejora su estructura, su capacidad de retención de agua y su fertilidad.
Además del enfoque agrícola, esta fecha también pone de relieve el papel del suelo en la mitigación del cambio climático. Los suelos sanos actúan como enormes reservorios de carbono, ayudando a estabilizar el clima global.
Sin embargo, cuando se degradan o se alteran, ese carbono es liberado a la atmósfera, contribuyendo al calentamiento global. Cuidar los suelos significa, por tanto, cuidar también nuestra atmósfera y nuestro futuro climático.
El suelo como aliado contra el cambio climático
El suelo tiene una profunda relación con el bienestar humano. De él dependen la seguridad alimentaria, la disponibilidad de agua potable y la salud de los ecosistemas que proporcionan servicios esenciales a las comunidades.
En este sentido, el Día Mundial del Suelo invita a gobiernos, agricultores, educadores y ciudadanos a trabajar conjuntamente para proteger este recurso. Las acciones individuales —como evitar el desperdicio de alimentos, apoyar la producción sostenible o aprender sobre la biodiversidad del suelo— también contribuyen a un cambio significativo.
El suelo tiene una profunda relación con el bienestar humano. De él dependen la seguridad alimentaria, la disponibilidad de agua potable y la salud de los ecosistemas
En definitiva, el 5 de diciembre nos recuerda que el suelo no es un recurso infinito y que su conservación es fundamental para garantizar un planeta saludable y productivo. Celebrar el Día Mundial del Suelo es reconocer su valor y asumir la responsabilidad de protegerlo para las generaciones presentes y futuras. Seguir leyendo enECOticias.com













