España debe liderar una moratoria de la minería submarina. La comunidad científica internacional se une a la firme oposición de esta industria extractiva debido a que se desconoce la magnitud de los impactos que podría causar sobre los fondos marinos y el medio ambiente.
Delegaciones de gobiernos de todo el mundo se reunen actualmente en la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, en sus siglas en inglés) en Kingston, Jamaica, para debatir si esta industria tan destructiva podría obtener o no luz verde este año).
Greenpeace trabaja para detener la minería submarina en un momento clave de las negociaciones, con varios países cuestionando la neutralidad del jefe de la ISA en el debate sobre la minería de aguas profundas y Finlandia y Vanuatu uniéndose a la petición de una pausa preventiva.
Mientras tanto, la empresa de minería submarina UK Seabed Resources está utilizando la expedición del buque de investigación James Cook -financiada con dinero público del Reino Unido- para dar nuevos pasos hacia el inicio de las pruebas mineras incluso antes de que las negociaciones hayan concluido.
Lento avance de las negociaciones
Ante el lento avance de las negociaciones, activistas de Greenpeace Internacional se han enfretado en una acción directa no violenta al buque de investigación británico James Cook en el Pacífico Oriental cuando regresaba de una expedición de siete semanas a una zona del Océano Pacífico destinada a la minería submarina. Un activista escaló el costado del buque en marcha para desplegar una pancarta en la que se leía «Say No to Deep Sea Mining” (“Di no a la minería submarina”), mientras dos activistas indígenas maoríes nadaban frente al buque de investigación James Cook, uno con la bandera maorí y el otro con una pancarta en la que se leía «Don’t mine the Moana» (No minéis los fondos marinos). (3)
«Mientras se agudizan las tensiones políticas sobre si permitir o no el inicio de la minería submarina, los intereses comerciales siguen adelante en el mar como si se tratara de un hecho consumado. Como si enviar un barco para permitir una mayor destrucción de nuestros ecosistemas no fuera suficientemente ofensivo, enviar uno con el nombre del colonizador más notorio del Pacífico es un insulto cruel.
Durante mucho tiempo, los pueblos del Pacífico han sido excluidos de las decisiones que afectan a nuestros territorios y aguas. Si los gobiernos no impiden que se ponga en marcha esta industria, se repetirán los días más oscuros de la historia. Rechazamos un futuro con minería submarina«, ha declarado James Hita, activista maorí y responsable en el Pacífico de la campaña de minería submarina de Greenpeace Internacional.
Carta abierta
Más de 700 científicos de 44 países ya se han opuesto a la industria firmando una carta abierta en la que piden una pausa. «Los ecosistemas marinos y la biodiversidad están en declive y ahora no es el momento de iniciar la explotación industrial de las profundidades marinas.
Es necesaria una pausa precautoria para darnos tiempo a comprender las posibles repercusiones de la minería submarina y poder tomar una decisión sobre si seguir adelante con ella. Personalmente, he perdido la confianza en la actual dirección de la ISA para tomar esta decisión, y está muy claro que unas pocas personas, movidas por intereses económicos, han distorsionado un proceso que debería representar los intereses de toda la humanidad«, declaró Alex Rogers, catedrático de Biología de la Universidad de Oxford y Director Científico de REV Ocean.
La expedición Smartex, del buque James Cook, visitó una de estas zonas autorizadas para la exploración y regresó a los lugares en los que se realizaron pruebas mineras previas en 1979 para supervisar los impactos a largo plazo de la minería. Greenpeace pide que todos los datos sobre el impacto en el ecosistema de la minería submarina de hace 44 años estén disponibles para ayudar a informar a los gobiernos que debaten en la actual reunión de la ISA.
Reuniones de la ISA
No es la primera vez que en las reuniones de la ISA se plantea la necesidad de distinguir entre la investigación para mejorar el conocimiento de las profundidades marinas por parte de la humanidad y las actividades de exploración para la explotación minera de los fondos marinos. En una carta firmada por 29 científicos de los fondos marinos, entregada en una sesión anterior de la ISA, se afirma. «Los fondos marinos internacionales nos pertenecen a todos colectivamente. Reconocemos el privilegio y la responsabilidad de estudiar los sistemas oceánicos profundos en beneficio del conocimiento humano.
La investigación científica para comprender cómo funcionan los ecosistemas de los fondos marinos y sustentar procesos vitales es distinta de las actividades realizadas en virtud de contratos de exploración concedidos por la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos«.
Las negociaciones en la reunión de la ISA continúan hasta el 31 de marzo. La semana pasada los diplomáticos acusaron al jefe de la ISA, Michael Lodge, de haber perdido la imparcialidad que exige su cargo y de interferir en la toma de decisiones de los gobiernos en la ISA para acelerar la explotación minera.
De poco sirve haber conseguido un Tratado Global de los Océanos, cuyo objetivo es proteger al menos el 30% de las aguas internacionales, si permitimos la puesta en marcha de esta industria. Por ello, Greenpeace necesita que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico defienda y lidere en esta reunión internacional la moratoria ya aprobada en el Congreso de los Diputados. España debe liderar una moratoria de la minería submarina.