El mundo del cine y de la defensa ambiental despide a una de sus figuras más emblemáticas: Robert Redford. Su vida estuvo marcada no solo por una brillante trayectoria artística, sino también por un firme compromiso con la preservación del planeta, lo que lo convirtió en una voz influyente y respetada a nivel internacional.
Más allá de su éxito en la gran pantalla, Robert Redford dedicó gran parte de su vida a la defensa del medio ambiente. Fue un activista incansable que denunció los efectos del cambio climático, la deforestación y la explotación irresponsable de los recursos naturales.
Robert Redford: una vida de película ligada al medio ambiente
La muerte de Robert Redford este martes pone fin a décadas de compromiso con el medioambiente mucho antes de que la crisis climática copara la agenda política. Con el cine logró, además del respeto internacional a su talento en la pantalla, una plataforma para concienciar sobre la urgencia de cuidar el planeta.
Además de incontables filmes icónicos como actor y director -‘Butch Cassidy and the Sundance Kid’ (1969), ‘The Sting’ (1973), ‘Barefoot in the Park’ (1967), ‘Out of Africa’ (1985), ‘All the President’s Men’ (1976) o ‘Jeremiah Johnson’ (1972)- Redford siempre se involucró en causas políticas y fue muy activo en su activismo por motivos ecológicos.
El actor estadounidense comenzó su lucha activa por un planeta más saludable a principios de la década de los 70: «Cuando me convertí en activista, a comienzos de los 70, trabajando por un agua y un aire limpios, quería hacer lo que fuera para marcar una diferencia», relataba el intérprete en un cortometraje estrenado en la Cumbre del Clima de París de 2015. En esa conferencia, Redford recordaba cómo puso en marcha, al comienzo de su trayectoria como activista, el llamado Instituto para Gestión de Recursos, con el que buscaba atraer personas de diferentes ámbitos con el objetivo de lograr «un compromiso beneficioso para el medioambiente».
Actor, pero también activista medioambiental
No se cansó de repetir una y otra vez su convicción de que «el arte y la naturaleza combinados hacen un mundo mejor». Aunque nació en Santa Mónica, Redford convirtió las montañas de Utah en su hogar. Cuando en 1975 se anunció la construcción en ese entorno de una planta nuclear, el actor lo consideró un «desastre potencial» y planteó un debate que provocó que el proyecto no prosperara.
A lo largo de su vida prestó su voz, rostro y mensaje a numerosos eventos y cumbres, como en 1989, cuando intervino en un simposio sobre cambio climático global en Sundance o, en 2015, cuando participó en un encuentro de alto nivel en la Asamblea General de Naciones Unidas. En la ONU, Redford urgió a los líderes internacionales como activista medioambiental, pero también como «padre, abuelo y ciudadano concienciado, uno de los millones que hay por todo el mundo», a adoptar medidas urgentes para frenar la emergencia climática.
A fin de evitar «lo peor», hizo un llamamiento a actuar «con decisión y de manera inmediata para alejar al mundo del uso de los combustibles fósiles». De lo contrario, afirmaba, serían irreversibles los efectos sobre el aire que respiramos, el agua que bebemos y la salud de nuestros hijos, nietos y las generaciones futuras.
John Adams, director fundador del Consejo para la Defensa de Recursos Naturales (NRDC), con sede en Estados Unidos, llegó a decir que no había una sola persona, al margen de Redford, en ese país que pudiera hablar con esa fuerza sobre medioambiente. De hecho, fue cofundador del Centro Redford, una organización no gubernamental estadounidense dedicada al impacto medioambiental del cine.
Su legado ecológico en películas
En los 70, cuando aún no se había empezado a hablar del daño de los combustibles fósiles y lo medioambiental no estaba de moda, el actor promulgó su mensaje ecologista en la gran pantalla, en la cinta ‘Las aventuras de Jeremiah Johnson’. También produjo cintas con conciencia medioambiental, como «The Unforeseen» (2007) y «Watershed» (2012) y muchos de sus filmes estuvieron ambientados en la naturaleza, como «The Horse Whisperer» (1998) o «A River Runs Through It» (1992).
Redford, que se retiró del cine hace siete años, a los 82, tras estrenar «The Old Man & The Gun’, estuvo casado en segundas nupcias con una activista medioambiental alemana, Sibylle Szaggars, a quien conoció en 1996 y con quien compartió su pasión por estas causas.