Junta de Extremadura miope con la ecología. La doble cara de la política de la Junta de Extremadura tiene su materialización en una aparente ecología compuesta de promesas, gestos, congresos, planes, etc., mediante los cuales intenta apropiarse de un lenguaje que no es suyo, además de estar subordinada a los intereses de corporaciones y de empresarios regionales, con un apoyo decidido que incluso conculca o bordea la legalidad, poniendo los recursos públicos al servicio de esos proyectos, por muy dañinos y agresivos que sean, arremetiendo contra las resistencias y desoyendo a las poblaciones afectadas.
En este contexto los colectivos ecologistas aparecen desempeñando el papel de villanos: exigentes, perseguidores, denunciantes, reclamantes, etc. y la Junta como muro de contención frente a su supuesto fanatismo que tiende a impedir cualquier proyecto.
Falsedades
Ecologistas en Acción de Extremadura manifiesta que esto es radicalmente falso y manipulador, no resignándose a jugar ese papel, ya que si los poderes públicos no agredieran hasta extremos peligrosos el equilibrio de la vida en armonía con la naturaleza, como parte de ella y no en un imposible “al margen y por encima”, los colectivos ecologistas no se verían obligados a dedicar tanto tiempo y esfuerzo a presentar alegaciones, a denunciar, a llevar reclamaciones ante los tribunales, etc.
El único y esencial objetivo del ecologismo social no es otro que el de apoyar la consecución de una vida buena, digna y en armonía con la naturaleza para la inmensa mayoría del pueblo extremeño, dedicando su esfuerzo y trabajo a la lucha contra las emergencias climática, energética, ecológica y social que el sistema va generando.
Situaciones
Ante las nuevas medidas de recortes de las Zonas de Especial Protección de Aves (ZEPA) Ecologistas en Acción de Extremadura denuncia, al menos, estas situaciones:
- Los recortes en los entornos de las poblaciones, que en algunos casos pudieran estar justificados, abren la puerta a la normalización de posibles agresiones medioambientales, especialmente de las empresas sucias que van a “industrializar” Extremadura.
- La mega estatua de Buda en el centro de una zona ZEPA se pretende justificar por el delirio de una “Extremadura reclamo del turismo mundial” en tiempos de agotamiento y encarecimiento de los combustibles fósiles.
- Cada recorte de zona ZEPA requiere de un estudio científico, que no se ha presentado. Las y los ecologistas creen que en este sentido no se puede jugar con la legislación europea, que es muy clara y exigente.
Con estas zonas de exclusión en la red natura 2000, la Junta de Extremadura puede estar abriendo un camino peligroso de vilipendio en todo el estado.
Por todo lo anterior, Ecologistas en Acción de Extremadura no sólo seguirá presentando alegaciones ante estas disposiciones con la dedicación y esfuerzo voluntario que ello implica, sino que acudirán a los tribunales europeos de justicia si la Junta no rectifica. Junta de Extremadura miope con la ecología.
