La contaminación es la introducción de un agente contaminante en un ambiente natural que causa daño, inestabilidad, desorden o desequilibrio, tanto en un ecosistema como en un ser vivo. En general las consecuencias de la contaminación o polución se derivan de las actividades humanas.
Los metales pesados, los microplásticos, los hidrocarburos, los plaguicidas y las sustancias ácidas son los principales contaminantes de nuestro medio ambiente. El problema no se limita a la nociva presencia de estas sustancias, sino que son absorbidas por los suelos, lo que repercute en la calidad y salud de los cultivos.
Contaminamos el planeta
Antonio Turiel es investigador del CSIC en el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona. Ha sido recientemente entrevistado por Lluís Amiguet para “La Contra” de La Vanguardia. En sus respuestas, Turiel es certero y profundo. Y estamos completamente de acuerdo con algunas de sus afirmaciones y, además, nos gusta el tipo de conceptos que maneja.
Sí. Nos gusta mucho la forma que tiene Antonio Turiel de llamar a las cosas. Es decir, por su nombre. Creemos que es muy acertado su discurso sobre el cambio climático. Efectivamente, citándole, “el cambio climático es la cuarta de las seis grandes amenazas que sufre el planeta”. Porque ahora mismo parece que la urgencia climática lo es todo, pero no es así, ni mucho menos. Turiel señala: “El cambio climático es preocupante y grave”.
Pero, según él, no es el principal problema al que Gaia se enfrenta. Según Turiel, la primera encrucijada a la que se enfrenta la Humanidad se denomina “Entidades nuevas”. ¿De qué está hablando? Según Turiel: “Microplásticos; metales pesados como el mercurio; sustancias tóxicas de todo tipo; y cada vez más… La segunda amenaza es la reducción de la biodiversidad”. Hay que decir que estos problemas se retroalimentan: a más tóxicos en el ambiente… menos diversidad. A más tóxicos y menos biodiversidad… más calentamiento global… y viceversa.Turiel asevera que la segunda amenaza es también peligrosa para los humanos, “porque sólo la biodiversidad garantiza el agua y el aire limpios que necesitamos.
Contaminación debida a la agroindustria
La tercera amenaza es la contaminación causada por la agricultura: picos de nitrógeno y fósforo; los purines, nitritos en el agua de boca… Hay zonas muertas en el Mar Menor donde ya no crece nada. La historia se repite en muchas otras zonas del planeta”.
La agricultura industrial está en el origen de gran parte de esas “Entidades nuevas” que son la primera amenaza para la vida y también es el tercer gran problema que acosa a la Humanidad. Turiel es un hombre de ciencia y tiene los datos fidedignos para hacer las afirmaciones pertinentes. Nosotros no somos científicos, pero venimos alertando de lo mismo desde hace mucho tiempo. Hace 40 años, se creó Vida Sana y BioCultura para buscar alternativas a esa agricultura química que arrasa con todo por donde pasa. Hace 4 décadas, nosotros ya hablábamos de lo pérfidas que podían llegar a ser esas “Entidades nuevas”.
Modificación de los suelos
Para Turiel, la quinta amenaza es “los cambios del uso del suelo. La mitad de la superficie terrestre ya está dedicada a la agricultura. Genera problemas de erosión, de deforestación… Y la sexta amenaza es la pérdida de agua dulce. Cada vez hay menos”. Y la agricultura industrial también está ligada a esa quinta amenaza y a la sexta, por supuesto, porque contamina los pocos recursos hídricos de que disponemos”.
Si lo analizamos bien, la agroalimentación global actual, según Turiel y según cualquiera que tenga sentido común, es el ojo del huracán de los principales problemas a los que nos enfrentamos, porque también multiplica el calentamiento planetario. ¿Conclusión? Necesitamos una transición urgente hacia la agroecología y cambiar el modelo agroalimentario de una forma radical. Si no, como dice Turiel, los ecofascismos llegarán muy pronto, si es que no están ya aquí. Muy poca gente con energía y recursos; y mucha gente, la mayoría, en la miseria y con hambrunas. Esto es lo que se avecina si no somos capaces de darle la vuelta a la tortilla. Que Dios nos coja confesados…