Hoy 11 de octubre es el Día Internacional contra el Fracking, una efeméride que fue instaurada por la Red Global contra el Fracking en el año 2012. Su objetivo es crear conciencia, a nivel mundial, de los graves daños sociales, en la biodiversidad y el medio ambiente, que puede ocasionar esta nefasta forma de prospección de combustibles fósiles.
La red Gas no es Solución, de la que forma parte Ecologistas en Acción, vuelve a mostrar su solidaridad con las comunidades afectadas por el fracking o fractura hidráulica. Una técnica de extracción de hidrocarburos con graves repercusiones medioambientales y sobre la salud. Y llama a una prohibición de las importaciones del gas fósil extraído mediante esta técnica a nivel europeo y estatal.
El pasado octubre, la organización acompañó a una delegación de activistas de Texas y Louisiana, de la organización Texas Campaign for the Environment, que están sufriendo la explotación de fracking en sus comunidades. Además, las infraestructuras de exportación de gas (en forma de GNL) también repercuten en la salud de las comunidades, que denuncian altas tasas de cáncer y enfermedades cardiorrespiratorias.
Precisamente las poblaciones más afectadas son aquellas de menores ingresos, con población racializada, lo que se señala por las activistas como un caso flagrante de racismo medioambiental. En su visita, las activistas denunciaron la complicidad de las empresas españolas como Naturgy, que en 2023 poseía la mayor parte de los contratos de suministros de gas de fracking procedente de EE UU.
También a Enagás, como propietaria mayoritaria de las infraestructuras gasistas del Estado y especialmente de las regasificadoras, que permiten la entrada de GNL procedente de fracking de EE UU. Y el Banco Santander, uno de los financiadores del proyecto Río Grande LNG y de otros proyectos de exportación de gas de la costa de Texas y Louisiana, en el golfo de México de Estados Unidos.
Solidaridad internacional contra el fracking
Las activistas hacen un llamado a la solidaridad internacional y a construir alternativas colectivas basadas en las energías renovables. En esta fecha señalada, se hace un llamado al Gobierno de España para impulsar una prohibición de las importaciones de gas procedente de fracking, de igual manera que se ha prohibido su extracción en territorio estatal, debe de acabarse con la externalización de sus impactos a nivel global.
Además, los bancos deben aplicar inmediatamente políticas que pongan fin a su financiación de la expansión de los combustibles fósiles y comiencen a eliminar su apoyo por completo. Desde la ONG advierten: “Cada euro que un banco siga invirtiendo en esta industria nos aleja más aún de la meta del 1,5 ºC. Bancos como el Santander deben aplicar medidas drásticas y dejar de financiar proyectos nocivos para el planeta y las personas”.
“Necesitamos alejarnos de los combustibles fósiles de forma rápida, justa y para siempre con el fin de lograr la justicia climática y social. Y especialmente los países europeos que prohíben la extracción de gas mediante fracking en sus territorios, como el Estado español, deben prohibir las importaciones de este gas desde terceros países, para no externalizar sus graves impactos”, concluyen las activistas.
El fracking es una práctica sumamente peligrosa, que no solo puede provocar sismos, contamina el agua y genera muerte y desolación en los alrededores, sino que únicamente genera ganancias para un puñado de empresas en detrimento del resto de las comunidades afectadas, de su salud y de la del entorno.













