La solución definitiva para la sequía podría venir de la mano de una poderosa legumbre. Su cultivo favorece la salud y el suelo, convirtiéndose en una opción fiable ante la escasez de agua que está instaurada y la que se avecina. Este fenómeno natural está caracterizado por la falta prolongada de agua, ocasionada principalmente por la falta de precipitaciones, altas temperaturas, cambios climáticos y prácticas humanas insostenibles. Su llegada y permanencia en determinados espacios deriva en escenarios nefastos, como la reducción de cosechas agrícolas, escasez de agua potable, pérdida de biodiversidad, hambruna y conflictos socioeconómicos.
Cuando los períodos se vuelven prolongados de ausencia significativa de agua, ya sea en forma de lluvia, nieve o humedad en el suelo, se dificulta la vida en la tierra. Este déficit hídrico puede surgir a diferentes escalas, afectando en áreas locales o incluso en regiones enteras, teniendo como consecuencias impactos trágicos en el medio ambiente, la agricultura, la economía y la sociedad en general.
El establecimiento de la sequía puede hacer su aparición producto de múltiples causas, que pueden actuar de forma individual o combinada. Algunas de ellas son el cambio climático, las altas temperaturas, la variabilidad climática natural, la deforestación y el uso insostenible del agua.
Esta legumbre puede ser lo que los expertos buscaban para acabar con la sequía
En este marco tan desgarrador, un nuevo estudio saca a la luz que los garbanzos podrían convertirse en una importante fuente de proteínas por sus propiedades resistentes a la sequía. Recalca los garbanzos como fuente de proteínas para un futuro potencialmente afectado por la sequía suscitada por el cambio climático.
El análisis fue encabezado por el investigador Wolfram Weckwerth, de la Universidad de Viena, y revela que los garbanzos son una planta leguminosa resistente a la falta de agua con un elevado contenido de proteínas. Este rasgo los transforma en una alternativa valiosa para mejorar la seguridad alimentaria, especialmente en el marco de cambio climático actual en el que las condiciones secas perjudican cada vez más a las regiones agrícolas de Europa Central.
La investigación publicada en la revista The Plant Biotechnology examina cómo la variabilidad genética de diversos genotipos de garbanzo ayuda a encarar el estrés hídrico, brindando una opción resiliente que puede complementar los sistemas de cultivo de grano, incluso en zonas urbanas.
Los periodos prolongados secos ya son una realidad global, perjudicando gravemente la productividad de los cultivos y la seguridad alimentaria. De las alrededor de 7.000 especies de cultivos comestibles, solamente 9 suponen más de dos tercios de la producción mundial de alimentos. De esta manera, la diversidad genética queda limitada en el sector de la agricultura. Esta base genética estrecha produce vulnerabilidad en los cultivos, llevándolos a ser más susceptibles a enfermedades, plagas y condiciones climáticas extremas como la sequía.
La crisis hídrica se soluciona con esta poderosa legumbre: nadie había reparado en su potencial antes
Weckwerth subraya que conservar una diversidad genética óptima es vital para adaptar la agricultura a las condiciones climáticas futuras. El equipo internacional de investigación exploró la variabilidad genética de los garbanzos, comprobando la existencia de variedades y tipos silvestre de garbanzo con diversos mecanismos para soportar el estrés por sequía.
Sumado a esto, para evaluar el desempeño de los garbanzos bajo estrés hídrico, los investigadores utilizaron un índice de susceptibilidad del estrés (SSI, por sus siglas en inglés). Esto permitió a los expertos determinar cuáles son los genotipos más productivos en condiciones de mínimas proporciones de agua
En definitiva, la solución para la sequía podría ser esta poderosa legumbre, un cultivo que favorece la salud y el suelo. Un remedio que se une a este invento que propone la producción de 5.000 litros de agua al día gracias al Sol.
