En medio de las especulaciones ambientales derivadas de la asunción de Trump, la gente también se pregunta qué pasará con los coches de hidrógeno. Por ahora, el Presidente de Estados Unidos sigue afirmando que los coches de hidrógeno harán estallar a su audiencia. Es posible que un vehículo de hidrógeno haya explotado en algún momento, lo que no quiere decir necesariamente que vaya a suceder con los nuevos modelos que salen al mercado.
Una historia reciente versa sobre el ejército ucraniano que explotó intencionalmente un coche de estas características. Transformaron la pila de combustible de un Toyota Mirai en una bomba para acabar con los invasores rusos.
También existen ejemplos reales de explosiones de hidrógeno no intencionadas, como la de que un camión que transportaba combustible de hidrógeno en Delaware y una explosión en una estación de servicio de hidrógeno en Noruega.
Al igual que hay casos que muestran los peligros de los vehículos de hidrógeno, diferentes compañías ya están explorando las bondades del hidrógeno como combustible para incluirlo como una posible alternativa a los combustibles tradicionales. Diseñan las piezas nuevas teniendo en cuenta la seguridad en caso de colisión. Sin embargo, Donald Trump ha manifestado una clara postura en contra de los coches de hidrógeno en sus discursos.
Postura de Donald Trump con los coches eléctricos
Incluso antes de la llegada de Donald Trump al poder, hecho que se concretó hace apenas unos días, existía una gran incertidumbre sobre la continuidad de los coches eléctricos (entre ellos los eléctricos de pila de combustible de hidrógeno).
El auge de los vehículos de esta categoría podría enfrentar severos cambios bajo su administración. Según diferentes informes a los que tuvo acceso la agencia Reuters, el equipo de Trump ya está trabajando en medidas que podrían transformar profundamente la industria del automóvil.
Los incentivos fiscales para la compra de coches eléctricos, implantados por la administración de Biden, podrían desaparecer. Asimismo, el documento hace mención a un posible descarte de requisitos medioambientales para proyectos vinculados a la producción de baterías, estaciones de carga y minerales estratégico.
Estas medidas buscarían focalizarse en una mayor autosuficiente en la generación de baterías para fines militares, relegando el respaldo a los fabricantes de vehículos eléctricos. Uno de los puntos más relevantes en el plan Trump tienen que ver con la intensificación de las restricciones comerciales.
Aunque la administración de Biden determinó aranceles para limitar el ingreso de coches eléctricos chinos por cuestiones financieras, el equipo de Trump argumenta su proceder bajo la esfera de la seguridad nacional. Esto abarca restricciones en la importación de baterías, sistemas de carga y minerales esenciales, además de controles más estrictos sobre las exportaciones a países rivales.
¿Los coches eléctricos desaparecerán con la gestión de Donald Trump?
Estas políticas estarían bajo el manto de la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial, una herramienta que ya ha sido empleada anteriormente para limitar la actividad de compañías tecnológicas chinas como Huawei.
Sumado a esto, los aranceles volverán a jugar un papel fundamental como forma de negociación con otros territorios, con la finalidad de fortalecer las exportaciones de vehículos eléctricos de origen estadounidense a mercados como la UE.
La posible eliminación de incentivos y la modificación de rumbo en las políticas de inversión podrían representar un fuerte golpe para el sector del vehículo eléctrico en Estados Unidos. Compañías afianzadas como Tesla, y otros fabricantes convencionales que han invertido en eléctricos, podrían enfrentarse a un escenario complejo. Esto sería un duro golpe para Elon Musk, CEO de Tesla, quien mostró su apoyo público a Donald Trump.
Trump, los coches de hidrógeno y los eléctricos son uno de los temas que más ansiedad está causando en los ciudadanos/as de Estados Unidos. Un asunto que solo obtendrá respuestas con el paso del tiempo. Mientras se define, Donald Trump acelerará las aprobaciones medioambientales para empresas que inviertan más de mil millones en Estados Unidos.