El profesor de Ciencias Biológicas Gregory Erickson y un equipo de ingenieros y paleontólogos revelan que los Triceratops desarrollaron dientes que podrían rebanar finamente denso material proporcionándoles una dieta más rica y más variada que los reptiles de hoy en día.
Científicos están descubriendo que los dinosaurios de tres cuernos llamados ‘Triceratops’ podrían haber sido un poco más complejos de lo que se pensaba hasta ahora.
De hecho, sus dientes eran mucho más complejos que cualquier reptil o mamífero vivo hoy, como revelan en un artículo sobre su trabajo que se publica en ‘Science Advances’.
El profesor de Ciencias Biológicas Gregory Erickson y un equipo de ingenieros y paleontólogos revelan que los ‘Triceratops’ desarrollaron dientes que podrían rebanar finamente denso material proporcionándoles una dieta más rica y más variada que los reptiles de hoy en día.
Hoy en día, los dientes de los reptiles se forman de tal manera que se utilizan sobre todo para agarrar los alimentos –ya sean vegetales o animales– y luego aplastarlos. Los dientes no ocluyen como los de los mamíferos, es decir, no pueden masticar. Los dientes de la mayoría de los mamíferos herbívoros se auto desgastan con el uso creando superficies complejas afiladas para picar las plantas.
«Simplemente, se ha sido asumido que los dinosaurios no hicieron las cosas como los mamíferos, pero en cierto modo, es en realidad más complejo», apunta Erickson, quien ha estado estudiando la evolución de los dinosaurios desde hace años y se centró en los dientes de los dinosaurios hace varios años, sospechando que tenían algunas propiedades únicas. Pero, no existía la tecnología para descubrir realmente de qué eran capaces.
Entonces, Brandon Krick, profesor asistente de Ingeniería Mecánica en la Universidad de Lehigh, en Pensilvania, Estados Unidos, especializado en un área relativamente nueva de ciencia de los materiales llamada tribología, la ciencia de cómo las superficies de los materiales interactúan en movimiento, trabajó con Erickson.
Ambos, acompañados por científicos de la Universidad de Florida, la Universidad de Pennsylvania y del Museo Americano de Historia Natural, se dispuso a averiguar cómo eran y funcionaban estos dientes. Erickson tuvo acceso a dientes del ‘Triceratops’ de especímenes de museo recogidos por América del Norte, que inicialmente cortó para analizar su interior.
Así, descubrió que los dientes del ‘Triceratops’ tenían cinco capas de tejido, mientras los dientes del caballo herbívoro y el bisonte, una vez considerados los más complejos en la evolución, poseen cuatro capas de tejido, y los cocodrilos y otros reptiles, sólo dos. «Cada uno de esos tejidos hace algo –señala Erickson–. No son sólo existen para verlos».
Mientras Erickson examinó el tejido, también envió muestras a Krick, que fue capaz de imitar cómo las plantas se movían a través de los dientes para rayar los dientes y medir las tasas de desgaste del tejido. Las propiedades del material de los dientes se conservaron bastante bien en los dientes de 66 millones de edad, como descubrió el equipo de ingenieros, entre ellos el estudiante graduado en Lehigh Mike Sidebottom.
«Si se cogieran estos dientes de dinosaurios y se pusieran, por ejemplo, en una vaca, funcionarían», afirma Erickson. Se desarrolló un sofisticado modelo tridimensional para mostrar cómo cada tejido con el uso tenía una manera estratégica para crear una superficie compleja con una más completa (un área rebajada en el medio, al igual que las que se observan en los cuchillos de pelea y espadas) en cada diente.
Esto sirvió para reducir la fricción durante la mordedura y promover una alimentación eficiente. El modelo de desgaste desarrollado en 3D para este proyecto está inspirando nuevas técnicas de ingeniería que pueden utilizarse para aplicaciones industriales y comerciales.
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