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miércoles, mayo 31, 2023

Frank Cuesta cumple su palabra y rescata a Munika

“Después de 4 años de denuncias, luchas legales y de las otras y mucho dinero invertido, finalmente Frank Cuesta ha logrado cumplir la promesa de rescatarla, que una vez le hiciera a Munika, una osa que, tras vivir en un circo, estaba confinada a 20 metros cuadrados donde solo le quedaba morir, sin la mínima dignidad que merece cualquier ser vivo.”

¿Qué es Munika?

Es una osa que pertenece a la raza más grande de Asia, el llamado Oso de la Luna u Oso taiwanés y cuyo nombre científico es Ursus thibetanus formosanus. Están clasificados como “en peligro de extinción”, por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Esto sucede debido a que la deforestación a gran escala del ecosistema al que pertenece (los bosques montañosos de Taiwán) han reducido drásticamente su hábitat, pero además de ello y aunque está prohibido, se los caza para comer y como trofeo.

 

La medicina tradicional china considera que la bilis del Oso de la Luna y del oso del Sol tienen propiedades curativas y afrodisiacas, por lo que se suele mantener a los osos cautivos, para extraerles diariamente esta sustancia.

 

La historia de Munika

Munika vivió casi toda su vida en un zoo tailandés llamado Pattaya, un sitio que aúna la tenencia de animales (se jactan en su web de poseer más de 8000) con el espectáculo. Allí se puede pasear en elefantes y presenciar funciones en las que participan todo tipo de especies: cocodrilos, tigres, monos y osos, entre otras.

La osa era parte de un espectáculo circense en el cual, vestida con tutú y erguida en dos patas (una posición completamente anormal para este animal) bailaba con un aro en la cintura o andaba en bicicleta, un negocio muy lucrativo del que son complicas todos y cada uno de los que pagaron la entrada.

 

Una vez que Munika llegó a cierta edad y dejó de ser útil, la entregaron (o la vendieron) a otro zoo, esta vez simplemente para ser expuesta y que quienes visitan este establecimiento puedan sacarse una foto junto a la jaula de una osa.

Frank se juró rescatarla, en cuanto vio a Munika por primera vez y comprobó el estado en el que vivía: 20 metros cuadrados, cuando por ley deberían ser un mínimo de 100, en una jaula muy insegura, en completa soledad y en un recinto lleno de suciedad, con agua turbia y “condenada a cadena perpetua” sin haber hecho nada, salvo nacer bonita.

 

En el capítulo 3 de Wild Frank al Rescate, el presentador ingresó en el sitio donde estaba Munika, para denunciar el estado en el que se encontraba el animal y la triste historia que había detrás, además de mostrar las condiciones de inseguridad y descuido en las que vivía ella y el resto de especímenes. Ante cámaras Frank volvió a prometerle a Munika, que la sacaría de allí.

 

Un final feliz

Ayer Frank invitó a sus seguidores a compartir su alegría, puesto que iba a visitar a Munika en su nuevo hogar. Un santuario en donde si bien no es el mejor sitio, puesto que lo ideal sería que fuese libre, al menos ha cambiado 20 metros por 400 y tiene la compañía de otros osos.

 

Tras una dura lucha legal (dos juicios perdidos e innumerables denuncias) y mucho dinero invertido, Frank explica que quién ganó no fue él, sino la osa y pide que la gente se involucre de verdad a la hora de salvar, rescatar o hacer una denuncia.

De nada sirve hacer pública la situación de indefensión de un animal, si no se mueve un dedo por mejorar sus condiciones y lograr un cambio real de su situación. Frank gasta el dinero que gana en rescatar animales y darles la mejor vida posible y como él mismo dice: “que cada uno salve al mundo como pueda”.

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