«Seguramente, en 2010 observaremos un incremento importante de municipios, pero la velocidad inicial de expansión irá disminuyendo ya que el número de municipios con presencia ya es importante y encuentra cada vez menos zonas aptas para su implantación», explicó el jefe del Servicio de Protección de la Fauna y la Flora de la Consejería de Medio Ambiente de la Generalitat, Jordi Ruiz.
Según Dolores Gómez, diputada del Área de Salud y Consumo, «nos toca convivir con la existencia de los mosquitos, y debemos reducir al mínimo posible las consecuencias de sus acciones sobre nosotros y nuestras actividades habituales. Cada vez somos más conscientes que debemos prevenir los problemas de salud pública y que, ante las plagas ya existentes, debemos actuar en consecuencia y con proporción en los medios que utilizamos. Debe actuar la Administración, pero también la ciudadanía».
Gómez destacó que «hace pocos años, concretamente seis, que el mosquito tigre llegó a nuestro país, procedente de tierras muy lejanas, y como un ejemplo más de la globalización de tantos fenómenos en nuestra época. Una característica diferencial del mosquito tigre es que cría sus larvas exclusivamente en recipientes medianos y pequeños, que se encuentran mayoritariamente en el interior de las fincas urbanas. Este factor determina la falta de efectividad de los métodos de control clásicos utilizados en la lucha contra los mosquitos y muestra en cambio, que el principal actor en la limitación de la extensión del mosquito sea la misma ciudadanía y no la Administración».
Por ello, la diputada afirmó que «la experiencia acumulada hasta el momento aconseja utilizar diferentes líneas estratégicas dentro de un plan de control integrado. Hay que trabajar en diferentes ámbitos, entre los que podemos destacar: el espacio público, las acciones educativas y el ámbito de la comunicación y la información, desarrollando campañas de sensibilización pública para evitar que los habitantes críen ellos mismos los insectos de forma involuntaria».
Todas las administraciones coincidieron en subrayar la importancia de la colaboración ciudadana para luchar contra su expansión. Así, también la presidenta del Consell Comarcal del Baix Llobregat, Rosa Boladeras, también destacó en su intervención que el control del insecto «no sólo depende del abordaje técnico que puedan hacer las administraciones, sino también de la prevención que el ciudadano haga con su actuación personal».
El Área de Salud Pública y Consumo financió el estudio que permitió identificar por primera vez el mosquito tigre en un municipio barcelonés, en el año 2004. Desde entonces se ha venido implicando en el seguimiento del problema, apostando por la formación del personal técnico municipal, y para dar apoyo económico y técnico a los municipios para la publicación de material y la realización de actividades de carácter preventivo.


















