La guía parte de una exhaustiva encuesta a más de 650 agricultores y ganaderos de todas las comunidades autónomas que han sufrido en alguna ocasión ataques de lobos y otras especies salvajes en sus explotaciones. “Hemos pretendido llenar ese vacío informativo detectado y homogeneizar por primera vez la dispersa normativa que existe en cada una de las comunidades autónomas. Un gran esfuerzo para orientar a los hombres y mujeres del campo sobre los pasos a seguir en caso de daños o ataques, fomentar buenas prácticas para lograr la compatibilización de la actividad agroganadera y la conservación de la biodiversidad y la fauna silvestre y sensibilizar a la sociedad y a las Administraciones para que se desarrollen medidas mucho más eficaces”, explica Andoni García, responsable de Agricultura y Medio Ambiente de COAG.
“Mantener la biodiversidad –sostiene Odile Rodríguez de la Fuente, directora de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente- no debe ser un obstáculo sino una oportunidad para ganaderos y agricultores, pero, para ello, es necesario que el conjunto de la sociedad se considere responsable de la conservación y el uso sostenible de los recursos naturales.” A lo que añade que “la Fundación apuesta, junto a COAG, por fórmulas que consigan que este valor añadido de biodiversidad se traduzca en reconocimiento social hacia el sector agropecuario y en mejoras económicas a través del Contrato Territorial de Explotación, la Custodia del Territorio o el Pago por Servicios Ambientales, entre otras”.
España es uno de los países de la Unión Europea que más cantidad y variedad de fauna silvestre presenta por las privilegiadas características biogeografícas y la variedad climática de nuestro territorio. En la península se encuentra más del 80% del total de especies vegetales que hay en Europa y más del 50% de especies animales. Sin embargo, esta situación provoca en ocasiones ataques al ganado, especialmente, por parte de lobos.
Según el naturalista Luis Mariano Barrientos, la desaparición de las carroñas en aplicación de la normativa europea sobre encefalopatías del ganado está afectando al menos a 25 grupos de Castilla y León, la principal reserva del gran cánido ibérico. Según Barrientos, las carroñas de animales domésticos son insustituibles, por lo que deberían crearse o mantenerse ‘muladares ecológicos’ para ellos.