La realidad actual es de escaso control de los animales salvajes, primando con ello a las poblaciones de lobo y priorizándolo respecto a la necesaria actividad ganadera en extensivo, que aún se realiza en muchas zonas de Castilla y León y que aporta alimentos de calidad a nuestra sociedad, que crea riqueza, puestos de trabajo, y que resulta tan beneficiosa para el medio ambiente a la vez que fija población en el medio rural.
COAG y UPA reiteran que la única solución para los ganaderos pasa directamente por indemnizar los daños que producen los lobos en la cabaña ganadera, y que perciban por las pérdidas el valor real de las reses muertas y heridas sin necesidad de suscribir un seguro.