Martin Brasier, Matthewman Richard y Sean McMahon, de la Universidad de Oxford (Reino Unido), y David Wacey, de la Universidad de Western Australia, sostienen que la piedra pómez, una roca cristalina y porosa que una vez fue rica en gas, tiene «cuatro características notables» que le permiten tener «un papel significativo en el origen de la vida y constituir un hábitat importante para las primeras comunidades de microorganismos «.
Para validar su hipótesis, los autores realizaron una investigación de laboratorio para poner a prueba la capacidad de la piedra pómez para absorber los compuestos orgánicos del agua y crear catalizadores y nuevos compuestos mediante la simulación de los ciclos térmicos, la luz ultravioleta, y otras condiciones que se dieron cuando coexistieron los primeros polímeros orgánicos y los microbios.
«La hipótesis de que la piedra pómez proporciona un sustrato físico único en el que la vida tiene su inicio es emocionante y comprobable», dice Sherry L. Cady, editora en jefe de Astrobiology y profesora del Departamento de Geología en la Universidad Estatal de Portland. «La clave para la astrobiología es si estos tipos de roca conservaron pruebas de pre-bióticos o las reacciones de las antiguas formas de vida».
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