Los incendios forestales en Europa son cada vez más frecuentes e intensos debido al cambio climático, el abandono rural y la expansión urbana. Un nuevo informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA) subraya que las soluciones que estén basadas en la naturaleza son esenciales para prevenirlos y también para restaurar los ecosistemas dañados, fortaleciendo así la resiliencia de los bosques frente al calentamiento global.
El fuego forma parte del ciclo natural de muchos ecosistemas forestales, pero la crisis climática en la que estamos inmersos está alterando profundamente su frecuencia e intensidad. Buen ejemplo de ello son los incendios que arrasaron miles de hectáreas este verano en nuestro país.
Según el informe “Nature-based solutions for fire-resilient European forests”, publicado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA), la combinación de olas de calor más prolongadas, el abandono de tierras agrícolas y la expansión de las zonas urbanas ha creado condiciones cada vez más propicias para los incendios.
Contra el fuego: la naturaleza
Las soluciones basadas en la naturaleza, como los cortafuegos verdes, la rehumidificación o la restauración microbiana del suelo son «fundamentales» para reducir en Europa un riesgo de incendios forestales que es «creciente», según un informe publicado este miércoles por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Solo este tipo de medidas harán que los bosques sean más resistentes al cambio climático, añade el estudio, que recuerda que «el fuego siempre ha formado parte del ciclo natural de los bosques».
Pero los incendios forestales «son cada vez más frecuentes y destructivos» en el continente, «ya que el cambio climático, la expansión urbana y el abandono de las tierras aumentan la probabilidad de que se den las condiciones propicias», indica.
Entre las soluciones basadas en la naturaleza, en el capítulo de prevención la Agencia habla de la renaturalización del paisaje -«sin confundirla con el abandono de la tierra»-, de la priorización de la vegetación resistente al fuego, de las zonas de amortiguación en torno a áreas urbanas e infraestructuras básicas o de las quemas prescritas.
En la gestión pos-incendios, menciona la reforestación con especies autóctonas y diversas, la regeneración natural asistida y el control de la erosión del suelo. La selección de las soluciones más adecuadas «requiere un conocimiento profundo de las condiciones y los contextos biofísicos, socioeconómicos y de gobernanza» específicos de cada lugar. El riesgo de incendios forestales es «especialmente alto» en la interfaz entre los entornos silvestres y urbanos, a la que corresponde el 7,4 % de la superficie terrestre.
La Agencia Europea destaca que el riesgo es el resultado de la posibilidad de que se produzca un incendio y de los posibles efectos del mismo sobre las personas y el medio: «No depende solo del lugar donde pueda producirse un incendio, sino también de cómo la sociedad gestiona la posibilidad de que se produzca y cómo responder a él. La gestión es clave para la mitigación del riesgo», enfatiza.
Aunque las condiciones de sequía prolongada, temperaturas elevadas y baja humedad estival siempre han convertido a la zona mediterránea en especialmente vulnerable a los incendios, «el cambio climático ha hecho que se den cada vez más en el norte de Europa». El abandono de la tierra y el monocultivo son otros factores de riesgo.
«La transición de las plantaciones y bosques de monocultivo a bosques mixtos puede hacerlos más resistentes a las condiciones climáticas actuales y futuras, siempre que se haga de acuerdo con los requisitos de los hábitats locales», dice la Agencia.
Bosques de Soria
El informe presenta cinco casos que pueden servir como ejemplo, entre ellos uno en España, de «silvicultura sostenible para aumentar la resiliencia de los bosques al cambio climático» en la provincia de Soria.
Allí se aplican medidas como la introducción de especies de hoja ancha en los bosques de coníferas, el control de movimiento de los animales para que no impidan el crecimiento de la vegetación y el uso de cámaras termales para una detección temprana de los fuegos.
En contra de los objetivos de reducción del riesgo de incendios y control de las plagas en los bosques de Soria actúan la presencia de zonas agrícolas que lindan con las forestales («intereses contrapuestos») y la falta de un organismo que gestione la multipropiedad.
En el ámbito de la restauración, el informe subraya la importancia de promover la regeneración natural o asistida, la reforestación con especies adaptadas al entorno y la recuperación de los suelos y sistemas hídricos. La diversidad de especies y paisajes, además, refuerza la capacidad de los bosques para resistir otras amenazas climáticas, como las plagas o las sequías extremas.
Entre los ejemplos que cita el propio informe está el de los bosques de Soria, que según destacan se basa en la aplicación de la silvicultura sostenible mediante la plantación de las especies adecuadas, lo que le permite a los bosques un alto grado de resiliencia ante los efectos del cambio climático. EFE / ECOticias.com














