El alga invasora Rugulopteryx okamurae, originaria de Asia, se ha convertido en una seria amenaza ambiental y económica para las costas españolas en los últimos años. Tras expandirse de forma alarmante por el Estrecho de Gibraltar y el mar de Alborán, ahora se han detectado acumulaciones en algunas playas de Asturias, lo que enciende las alarmas sobre su capacidad de colonización en el Cantábrico.
Esta especie invasora se caracteriza por su alta resistencia y su rápido crecimiento, lo que le permite desplazar a las algas autóctonas y alterar los ecosistemas marinos. Por eso ecologistas ya han alertado al gobierno del Principado para que procedan a su retirada una vez llegue a las playas del Oriente en esta comunidad.
El alga ‘Rugulopteryx Okamurae’, un vecino no bienvenido en Asturias
Ecologista de Asturias han solicitado a la Dirección General de Pesca Marina de Asturias que se retire el alga invasora ‘Rugulopteryx okamurae’ que, según ha denunciado este lunes, está llegando a las playas del Oriente y que los recolectores no recogen. A través de un comunicado, han explicado que ha pedido información al Ministerio de Transición Ecológica para saber «si está evaluando y dimensionando» la presencia de este alga invasora en el medio marino, o qué medidas ha tomado coordinadamente con el Gobierno del Principado de Asturias, dentro de sus competencias.
El ‘Rugulopteryx okamurae’ es una especie invasora de alga asiática parda originaria del Pacífico Norte, que se ha introducido en el Mediterráneo y puede crecer hasta 30 centímetros, causando «daños ecológicos y socioeconómicos», al alterar los ecosistemas marinos y afectar el turismo. Su alta proliferación, han remarcado la Coordinadora Ecologista, está relacionada con las temperaturas cálidas y, pese a que se introdujo en el Mediterráneo a principios de los años 2000, desde hace una década su proliferación «se ha vuelto problemática».
Esta especie, que «se ha visto esporádicamente en el Cantábrico» y se caracteriza por su «rápido crecimiento» y ausencia de depredadores naturales, genera esporas que impiden el paso de la luz y el oxígeno al fondo marino, lo que «reduce la biodiversidad» y la hace capaz de «eliminar especies autóctonas», afectando a ciertas actividades humanas como la pesca y el turismo.
Así, han explicado que la experiencia en regiones del sur de España ha «demostrado» la «dificultad de erradicar» esta especie una vez establecida, por ello ha recalcado la importancia de la detección temprana y de la implementación de estrategias de manejo, como evaluaciones de distribución y planes de gestión para la biomasa acumulada en los arenales.
Así, han pedido que, «sin demora», se apliquen las medidas acordadas en 2022 dentro de la Estrategia de Control de esta especie invasora, ya que, en los últimos tres años, «no se han ejecutado actuaciones para evitar su llegada a las costas asturianas», lo que ha derivado en «un problema que va a ir a más» en toda la región «si no se toman medidas».
Por ello, en Asturias, el hallazgo de Rugulopteryx okamurae plantea nuevos desafíos. Aunque su proliferación no alcanza aún los niveles críticos registrados en el sur de España, las autoridades y los investigadores coinciden en que es necesario actuar de manera temprana (por ejemplo, limpiando las playas) para evitar su expansión masiva. EFE / ECOticias.com



















