La sierra de Guadarrama ha dado un paso decisivo en la conservación de su biodiversidad con el lanzamiento de su primer gran Atlas de Aves, un inventario exhaustivo que reunirá datos sobre la distribución, abundancia y tendencias de las especies que habitan este espacio natural protegido.
La iniciativa, impulsada por el Parque Nacional y diversas entidades científicas, nace con un doble objetivo: proteger especies clave y adaptar la gestión del territorio al cambio climático, cuyos efectos ya se dejan sentir en los ecosistemas de alta montaña.
El proyecto recopilará información mediante campañas de observación sistemática, seguimiento acústico, estaciones de anillamiento y la colaboración de ornitólogos profesionales y voluntarios. La sierra, situada entre Madrid y Segovia, es un enclave crucial para la avifauna ibérica.
Un atlas de aves pionero para conservar Guadarrama
El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, localizado en el Sistema Central oriental, ya cuenta con un atlas —en versión digital— que incluye las aves presentes durante la época de reproducción.
El espacio protegido se extiende por una superficie de 33.960 hectáreas pertenecientes a las comunidades autónomas de Madrid (21.714 hectáreas), en las que se centra específicamente el atlas, y de Castilla y León (12.246 hectáreas).
La sierra de Guadarrama ha dado un paso decisivo en la conservación de su biodiversidad con el lanzamiento de su primer gran Atlas de Aves, un inventario exhaustivo que reunirá datos sobre la distribución, abundancia y tendencias de las especies que habitan este espacio natural protegido.
Se han detectado cerca de 100 especies, lo que supone alrededor del 30 % del total de las que crían en España, destacando especies emblemáticas como el buitre negro o el águila imperial ibérica. También son reseñables otras de carácter alpino o montano, como la chova piquirroja, el roquero rojo, el bisbita alpino, el ruiseñor pechiazul o el verderón serrano.
Este primer atlas cuenta con la colaboración de la Comunidad de Madrid, es también el primero de este tipo que se elabora dentro de la red española de parques nacionales, compuesta por 16 espacios.
Cambio climático: por qué Guadarrama necesita datos científicos urgentes
Conocer la distribución de las especies en un periodo de tiempo determinado y en un espacio natural es un requisito básico para determinar el estado de conservación de la biodiversidad de dicho espacio. Ello permite establecer los rangos de distribución actuales y sentar la base con la que poder comparar posibles cambios futuros.
Además, la información generada facilita la identificación de áreas prioritarias para especies amenazadas, lo que ayuda a la gestión de estos enclaves.
Entre las aves más ampliamente distribuidas o más comunes se encuentran el pinzón vulgar, carbonero garrapinos, petirrojo europeo, escribano montesino, acentor común, chochín paleártico, herrerillo capuchino y curruca capirotada. Estas ocho especies están presentes en más del 35 % de cuadrículas que ocupan el área de estudio considerada.
Es necesario resaltar también especies que antes eran más abundantes y que se encuentran en proceso de desaparición, como el caso del acentor alpino.
De las 98 especies, 14 se encuentran en un estado de conservación desfavorable: 7 especies en la categoría de «en peligro», y otras siete en la de «vulnerable», según la Lista Roja elaborada para el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico.
Hábitats de alta montaña que sostienen una biodiversidad excepcional
Se trata de un parque propio de zonas de gran altitud: se sitúa entre los 900 y los 2.428 m s. n. m. La mayor parte de su superficie lo ocupan las cumbres dominadas por los afloramientos rocosos y los pastos y matorrales de altura como los piornales. Son estos hábitats los que configuran una singular comunidad de especies de aves que, limitada a estos ambientes, se convierten en un atractivo para los visitantes.
Entre las aves más ampliamente distribuidas o más comunes se encuentran el pinzón vulgar, carbonero garrapinos, petirrojo europeo, escribano montesino, acentor común, chochín paleártico, herrerillo capuchino y curruca capirotada.
También destacan las formaciones de origen glaciar y periglaciar y las lagunas y humedales de alta montaña. Tienen gran importancia las masas forestales, con una alta representación de los pinares de Pinus sylvestris, y en menor medida diversos sistemas naturales en laderas, barrancos y valles a menor altitud como los melojares y quejigares, enebrales y encinares, bosques de galería, manchas de abedul, acebo o tejo, y otras formaciones vegetales.
El trabajo se ha realizado siguiendo una metodología repetible en el tiempo y que se podría ir actualizando de forma muy fiel, lo que permitirá observar los cambios que tienen lugar por el cambio global (cambio climático y otros factores como el impacto de la gestión humana sobre el territorio: gestión ganadera, excursionismo, competiciones ciclistas y de otros tipos, etc.). Elementos muy impactantes en las proximidades de una gran urbe como es Madrid.
Un atlas esencial para cumplir la Ley de Parques Nacionales
Este atlas es un gran paso para cubrir los objetivos descritos en la Ley de Parques Nacionales y en la de Patrimonio Natural y Biodiversidad, al convertirse en una herramienta que ayuda a la conservación de los mismos.
Al quedar bien definidas las zonas de reproducción de las especies sensibles y las menos amenazadas, es posible realizar esfuerzos de conservación en áreas prioritarias donde viven las especies amenazadas y guiar al gran número de personas que visitan este parque hacia las zonas menos sensibles para no alterar las poblaciones en peligro.
Para Pablo Sanjuanbenito, director del parque nacional, este atlas de aves es un gran avance para el trabajo de gestión y conservación de un parque con tan altos valores naturales, entre los que destacan los ornitológicos, y con una afluencia de público tan grande como genera el municipio de Madrid.
«Sería muy interesante que un trabajo de este tipo fuera replicado para otros grupos taxonómicos, con lo que se reforzaría nuestra visión a la hora de llevar a cabo medidas de protección. Ayudaría, además, a la ciudadanía a conocer y disfrutar mucho mejor de toda la biodiversidad y los paisajes de este espacio tan emblemático», defiende.
Ciencia accesible: un atlas digital para visitantes y gestores
Esta publicación digital es también perfectamente utilizable desde dispositivos móviles, lo que ayuda a los visitantes del parque nacional a conocer la avifauna que puede encontrarse en cualquiera de sus paseos por el mismo de una forma práctica y cómoda.
Además, el formato en que se ha construido (web y app para dispositivos móviles) facilita hacer actualizaciones del mismo en cualquier momento. Este invierno se iniciará el trabajo para definir el inventario de las aves que ocupan el parque nacional durante esta época, información que se integrará en la aplicación una vez finalizado.
Para los ecologistas «la presencia de tantas especies escasas, ligadas a una altitud exclusiva y muy poco común en nuestro territorio, determina la importancia de este parque nacional para la conservación de las aves. Además, la existencia de especies de un interés especial para la ornitología y presencia exigua, como el verderón serrano, roquero rojo o pechiazul, son un aliciente a su vez para todas las personas aficionadas a las aves».
El Atlas permitirá detectar desplazamientos altitudinales, cambios en las áreas de nidificación y variaciones en los periodos reproductores, fenómenos cada vez más frecuentes en zonas de montaña. Esta información será clave para planificar estrategias de conservación más precisas, restaurar hábitats degradados y orientar la gestión forestal hacia modelos más resistentes frente al calentamiento global.
Además, el inventario ayudará a identificar especies especialmente vulnerables, cuyo seguimiento se convertirá en prioridad. El proyecto también tiene una dimensión social: busca fomentar la ciencia ciudadana, implicar a los visitantes y sensibilizar sobre el papel de las aves como indicadores del estado de salud del ecosistema. Seguir leyendo en EFE / ECOticias.com















