En solo dos semanas, la avispa velutina en Galicia ya ha provocado la muerte de tres personas, que sufrieron la picadura mientras realizaban actividades al aire libre. Por otra parte, los apicultores explican que este insecto mata a las abejas de sus colmenas.
Los ataques del avispón asiático han despertado las alarmas en la comunidad y el gobierno ya reconoce un aumento extraordinario de la presencia del insecto, a pesar de que se llevan a cabo extensas campañas para combatirlas.
La avispa velutina llegó a España, por primera vez en 2010, a Navarra, desde donde se extendió al resto del país, principalmente al norte peninsular: País Vasco, Galicia, Asturias, Cantabria y Cataluña.
La avispa velutina: especie invasora
Con sus patas amarillas y una franja anaranjada característica, la avispa velutina ha colonizado Galicia en poco más de una década y ha provocado este mes tres muertes en solo dos semanas, pero también causa el terror entre los apicultores, que pueden llegar a perder hasta el 50 % de sus abejas.
Más grande que las avispas comunes que se conocían en España, esta especie invasora de origen asiático anida en ambientes diversos, tanto rurales como urbanos, y tiene una gran adaptabilidad al clima y al territorio que le han permitido expandirse por toda Galicia.
«Hay nidos por todos lados. En Galicia, en el 2012 se detectan dos nidos, cuatro años más tarde, casi 11000«, explica el veterinario Xesús Feás, profesor de la Universidad de Carlemany y experto en velutinas. Para Feás «no es casual» que se hayan producido tres fallecimientos en tan poco tiempo, porque la exposición a esta avispa es cada vez mayor y Galicia concentra casi el 36 % de fallecimientos de toda España.
Este insecto ha sembrado el miedo en la población, pese a que no es más peligroso que otra avispa o una abeja; el problema se produce cuando se es alérgico o la cantidad de veneno es muy alta porque ha habido varias picaduras. «Cuando hay una pápula mayor de 10 centímetros, sí que hay que consultar a un médico, no digamos ya si hay una pérdida de consciencia o una picazón general», señala Feás.
La velutina tampoco ataca sin motivo, solo cuando se ve amenazada. Es lo que ocurrió con los tres hombres que acabaron muriendo, ya que se sospecha que pisaron algún nido mientras desbrozaban o cazaban, lo que provocó el ataque.
Atacan y matan a las abejas
A quienes sí atacan es a las abejas, son grandes depredadores de esta especie y de otros polinizadores y han hecho de los colmenares su alimento favorito, por lo que se han convertido en la pesadilla de los apicultores. Uno puede llegar a perder el 50 % de sus abejas debido a la pequeña amenaza asiática, asegura el vicepresidente de la Asociación Galega de Apicultores (AGA), Gonzalo Calvo, también veterinario.
Calvo tiene unas 60 o 70 colmenas en la parroquia de Escairón, en O Saviñao (Lugo), y sufre cada año el impacto de esta avispa, a pesar de que no vive en la zona más problemática. Los apicultores han intentado de todo para combatirla, como colocar arpas eléctricas, pero «la invasión es tal y ocupa tal extensión de terreno que, como mucho, consiguen proteger un poco sus apiarios».
Fuentes de la Consellería de Presidencia admiten que ha habido un «aumento extraordinario» de los avisos por velutina y la Xunta de Galicia tiene en marcha un programa de “trampeo” con el que ha colocado 18.500 trampas este año, que han permitido capturar más de 230.000 reinas y reducir en un 30 % los avisos. También se han retirado más de 16.400 nidos en lo que va de año, pero los afectados y los expertos consideran que las medidas no son suficientes ni del todo efectivas.
¿Cuál es la forma de combatirlas?
«No vas a encontrar ningún artículo científico que aconseje el trampeo masivo intensivo«, refiere Feás, que insiste en que «nido que se detecta, nido que hay que retirar«, sobre todo en la época reproductora, pero no se hace.
Desde la asociación de apicultores proponen un plan piloto en una pequeña extensión de terreno, de unos 10 kilómetros de diámetro, donde se coloquen trampas en primavera cada 300 metros con un mantenimiento asiduo para comprobar su efectividad, ya que también matan otros insectos.
Y cuando los nidos alcancen un tamaño medio, hay que atacarlos con biocidas y troyanos, una trampa que permite que sean las propias velutinas las que lleven el insecticida al nido, añade Calvo. «Poner cientos o miles de trampas en distintos sitios de Galicia tiene muy poca eficacia y es un gran gasto. Y los resultados ya los vemos, no se ha conseguido nada o muy poquito. Sencillamente, han colonizado Galicia entera», lamenta el apicultor.
Las campañas que se realizan en todo el territorio gallego consisten en trampeos masivos para acabar con la mayor cantidad de individuos, pero no todos los expertos coinciden en que esta sea la mejor solución para combatir esta plaga.
Un veterinario consultado destaca que estas estrategias no son eficaces. Indica que lo que se debe hacer es buscar nido por nido y retirarlos, porque las otras metodologías no funcionan y no están cumpliendo con el objetivo de combatir a la avispa velutina. EFE / ECOticias.com
 
			 
			















