Castores en el río Manzanares: Las consecuencias de la suelta ilegal

Publicado el: 22 de abril de 2025 a las 14:55
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Castores en el río Manzanares

Ver castores en el río Manzanares de Madrid ya es una realidad y no una broma. Y todo obedece a las consecuencias de la suelta ilegal como ha podido confirmar el biólogo y consultor Paco García, que hace escasos días comprobaba cómo había rastros de este animal en la zona de El Pardo. En pleno centro de la capital madrileña se encuentra este barrio que recibe el mismo nombre que el famoso monte que cobija sus calles.

Las señales eran más que evidentes como confirmaría este experto animal que vio cómo en la zona había restos de troncos roídos por este animal que está protegido y cuya extensión en los últimos tiempos no obedece a criterios científicos, sino a las sueltas ilegales que se hacen en los ríos de nuestro país. Una suelta que, a juicio de Paco García, solo tiene un futuro para los castores dejados en esta zona: su nula superviviencia.



Y es que esta parte de Madrid, además de estar muy poblada y transitada está rodeada por la presa de El Pardo y por la capital propiamente dicha; y a esto se suma que apenas hay caudal del agua en un tramo que cuando llegan los meses de más calor se seca. Sin duda, un final poco halagüeño para estos castores procedentes de la suelta ilegal.

Sueltan castores en el río Manzanares

El castor ha llegado al Manzanares presuntamente de la mano de una suelta ilegal, según el biólogo y consultor Paco García, que ha encontrado rastros de su presencia en El Pardo, un barrio de Madrid capital rodeado por el Monte del mismo nombre, considerado una de las joyas de la biodiversidad de la Comunidad madrileña.



Tras ver un vídeo en el que un joven aseguraba que había visto castores en Madrid, García, validador experto en rastros de mamíferos de la plataforma de ciencia urbana Observations.org y vicepresidente de la Sociedad Española de Conservación y Estudio de los Mamíferos (SCEME), inició su búsqueda.

«Me acerqué para comprobar que no se trataba de una broma (…) Pero es totalmente cierto», ha dicho a EFE el experto, que ha encontrado indicios inequívocos de su presencia, como troncos roídos por ejemplares de esta especie que, pese a estar protegida, se está extendiendo de la mano de sueltas ilegales y no basadas en criterios científicos.

Castores con pocas posibilidades de sobrevivir

Desde que se introdujeran los primeros ejemplares en 2003, en el Ebro, entre Navarra y La Rioja, se han detectado castores en el Duero, entre Zamora y Portugal; el Guadalquivir, en Jaén; en el alto Jalón, Benamir (Soria) y recientemente en el Tajo, en Guadalajara, en la zona de Zorita de los Canes.

Esta sería la población más cercana a Madrid, pero es imposible que hayan llegado desde allí a El Pardo, ha aseverado García, que ha advertido de que no se le ocurre una zona peor en la que soltarlos: está muy poblada y transitada (Mingorrubio) y franqueada aguas arriba por la presa de El Pardo (que está vallada) y aguas abajo por la ciudad de Madrid.

«Tendrán una franja muy estrecha para moverse, no puede hacerse una introducción en un sitio peor, en la que, además, el río se seca cuando llega el verano y es un hilo», ha lamentado el biólogo, que considera que los ejemplares que se han soltado ahí tienen muy pocas opciones de sobrevivir.

«Las administraciones deben dejar de mirar para otro lado, se trata de la quinta suelta ilegal (…) Esto es como si alguien soltara linces y osos donde le diera la gana», ha criticado García, tras recordar que el castor figura en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección (LESPRE) de España desde 2020, como establece la Unión Europea.

Cuando a principios de siglo se detectaron en España los primeros ejemplares, la administración se vio en la obligación de eliminarlos, pues habían sido introducidos ilegalmente, lo que, a su vez, llevó a la aparición de grupos en su defensa. Tras años de indefinición, la UE obligó a España a introducir al castor en la lista LESPRE en todo el territorio nacional, lo que implica que no se pueden cazar, pero también que un particular no puede manejar la especie sin autorización y sin un plan de la administración que lo respalde.

En España no ha habido ningún plan para reintroducir el castor, del que no existen citas feacientes de su presencia en el país en más de 2.000 años, por lo que si se está extendiendo por el territorio nacional es debido a que alguien los está soltado ilegalmente y sin control, ha apuntado el biólogo y consultor Jorge González Esteban.

En su opinión, la administración tiene que parar una situación que a todas luces constituye un delito ambiental que se está perpetrando con total impunidad.

¿Cómo llegó el castor a España?

Este voraz roedor estuvo a punto de desaparecer a principios del siglo XX en toda su área de distribución debido a la caza indiscriminada de ejemplares por el interés en su carne y en su piel.

Para evitarlo, en diversos países europeos pusieron en marcha programas para su recuperación, algo que nunca se ha planteado en España por tratarse de un animal «que aquí no tiene memoria reciente» y porque esos grandes ríos del castor «aquí desaparecieron hace mucho tiempo o nunca estuvieron bien representados», según González Esteban.

Por las pesquisas que han llevado a cabo, los primeros individuos llegaron a España «por cuenta y riesgo» de activistas de una ONG belga, que se dedicó a diseminar ejemplares por distintos países europeos. Los que llegaron al país los obtuvieron de un proyecto de reintroducción en Baviera, Alemania. En 2003, aterrizaron en España con dos grupos de castores. Uno fue soltado en el Ebro, en torno a Navarra y La Rioja, y otro en el Miño, en Galicia. Al parecer, los gallegos no sobrevivieron, pero los del Ebro, sí. EFE / ECOticias.com