Científicos secuencian el ADN de la mora de los pantanos y descubren que su “receta” genética mezcla varias especies

Publicado el: 26 de diciembre de 2025 a las 08:05
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Flor de mora ártica de color naranja creciendo en un entorno natural

La mora de los pantanos (Rubus chamaemorus) forma parte del imaginario navideño en Noruega y otros países del norte por su uso en postres y conservas. Pero, detrás de esa apariencia doméstica, la planta es un caso de estudio para la biología evolutiva. Un equipo de investigadores noruegos ha logrado ensamblar su genoma a nivel cromosómico y ha encontrado un patrón poco intuitivo, una herencia desigual en sus ocho juegos de cromosomas que apunta a un origen por etapas, con aportaciones de varias especies del género Rubus.

El hallazgo se enmarca en el impulso internacional por leer el ADN de la biodiversidad a gran escala. El Earth BioGenome Project se presenta como un “moonshot” de la biología, con la meta de secuenciar, catalogar y caracterizar los genomas de la vida eucariota en una década, apoyado en avances de secuenciación y automatización.



Un genoma con ocho “copias” que no cuentan la misma historia

En humanos, cada cromosoma suele venir en pares (se hereda uno de cada progenitor). En la mora de los pantanos, el punto de partida es distinto porque se trata de un organismo octoploide (ocho juegos de cromosomas). Ese tipo de arquitectura es habitual en plantas y suele estar ligado a hibridaciones y duplicaciones de material genético.

Lo relevante del estudio no es solo el número, sino la asimetría. El preprint concluye que el genoma de Rubus chamaemorus se formó mediante eventos repetidos de hibridación, con un componente de alopoliploidía recurrente (fusión de genomas de especies distintas) y otros procesos de poliploidización complejos. En ese puzzle genético, dos de los ocho conjuntos destacan con fuerza frente al resto, lo que sugiere que la especie no surgió de una única combinación simple, sino de una secuencia de cruces y “recombinaciones” evolutivas.



Como ocurre con toda prepublicación (bioRxiv), el trabajo todavía no ha pasado por la revisión por pares. Aun así, su valor está en la calidad del ensamblaje y en la hipótesis detallada sobre el origen del genoma, que se apoya en datos comparativos y en un análisis que intenta asignar parientes plausibles dentro de Rubus.

Por qué importa más allá de una baya navideña

La genética de especies poliploides suele ser un terreno difícil por definición. Reconstruir un genoma con tantas copias implica distinguir fragmentos muy parecidos y evitar que el ensamblaje “mezcle” piezas de distintos cromosomas. El estudio sobre Rubus chamaemorus aporta un caso útil para afinar métodos, precisamente en un momento en el que la secuenciación masiva busca estandarizar procesos y acelerar el salto de especies carismáticas a conjuntos mucho más amplios.

Ese salto es, en la práctica, la promesa del Earth BioGenome Project, que vincula la disponibilidad de genomas de referencia con aplicaciones en conservación, seguimiento de poblaciones y comprensión de cómo se organiza la diversidad.

El propio planteamiento del estudio abre una limitación importante. Para identificar con precisión qué especies contribuyeron a cada parte del genoma, hace falta contar con genomas completos y comparables de los candidatos. En otras palabras, parte de la respuesta depende de que el “catálogo” genómico de Rubus siga creciendo, algo coherente con la lógica de proyectos internacionales que aspiran a ampliar, fase a fase, el número de especies secuenciadas.

Imagen autor

Adrián Villellas

Adrián Villellas es ingeniero informático y emprendedor en marketing digital y ad tech. Ha liderado proyectos de analítica, publicidad sostenible y nuevas soluciones de audiencia. Colabora además en iniciativas científicas ligadas a la astronomía y la observación espacial. Publica en medios de ciencia, tecnología y medioambiente, donde acerca temas complejos y avances innovadores a un público amplio.

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