El estado ecológico se define como una expresión de la calidad de la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas acuáticos asociados a las aguas superficiales. Para el estado ecológico se distingue entre estado muy bueno, bueno, moderado, deficiente o malo.
Para poder clasificar el estado ecológico de las masas de agua, es preciso contar con los valores de los elementos de calidad biológicos en condiciones inalteradas. Estas condiciones se dan cuando no existen alteraciones antropogénicas de los valores de los elementos de calidad fisicoquímica e hidromorfológica correspondientes al tipo de masa de agua superficial, o existen alteraciones de muy escasa importancia, en comparación con los asociados normalmente con ese tipo en condiciones inalteradas.
Una vez obtenidos estos valores, sirven de referencia para poder compararlos con los resultados de los programas de seguimiento. En caso de existir grandes diferencias entre lo observado (programas de seguimiento) y las condiciones de referencia estaremos hablando de masas de agua en estados peor que bueno. En el caso contrario hablaremos de masas de agua en buen estado.
Estado ecológico de las masas de agua
Recogida de plantas y algas acuáticas, de invertebrados bentónicos (larvas de insectos y otros invertebrados que habitan en el lecho fluvial), e incluso un muestreo de peces componen el ‘chequeo’ que la Confederación Hidrográfica del Duero (CDH) hará en 362 puntos de sus ríos para evaluar el estado ecológico de las masas de agua.
En un comunicado, la CHD ha detallado este martes que se trata de una campaña que forma parte de los programas de seguimiento en ríos, lagos y embalses que el Organismo viene desarrollando desde hace más de 16 años, en cumplimiento con lo establecido en la Directiva Marco del Agua.
Los trabajos incluyen esas recogidas de plantas e invertebrados botánicos, ya que «ofrecen una información muy certera sobre la calidad del agua y del ecosistema del que forman parte, pues se puede decir que tienen “memoria” de lo que ha ocurrido en el río hasta el momento del muestreo», e incluye además «el muestreo de peces».
La CHD ha explicado que estas labores se realizan en primavera, ya que es el momento en que las comunidades biológicas alcanzan su máxima diversidad; y se prevé que se prolonguen hasta junio.
Además de los muestreos de carácter biológico, los ríos se someten a análisis físico-químicos, con una frecuencia mensual o trimestral dependiendo del programa de control en el que estén incluidos, así como a un diagnóstico hidromofológico.
Y, todos estos datos aportan una información fundamental en la planificación hidrológica, ya que son los que determinan la magnitud de las presiones a las que están sometidas las masas de aguas superficiales, ha concluido la CHD. EFE/ECOticias.com