El Día Internacional del Perezoso se celebra el tercer sábado de octubre de cada año para concienciar sobre los problemas que afectan al hábitat natural del perezoso, su estilo de vida y los peligros que le acechan.
Los perezosos son vitales para los ecosistemas que constituyen su hábitat. Son animales solitarios originarios de las selvas húmedas y América del sur y central y sus depredadores naturales son las águilas, los jaguares y las serpientes.
El principal peligro que amenaza a este animal son los seres humanos ya que mediante la deforestación de las selvas y la degradación de los pantanales acotan sus hábitats. Además son víctimas de la caza furtiva y del tráfico ilegal de especies. De cada 10 perezosos capturados, 8 o 9 mueren antes de llegar a su destino y los que consiguen sobrevivir suelen ser víctimas de maltrato animal.
Es imprescindible concienciar a todo el mundo acerca de la fragilidad de estos mamíferos tan especiales. Que son víctimas de la caza furtiva para ser criados como mascotas. Son víctimas de accidentes de carretera. Y se están quedando sin hábitat por la deforestación. Y ni ellos ni ningún otro animal se merece desaparecer por tener tan malos vecinos de planeta.
Hoy vamos a conocer algunas de las características más singulares de estos mamíferos. De los cuales solo hay dos especies (de dos y tres dedos) en la naturaleza. Y únicamente se los puede encontrar en algunas áreas tropicales de América y Asia.
Lentitud
El perezoso se mueve a unos 4 metros por minuto. Esto corresponde a una velocidad de 0,24 km/h. Mientras que una tortuga se mueve a una media de 0,25 km/h. Por lo que sí, son más lentos que una tortuga.
Digestión
Si el perezoso es tan lento es porque se alimenta principalmente de hojas que tienen poco valor nutricional. Ello lo obliga a ahorrar energía. Especialmente porque las hojas de su entrono son difíciles de digerir. Un bocado puede tardar casi un mes en completar el proceso digestivo completo. Por eso solo hace sus necesidades una vez por semana. Y jamás bebe agua.
Una vida de altura
Para el perezoso, que vive en los árboles, bajar al suelo para defecar supone un esfuerzo y unos riesgos considerables. Primero porque en el suelo es aún más lento y torpe que en los árboles, donde su pelaje le ayuda a camuflarse.
Por lo que es presa fácil de sus depredadores naturales, como el jaguar. Además, cada vez que vacía su intestino, pierde casi un tercio de su peso corporal. Ya hasta que no vuelve a alimentarse puede padecer problemas cardíacos.
Un nadador consumado
En el agua puede llegar a moverse hasta tres veces más rápido que en el suelo. Lo cual no es mucho al lado de otros animales. Pero si lo es para él. Que prefiere emplear este método para trasladarse antes que andar. Además, puede contener la respiración hasta cuarenta minutos, controlando su metabolismo para reducir su ritmo cardíaco a un tercio de la velocidad normal.
Simbiótico
Su pelaje alberga algas verdes de las que se alimenta lamiéndose. También forma un hábitat ideal para hongos y muchos insectos, como escarabajos y mariposas, a los que permite escapar de las aves. Y que le sirven para que su camuflaje sea aún más convincente.
Rarezas
El perezoso tiene una vértebra extra en el cuello. Lo cual le permite girar la cabeza 270° , lo que implica 150º más que los humanos. Y si bien a día de hoy su tamaño no supera los 75 cm, tiene un antepasado enorme. Se llamaba Megatherium y superaba en altura a la de un elefante asiático actual.













