La pesca de arrastre es la técnica de pesca industrial más extendida. Así se realiza el 25% de las capturas mundiales. La pesca de arrastre de fondo es la más destructiva y debe distinguirse de la pesca de arrastre pelágica (es decir en superficie). Esta último no raspa el fondo marino, sino que se desplaza en mar abierto, utilizando una red remolcada por una embarcación.
El problema es que las redes de arrastre se llevan todo lo que encuentran a su paso sin distinguir lo que captura. De esa forma si bien se busca pescar algunas especies, se terminan matando muchas otras que no tienen ninguna utilidad económica y que simplemente son ‘daños colaterales’ de este tipo de pesca (mamíferos acuáticos, tortugas, artrópodos y gasterópodos marinos, etc.).
Algunas áreas marinas están protegidas para preservar la flora y fauna que allí se encuentran. Pero el lobby de la pesca de arrastre es mucho más poderoso. En Europa, se estima que casi el 60% de las áreas marinas protegidas están sujetas a la pesca de arrastre industrial legal.
Pesca de arrastre: destrucción de la biodiversidad marina
España carece de un plan detallado para acabar con el impacto de la pesca de arrastre en sus áreas marinas protegidas (AMP) para 2030. Esto contradice a la legislación europea sobre biodiversidad y pesca y a los compromisos para acabar con las prácticas nocivas dentro de zonas teóricamente protegidas.
Lo apunta un análisis publicado por las ONG ambientales Oceana, Seas At Risk y ClientEarth, basado en la información que varios países europeos han enviado a la Comisión Europea en el marco del Plan de Acción Marino de la UE.
La evaluación de las ONG examina las medidas de protección ya vigentes en las AMP de la Red Natura 2000 y las que están previstas de aquí a 2030. España, a pesar de haber reportado algunas restricciones ya impuestas a la flota de arrastre nacional en algunas de estas áreas, no detalla qué hará para salvaguardar todas sus AMP de las consecuencias negativas de esta práctica para los ecosistemas marinos.
Como parte de la hoja de ruta, también se ha reportado la creación de nuevas AMP y el desarrollo de planes de gestión pendientes, pero sin especificar como se garantizará la correcta gestión de la pesca en estas zonas.
La científica marina, Silvia García, explica que «la pesca de arrastre sigue impactando a muchas áreas marinas protegidas en España, de forma contraria a lo que marca la UE y la legislación española en sus objetivos de conservación.
Salvaguarda de las arreas protegidas marinas
Es problemático que lo único que proponga el Gobierno para proteger estas zonas sean cambios cosméticos en las artes de pesca que no evitarán la afectación del fondo marino. La solución real es eliminar la pesca de arrastre de una vez por todas en las AMP. España debe estar a la altura y tomarse en serio la protección del océano».
Análisis de las ONG marinas basado en los planes de los países de la Unión Europea, entre ellos España, para proteger sus áreas marinas protegidas de la pesca de arrastre.
El país está promoviendo cambios en las artes de pesca, entre otros en las puertas de arrastre, dispositivos que mantienen la red de pesca abierta en el fondo marino mientras el barco avanza. Esto pasa por la sustitución de las puertas tradicionales, que entran en contacto directo con el fondo marino, por las llamadas puertas voladoras, diseñadas para quedar suspendidas a unos metros del lecho.
Sin embargo, esta medida no soluciona el problema, ya que no impide que la red siga dañando el fondo y a especies vulnerables y por lo tanto no garantiza una pesca respetuosa con el mar. Para que las AMP sean realmente efectivas, hay que ir más allá de la designación sobre el papel y asegurar una gestión adecuada, que favorezca a los ecosistemas marinos por los que fueron designadas.
Todas las medidas deberían aplicarse a la flota española y a la internacional, que también faena en estas zonas protegidas y para la que hace falta desarrollar recomendaciones conjuntas de gestión con los países involucrados, tal y como establece la Política Pesquera Común.