Los peces mesopelágicos constituyen una parte integral de las redes tróficas oceánicas, por lo que desempeñan un papel importante en el transporte de carbono dentro de las masas de agua a través de su comportamiento de migración vertical.
Se espera que la desoxigenación oceánica que está provocando y agravando el calentamiento global de origen antropogénico plantee graves amenazas a la fauna mesopelágica al aumentar el estrés físico y cambiar las relaciones entre los depredadores y las presas.
Menos oxígeno y más cambios en los peces
El progresivo descenso de los niveles de oxígeno en los océanos se está intensificando debido al cambio climático, lo que está afectando significativamente a los ecosistemas marinos, incluidas las poblaciones de peces mesopelágicos.
Esto podría alterar las redes tróficas marinas, la pesca, la salud de los océanos y la capacidad de estos para almacenar carbono. Este fenómeno tendría graves repercusiones en las cadenas alimentarias marinas, en las pesquerías a nivel global, en el equilibrio de los ecosistemas oceánicos y en la capacidad del océano para almacenar carbono.
Así lo señala un estudio internacional liderado por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) que analiza cómo reaccionaron los ecosistemas marinos a episodios de desoxigenación ocurridos en el pasado.
Para llevarlo a cabo, los investigadores estudiaron fósiles de peces linterna (una de las especies más abundantes e importantes del océano profundo) con más de 10.000 años de antigüedad conservados en sedimentos marinos del Mediterráneo oriental. Las conclusiones han sido publicadas en la revista Communications Earth & Environment.
Estudiando a los peces linterna
Los peces linterna son peces muy pequeños de aguas profundas de la familia Myctophidae, llamados así por su capacidad de producir luz mediante órganos bioluminiscentes. A pesar de su pequeño tamaño, los peces linterna son extremadamente abundantes en el océano global, con una biomasa estimada en 600 millones de toneladas, lo que posiblemente los convierte en los vertebrados más abundantes del planeta si se toma el peso como medida.
Durante el día, los peces linterna viven en la oscura zona mesopelágica (entre 200 y 1.000 metros de profundidad) para esconderse de los depredadores, mientras que por la noche nadan hacia la superficie del océano para alimentarse de zooplancton.
Debido tanto a su gran biomasa como a su migración vertical diaria, los peces linterna desempeñan un papel muy importante en la regulación del clima y en las redes alimentarias oceánicas, porque conectan la superficie con el océano profundo. Por ello, los peces linterna son ampliamente considerados como un buen grupo indicador de la salud del ecosistema mesopelágico.
Los fósiles analizados muestran que estas especies desaparecieron casi por completo durante los periodos en los que el oxígeno del océano cayó a niveles muy bajos. Solo reaparecieron (y en grandes cantidades) cuando la oxigenación del mar se restableció, hace unos 6.000 años.
El equipo, que incluye investigadores de instituciones como Scripps Institution of Oceanography y Woods Hole Oceanographic Institution de EE. UU., Academia Sinica de Taiwán, la Universidad McGill University de Canadá, la Universidad Libre de Berlín y la Universidad de Heidelberg de Alemania, utilizó los llamados otolitos (estructuras del oído interno de los peces) para rastrear cómo han cambiado las poblaciones marinas en el tiempo. Los sedimentos del Mediterráneo oriental, una región que ha alternado fases de alta y baja oxigenación, permitieron observar con claridad el impacto de estos eventos sobre la biodiversidad marina.
«El caso de los peces linterna es un ejemplo claro de lo que puede ocurrir a gran escala si la desoxigenación marina continúa. Si estas especies tan abundantes pueden desaparecer, muchas otras también están en riesgo.», advierte Sven Pallacks, investigador principal del estudio.
La zona crepuscular —la zona mesopelágica, situada entre 200 y 1000 metros de profundidad— desempeña un papel fundamental en el sistema climático de la Tierra, principalmente por su influencia en el ciclo global del carbono.
La conclusión de los expertos es que la falta de oxígeno podría afectar gravemente a las comunidades de peces mesopelágicos en los próximos siglos y ello tendría importantes impactos en la pesca marina, la conservación de los hábitats, la estructura de la red trófica oceánica, el almacenamiento de carbono y otros servicios ecosistémicos marinos. ECOticias.com


















