Los incendios forestales pueden provocar daños de enorme magnitud en la naturaleza y en la biodiversidad, buen ejemplo de ello son los que asolaron al país durante el verano pasado y que causaron verdaderos estragos en parques naturales, reservas de la biosfera, etc.
Cuando se logra apagar un incendio forestal, toca aplicar una serie de medidas y de planes de gestión forestal que promuevan la restauración de las zonas quemadas, siempre con el objetivo de que sean resistentes y resilientes a nuevos fuegos.
Un nuevo estudio demuestra que la heterogeneidad en cuanto a la estructura de los bosques y montes recuperados y el esfuerzo porque haya una amplia diversidad de especies puede marcar una gran diferencia favor de la recuperación.
Gestión del bosque después de un incendio forestal
Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad de Alcalá (UAH) ha demostrado que promover la heterogeneidad estructural y la diversidad de especies en la gestión forestal puede marcar la diferencia en la capacidad de resiliencia de los bosques frente al cambio global. En este sentido, los investigadores han analizado más de cuatro décadas de datos del Inventario Forestal Nacional, tal y como ha señalado el portal web Madri+d.
El trabajo investiga el papel de distintos componentes de la biodiversidad en la capacidad de los ecosistemas forestales para mitigar los efectos negativos de las perturbaciones sobre la productividad y la provisión de servicios ecosistémicos. Estos componentes son la diversidad estructural (variabilidad en el tamaño de los árboles), la diversidad funcional (diferentes estrategias vitales de las especies) y la dominancia funcional (abundancia relativa de ciertas especies).
Los resultados revelan que una alta diversidad estructural aumenta la productividad en bosques afectados por incendios y cortas, mientras que una mayor diversidad funcional ayuda a reducir el impacto de las cortas en bosques de coníferas.
En ausencia de perturbaciones, la productividad depende principalmente de las especies dominantes, pero las cortas pueden alterar esta dinámica, reduciendo el peso de la dominancia y modificando la composición futura de los bosques.
Los investigadores han destacado que fomentar la diversidad estructural y la diversidad de especies puede acelerar la recuperación de los ecosistemas tras perturbaciones, reforzando la estabilidad de las funciones ecológicas y los servicios que proporcionan, desde la captura de carbono hasta la regulación del ciclo del agua.
Las conclusiones del estudio han revelado que la productividad de los bosques afectados, tanto por cortas, como por incendios, puede aumentar significativamente gracias a la alta diversidad, al tiempo que reduce la necesidad de las mencionadas cortas.
La productividad en general y en ausencia de perturbaciones, depende de aquellas especies que resulten dominantes, por lo que las cortas pueden inducir a una reducción de dicha dominancia y a modificaciones de los bosques en cuanto a su composición futura. EFE / ECOticias.com














