En el último siglo, el Kilimanjaro, que es el punto de mayor altura del continente africano, ha sufrido un cambio radical en el uso de los suelos, especialmente en las laderas inferiores, lo que ha provocado una masacre en su biodiversidad: de cada 10 especies vegetales, 7 se han perdido.
La montaña más alta de África está situada en Tanzania. El Kilimanjaro es un volcán tropical que se encuentra inactivo y que proporciona a los pobladores de los alrededores una ingente cantidad de recursos. Pero las presiones del tipo antropogénico están acabando con la diversidad de especies vegetales.
El cambio climático, los graves problemas de contaminación, la extracción descontrolada de recursos y la minería, los cambios en el uso de los suelos y la masiva introducción de especies invasoras, se preveía que fueran los factores que resultan letales para los diferentes ecosistemas locales.
Los graves problemas del Kilimanjaro
El Kilimanjaro es la montaña más alta de África. De sus recursos dependen millones de personas, pero esa presión ha podido con ella: entre 1911 y 2022, el cambio de uso del suelo ha acabado con el 75 % de las especies vegetales naturales de las laderas inferiores del monte. Esta es la principal conclusión de un estudio liderado por Andreas Hemp, de la Universidad de Bayreuth, en Alemania, publicado este miércoles en Plos One.
El Kilimanjaro es un volcán tropical inactivo situado en Tanzania que proporciona agua, madera y alimentos a los habitantes de su entorno, pero su biodiversidad decrece rápidamente debido a presiones relacionadas con el ser humano, como el cambio climático, la contaminación, la introducción de especies invasoras, la extracción de recursos y el cambio de uso de suelo.
Pero para proteger la biodiversidad del Kilimajaro y de otros volcanes tropicales africanos es fundamental identificar bien las causas del declive ecológico y, hasta ahora, la mayoría de estudios se han centrado en el calentamiento global y en los efectos de la crisis climática más que en las causas de cambio ambiental.
Por eso, la nueva investigación ha analizado la biodiversidad de las plantas, que está estrechamente ligada a la biodiversidad general de un ecosistema. Para el trabajo, Hemp y su equipo analizaron mapas históricos, censos, imágenes satelitales y datos de alta resolución espacial de casi 3.000 especies de plantas de diferentes partes de la región.
El análisis reveló que el cambio de uso del suelo, como la expansión de las áreas urbanas o la conversión de hábitats de sabana en tierras agrícolas, fue la principal causa de la pérdida de biodiversidad de plantas entre 1911 y 2022. En este tiempo, las laderas inferiores del Kilimanjaro vieron una pérdida del 75 por ciento de especies de plantas naturales por kilómetro cuadrado.
El estudio explica que el cambio de uso del suelo se debió al rápido crecimiento de la población –la densidad aumentó de 30 a 430 personas por kilómetro cuadrado entre 1913 y 2022– y al desarrollo económico. En paralelo, la investigación demostró que el cambio climático no fue una causa directa significativa de la pérdida de biodiversidad en el Kilimanjaro.
Los autores creen que estos hallazgos podrían ayudar a orientar las políticas para mitigar la pérdida de biodiversidad. Como ejemplos, destacan ubicaciones específicas en la región de Kilimanjaro que se han beneficiado de prácticas agrícolas tradicionales sostenibles y la creación de áreas protegidas.
«Nuestra investigación revela que el cambio de uso del suelo impulsado por el rápido crecimiento de la población, y no el cambio climático, fue el principal impulsor directo de la pérdida de biodiversidad en el monte Kilimanjaro durante el pasado siglo, con hasta un 75 % de especies naturales por km² perdidas en las laderas inferiores. De manera alentadora, la agroforestería tradicional y las áreas protegidas emergieron como estrategias prometedoras para la mitigación», detallan los autores.
«Fue impactante encontrar que, contrariamente a las narrativas comunes, el cambio climático no tuvo ningún efecto medible en las tendencias de biodiversidad local, subrayando la necesidad urgente de abordar los impulsores socioeconómicos como el uso de la tierra en las políticas de conservación», concluyen.
Uno de los factores que más influye en la perdida de biodiversidad que se está produciendo en el Kilimanjaro es consecuencia directa del cambio de densidad poblacional de la zona, que en poco más de 100 años paso de 30 a 430, lo que ha sido el motor de la conversión de los suelos y la degradación de los ecosistemas.
Las conclusiones del estudio fueron sorprendentes, ya que en este caso no es el cambio climático el principal factor de destrucción del equilibrio ecológico, sino las acciones antropogénicas, por lo que sus autores recomiendan que se tomen medidas urgentes de conservación. EFE / ECOticias.com
 
			 
			















