La biodiversidad de las ciudades y los huertos urbanos

Publicado el: 7 de julio de 2025 a las 13:06
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La biodiversidad de las ciudades y los huertos urbanos

Los huertos urbanos que uno ve en mitad de las urbes no solo son meros espacios de entretenimiento mientras se cultivan alimentos. Y es que el cuidado de un huerto urbano tiene mucho que decir, de manera positiva, en el entorno y en favorecer la biodiversidad urbana tal y como ha puesto de manifiesto un estudio.

Ecosistemas en lo alto de grandes bloques de piso donde hay una gran cantidad de insectos, como mariposas y abejas solitarias que polinizan la vegetación, lombrices de tierra o escarabajos y que ahora muestran su valía gracias a un trabajo de investigación realizado en cinco huertos urbanos con características y comunidades muy diferentes entre sí. 



En el estudio se ha puesto de evidencia cómo se influyen mutuamente las personas y la naturaleza. Es decir, se han abordado tanto los aspectos positivos que aportan los huertos al bienestar humano, como el impacto que tiene su percepción y gestión sobre la riqueza o la abundancia de especies.

Todo lo bueno que traen los huertos urbanos para la biodiversidad

Al pasear por una ciudad, a veces, entre el gris, encontramos pequeños oasis de vegetación donde comunidades de ciudadanos y ciudadanas de diversas edades se reúnen para cultivar alimentos. Además de ser un punto de encuentro social, estos espacios también son auténticos ecosistemas donde habitan una gran cantidad de insectos, como mariposas y abejas solitarias que polinizan la vegetación, lombrices de tierra o escarabajos.



Pero, ¿cómo influye la manera de gestionar un huerto en que haya más o menos biodiversidad urbana? Esta es la pregunta que el nuevo proyecto europeo GREENHANCENbt quiere responder. Para llevar a cabo la investigación se han incluido cinco huertos urbanos con casuísticas y comunidades muy diferentes: dos en Barcelona (Cataluña), dos en Turín (Italia) y uno en Malmö (Suecia), donde se estudiarán tanto aspectos sociológicos como ecológicos.

El proyecto está financiado por el programa Biodiversa+, coordinado por la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas (SLU) y participan como socios el CREAF, la Agencia de Desarrollo Urbano de Barcelona, la Universidad de Turín y la Universidad de Sassari.

Este enfoque se centra en estudiar cómo se influyen mutuamente las personas y la naturaleza. Es decir, abordamos tanto los aspectos positivos que aportan los huertos al bienestar humano, como el impacto que tiene su percepción y gestión sobre la riqueza o la abundancia de especies.

“Este enfoque se centra en estudiar cómo se influyen mutuamente las personas y la naturaleza. Es decir, abordamos tanto los aspectos positivos que aportan los huertos al bienestar humano, como el impacto que tiene su percepción y gestión sobre la riqueza o la abundancia de especies”, destaca Corina Basnou, investigadora del CREAF y quien lidera los dos casos de estudio en Barcelona.

Para ello, el equipo combinará entrevistas y grupos focales para entender cuestiones como cuál es la diversidad de cultivos que cultivan o si organizan actividades divulgativas; también medirán indicadores ecológicos, por ejemplo, la cantidad de mariposas o la flora espontánea que crece en los márgenes; y analizarán aspectos relacionados con la salud humana y medioambiental, como la presencia de metales pesados en las hojas de las plantas cultivadas.

Los huertos urbanos analizados

En el caso de Barcelona, los huertos escogidos son el conocido como ‘Can Mestres’, el primer huerto municipal de la ciudad, que se fundó en 1997 y se sitúa en Montjuïc, “acoge mayoritariamente a personas mayores y jubiladas y promueven varias acciones para fomentar la biodiversidad, como el programa ‘Flora amiga’”, explica Basnou.

El otro es Pla i Armengol, ubicado en el barrio del Guinardó, un huerto comunitario que nació en 2014 gracias a la movilización vecinal; “se trata de una comunidad con personas de todas las edades, así que el espacio se convierte en un punto de encuentro para la educación ambiental, el intercambio de semillas y actividades culturales”, resalta Basnou.

En el caso de Turín se trabajará con Orti Generali y Agrobarriera. En cuanto a Malmö, la investigación se realiza en un huerto comunitario Botildemborg, con una historia muy inspiradora detrás gestionado con usuarios migrantes, con un fuerte componente cultural y gastronómico. “Esta variedad de huertos y comunidades nos permitirá profundizar tanto en la parte sociológica de la investigación como en la ecológica”, comenta Basnou.

En el proyecto también participan la investigadora del IRBio y adscrita al CREAF Yolanda Melero para estudiar la biodiversidad de mariposas en el caso de los huertos de Barcelona. Yolanda coordina desde hace años el Observatorio Ciudadano de Mariposas Urbanas uBMS (urban Butterfly Monitoring Scheme); una red colaborativa de voluntarios que unen esfuerzos para obtener datos sobre las poblaciones de mariposas en las ciudades de Barcelona y Madrid. También la estudiante de doctorado Shichun Ma, que trabajará temas relacionados con protocolos de datos de biodiversidad urbana.

Una visión ampliada

Según el equipo, este proyecto parte del concepto Nature-Based Thinking (Pensamiento Basado en la Naturaleza), que va un paso más allá de las conocidas Soluciones Basadas en la Naturaleza. Esto significa que no se trata solo de utilizar la naturaleza para resolver problemas ambientales o sociales, sino de entender cómo las personas, las comunidades y las instituciones se relacionan y gestionan la naturaleza. El estudio también pondrá énfasis en aspectos sociales como la gobernanza compartida, las actividades interculturales, la educación y el valor estético del paisaje.

“Los resultados también servirán para elaborar indicadores de biodiversidad urbana, generar propuestas de mejora, protocolos y una base de datos útil para gestores y la ciudadanía”, destaca Corina Basnou. La experta también destaca que el proyecto responde a varios retos de los planes e iniciativas de la ciudad de Barcelona como la Estratègia d’agricultura urbana 2019-2030, el Plan Natura y la Estratègia d’alimentació saludable i sostenible Barcelona 2030. ECOticias.com