Más de cuatro décadas después de haberse dado por extinguida en Andalucía, una bióloga de Sevilla ha localizado la ‘Gyrocaryum oppositifolium Valdés‘, conocida como «Nomevés«, una de las especies más escasas y amenazadas de la flora ibérica.
Este sorprendente hallazgo, que ha tenido lugar en la Sierra Norte de Sevilla, supone un motivo de celebración para la comunidad científica y para cuantos se apasionan por la biodiversidad de la península, ya que confirma la resistencia de una especie pequeña y frágil pero, a la vez, excepcional.
La planta debe el apelativo popular de “Nomevés” precisamente a su diminuto tamaño y su brevísima floración, que suele pasar desapercibida (como si nadie la viese).
Es una planta de unos 5-20 centímetros, cubierta de pelos ásperos endémica de la península ibérica que, a pesar de su suave apariencia, representa un “fósil viviente” con más de 25 millones de años de evolución independiente, un linaje tan antiguo que hoy se considera único en la flora europea.
Se denominan así (como fósiles vivientes) a aquellas especies en riesgo de extinción que se separaron de sus parientes más cercanos hace millones de años en nuestro planeta.
Respecto a su floración, un tanto fugaz, suele germinar a principios de año y desaparece con la llegada del calor estival, dejando tras de sí apenas unas semillas.
En cuanto a su nombre científico, Gyrocaryum oppositifolium Valdés, nos hace recordar al género de las Boraginaceae que fue creado por el botánico y profesor español Benito Valdés Castrillón (Calatayud, 1983) del Departamento de Biología Vegetal y Ecología Facultad de Biología Universidad de Sevilla.
Nomevés, una de las especies más amenazadas, si no la qué más
En las últimas décadas, solo crecía en esas dos localizaciones, pero Rosario Velasco, técnica de la Agencia de Medio Ambiente y Agua de la Red Andaluza de Jardines Botánicos de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente ha identificado un centenar de ejemplares vivos en el enclave original, después de buscarla durante 24 años.
«Esta planta es una de las más amenazadas de la Península, si no la más«, ha subrayado Velasco y ha señalado que entre las causas por las que no se ha encontrado antes podrían estar el hecho de que»ha permanecido dormida» o también, que «puede ser que el ganado se la haya comido«.
Una planta de discreta apariencia
También ha explicado que el nombre Nomevés responde precisamente porque es una planta que pasa muy desapercibida: «Es muy pequeña, de apenas unos centímetros«, ha recalcado la técnica medioambiental.
El valor principal de esta planta, con flor, es que es muy antigua, ya que data de hace 25 millones de años y que además es extremadamente rara. Por ello, a pesar de las buenas noticias del hallazgo, los expertos subrayan su delicada situación y que continúa en peligro crítico de extinción por sus escasos individuos y su fugaz floración.