De entre todas las amenazas silenciosas en la costa, una de ellas es la que trae consigo la Rugulopteryx okamurae o alga asiática invasora. Aunque procede en su origen del Pacífico occidental, poco a poco fue introducida en otros ecosistemas como por ejemplo el Mar Mediterráneo o el Océano Atlántico.
Precisamente, Portugal se ha puesto manos a la obra para frenar a esta especie que no solo coloniza grandes espacios marinos, sino que logra desplazar a especies que son nativas al ver alterados sus hábitats.
Acabar con el alga asiática invasora: preocupación nacional en Portugal
El Gobierno de Portugal aprobó este martes una estrategia nacional para combatir la expansión del alga asiática invasora (Rugulopteryx okamurae) presente de forma «preocupante» en sus costas, especialmente en el Algarve, en el sur, y en la zona de Cascais, en la periferia de Lisboa.
Así lo señaló en un comunicado el Ministerio de Medioambiente y Energía, que explicó que ha desarrollado junto con la cartera de Agricultura y Mar esta estrategia que establece un plan de acción que incluye, entre otras, medidas de vigilancia, respuesta operativa, investigación científica y coordinación institucional para mitigar el impacto ecológico, social y económico del alga invasora.
En concreto se contemplan la eliminación mecánica de algas en las zonas más afectadas, el estudio de su posible uso industrial o agrícola, la movilización de equipos regionales de respuesta rápida y la creación de una base de datos nacional con los registros geolocalizados de la expansión de esta especie. La estrategia será aplicada por un grupo de trabajo que estará coordinado por la Agencia Portuguesa de Medioambiente (APA), con la participación de organismos científicos, municipales y del sector marítimo.
La ministra de Medioambiente y Energía lusa, Maria da Graça Carvalho, dijo en la nota que la reacción a este fenómeno «exige» una coordinación en todos los niveles de gobierno y de los sectores implicados. «Actuamos en base a la mejor evidencia científica disponible para proteger nuestro litoral y garantizar que las comunidades pesqueras, el turismo y los ecosistemas no se pongan en riesgo«, subrayó.
Rugulopteryx okamurae fue por primera vez detectada en Portugal en la zona de las islas Azores en 2019 y después se propagó por el territorio continental del país. A las costas de España, el alga asiática llegó en 2015, concretamente, a las playas de Ceuta, posiblemente a través de las aguas de lastre de algún carguero procedente de Asia. En el Estrecho encontró un ecosistema debilitado y desde entonces se ha expandido por prácticamente todo el litoral peninsular.
Es importante recordar que gracias a su rápido crecimiento en rocas y otro tipo de sustratos son capaces de desplazar a especies autóctonas de la zona, mientras cambian cadenas alimenticias del fondo del mar. Sin duda consecuencias preocupantes por cuanto alteran la biodiversidad marina e impactan en actividades como el turismo o la pesca de la zona. EFE / ECOticias.com


















