Desveló que anualmente se están tratando del orden de 700.000 vehículos, una cifra importante a pesar de la crisis, que “está obligando a los conductores a no cambiar de vehículo con la periodicidad que venía siendo habitual”. Consecuencia de todo ello, precisó, ha sido “el envejecimiento del parque móvil”.
El Director General de Sigrauto, Manuel Kindelan, explicó en Radio Líder que esta entidad sin ánimo de lucro, en la que participan los fabricantes importadores de vehículos, así como los desguaces y las instalaciones de fragmentación, se crea con el objetivo de dar el mejor tratamiento medioambiental a los vehículos fuera de uso, involucrando en este cometido a las principales asociaciones que representan al sector.
Desveló que anualmente se están tratando del orden de 700.000 vehículos, una cifra importante a pesar de la crisis, que “está obligando a los conductores a no cambiar de vehículo con la periodicidad que venía siendo habitual”. Consecuencia de todo ello, precisó, ha sido “el envejecimiento del parque móvil”.
PROCEDIMIENTO A SEGUIR
Kindelan recordó que, cuando se quiere dar de baja un vehículo, éste debe ser trasladado a un centro autorizado de tratamiento, denominación que en la actualidad reciben los antiguos desguaces o cementerios de los años 90 y que han sido sometidos a un proceso de reconversión, contando ahora con una autorización otorgada por el órgano medioambiental correspondiente para llevar a cabo su cometido.
Insistió en que sólo estos centros pueden dar la baja administrativa del registro general de vehículos, eximiendo a los usuarios de toda responsabilidad sobre los mismos.
Una vez en el centro de tratamiento, el vehículo es sometido a un proceso de descontaminación que consiste en extraer del mismo todo aquello que pueda resultar dañino para el medio ambiente y almacenarlo en depósitos adecuados. Es el caso de fluidos tales como aceite del motor, caja de cambio, combustible, fluido de aire acondicionado y líquido de frenos, además de la batería y los frenos.
Acto seguido, se procede al desmontaje de aquellos componentes susceptibles de ser reutilizados, pudiendo servir éstos para reparar otros vehículos. En este escenario, apuntó que “si bien resulta evidente que el vehículo en sí ya no sirve, esto no significa que no pueda haber piezas que estén en perfecto estado y que, por tanto, sean útiles para alargar la vida de ciertos vehículos”.
LOGÍSTICA
La red de Sigrauto cuenta en estos momentos con aproximadamente 540 centros distribuidos por el conjunto de España, constituyendo la red concertada más numerosa de la Unión Europea, así como la más amplia.
Los centros adscritos a la misma reciben, por parte de la organización, una serie de contraprestaciones tales como servicios informativos, de asesoría, de documentación estadística y de divulgación, poniendo incluso a disposición de los usuarios una aplicación para móviles que indica el centro más cercano y sus datos de ubicación.
Con motivo del Congreso de Reciclaje de Automóviles celebrado el pasado mes de marzo en Berlín, Kindelan puso de relieve el gran interés de las distintas temáticas abordadas en el mismo, sobre todo para comprobar las diferencias entre países. Al respecto, manifestó que una de las cuestiones que más preocupan en el entorno comunitario es la desaparición o pérdida de vehículos fuera de uso que se está produciendo en muchos Estados. “El problema es que casi no llegan vehículos a los centros de tratamiento y estos se están exportando como productos, cuando en realidad son residuos, dando lugar a un proceso ilegal”.
No obstante, apuntó que esta situación no se da en España. “Mientras que en Alemania estos centros, denominados “cars”, sólo reciben medio millón de vehículos al año, en España estamos en los 700.000”.