El Diario Oficial de Galicia (DOG) publica las condiciones de adhesión a la planta de compostaje industrial de Sogama, que ha sido construida en el vertedero de residuos no peligrosos de Areosa, (Cerceda- A Coruña) regulando así la operativa, funcionalidad y protocolo de uso de una instalación, a la que se ha destinado una inversión de 2,5 millones de euros, creada específicamente para poner en valor la fracción orgánica procedente de los programas municipales de recogida selectiva de residuos.
El documento, enmarcado en la disposición adicional segunda de la Ley 5/2017, de 19 de octubre, de fomento de la implantación de iniciativas empresariales en Galicia, concreta distintos aspectos administrativos y técnicos a tener en cuenta en la relación contractual a formalizar entre Sogama y los ayuntamientos adscritos. El fin último de esta actuación no es otro que contribuir a incrementar los porcentajes de recuperación de la materia orgánica y dar cumplimiento a los objetivos europeos, nacionales y autonómicos de reciclaje.
En este marco, la planta prestará servicio a los municipios más próximos y que estén emplazados en un radio máximo de 45 kilómetros de distancia hasta completar su capacidad de tratamiento, dimensionada para 15.000 toneladas anuales. El período de adhesión se estipula en cinco años, que en todo caso podrá verse prorrogado por las partes de común acuerdo.
Dado que los entes locales tendrán que organizar por sus propios medios la logística de recogida y transporte de la materia orgánica, habilitando para ello los contenedores específicos necesarios y encargándose igualmente de llevar a cabo sus propias campañas ciudadanas de información, formación y concienciación, el canon unitario por este concepto se fijará, para el presente año 2018, en 45 euros por tonelada de materia orgánica, previéndose su actualización anual con el IPC correspondiente.
No obstante, y a fin de garantizar el correcto funcionamiento de la planta y su máxima eficiencia, la fracción orgánica (FORSU) entregada por los ayuntamientos no podrá contener más del 15% de impropios, entendiéndose como tales residuos que no correspondan a esta categoría, es decir, plásticos, papel, vidrio, textiles, etc. Este porcentaje representa el límite técnico para que la instalación pueda operar con garantías y para que, por tanto, el compost obtenido en la misma sea de calidad y perfectamente apto para ser aplicado en la agricultura sin restricciones.
Con tal fin, Sogama podrá realizar dichas caracterizaciones cuando detecte que las características de la materia orgánica recibida en su planta no son las adecuadas, circunstancia que podría comprometer su rendimiento. De darse el caso, las partidas que incumplan este requerimiento se derivarán al proceso de tratamiento común, comunicándose este extremo al concello de procedencia, facturándose las mismas conforme al canon que rige para la bolsa negra (basura convencional).
COMPOSTAJE DOMÉSTICO Y VERMICOMPOSTAJE
La planta de compostaje industrial viene a complementar la firme apuesta de Sogama por la economía circular. Prueba de ello es su programa de compostaje doméstico, al que están adscritos 231 entidades de distintos puntos de Galicia (141 ayuntamientos, 78 centros educativos y 12 colectivos sociales), habiendo distribuido cerca de 7.500 compostadores, todos ellos fabricados con materiales reciclados y reciclables.
Asimismo, la empresa pública se encarga de impartir cursos de formación presenciales para que los usuarios dispongan del conocimiento y el bagaje necesario para elaborar un compost de calidad, así como de suministrar el material didáctico de apoyo (carteles y manuales explicativos fundamentalmente), sin olvidar que dispone de una página web específica www.compostaconsogama.gal, a través de la cual los interesados pueden obtener toda la información, accediendo incluso a recursos divulgativos complementarios.
El objetivo es que los ayuntamientos cuenten con los medios necesarios para alcanzar los beneficios ambientales, económicos y sociales que trae consigo un programa de autocompostaje, esto es, menores emisiones de CO2 al disminuir la frecuencia de recogida y transporte de los contenedores convencionales, disminución del importe de la factura a pagar a Sogama y recuperación de una práctica tradicional en el rural gallego, como es la segregación de la materia orgánica para alimento del ganado o elaboración de abono natural.
Además, la compañía se ha adentrado recientemente en una experiencia piloto de vermicompostaje, protagonizado en este caso por lombrices de tierra que ingieren la materia orgánica y la excretan en forma de humus, un fertilizante natural de extraordinarias propiedades para el suelo. El programa de vermicompostaje ya se ha instaurado en 25 viviendas de As Pontes de García Rodríguez y está a punto de implantarse en 22 de Carballo, estando presente igualmente en el centro penitenciario de Monterroso (Lugo) y en dos centros escolares.