Asimismo, debe articularse un gran esfuerzo por parte de los Estados miembros para reducir el vertido y que, para 2030, no se acepten en vertedero los residuos reciclables, limitando un vertido máximo del 10% para el año 2035.
En un marco de economía circular, los eurodiputados han respaldado los planes de acción para impulsar el reciclaje y reducir el uso del vertedero. En este contexto, y para el año 2025, deberán reciclarse al menos el 55% de los residuos municipales (hogares y empresas), un porcentaje que se incrementará hasta el 60% para 2030 y hasta el 65% para 2035. En términos generales, el 65% de los embalajes deberán reciclarse para 2025 y el 70% para 2030. No obstante se establecen objetivos desagregados por tipos de material (papel/cartón, plásticos, vidrio, metal y madera).
Asimismo, debe articularse un gran esfuerzo por parte de los Estados miembros para reducir el vertido y que, para 2030, no se acepten en vertedero los residuos reciclables, limitando un vertido máximo del 10% para el año 2035. El borrador de la propuesta ya fue acordado informalmente con el Consejo de Ministros y el pleno de la Cámara votará durante la sesión plenaria que tendrá lugar en Estrasburgo del 16 al 18 de abril.
Tomando como referencia la evolución de los últimos años, se aprecia, según la nota del Parlamento Europeo, que, mientras que Austria, Bélgica, Dinamarca, Alemania, los Países Bajos y Suecia, prácticamente no depositaron desechos en vertedero, otros como Chipre, Croacia, Grecia, Letonia y Malta siguen vertiendo más de las tres cuartas partes de sus residuos municipales. Si bien la gestión de los residuos ha evolucionado de forma positiva en las últimas décadas, lo cierto es que, como media, casi un tercio de los mismos se vierten y menos de la mitad se recicla o composta.
Mejorar dicha gestión traería consigo importantes beneficios ambientales, económicos, para el clima y la salud. Así, y tomando como referencia un modelo de desarrollo circular, la Comisión Europea elaboró cuatro propuestas legislativas que introducen nuevos objetivos en el ámbito de la reutilización, el reciclado y el vertido, y que vienen a reforzar las disposiciones de la UE sobre prevención de residuos y responsabilidad ampliada del productor, simplificando las definiciones, las obligaciones de información y los métodos de cálculo.
Simona Bonafé, eurodiputada principal, se mostró satisfecha de que, después de largas negociaciones con el Consejo, se hayan sentado las bases para el desarrollo sostenible en Europa, toda vez que los Estados miembros quedan obligados a seguir medidas claras y comunes sobre el ciclo de vida de las materias primas y la eliminación de residuos. Manifestó igualmente que, en sintonía con los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, también se apuesta por reducir el desperdicio alimentario a la mitad, con un umbral de reciclado del 65% para todos los Estados. Una batalla, que, a su juicio, “hará de la economía del Viejo Continente una de las más virtuosas del mundo”.
Fuente: Sogama