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lunes, junio 5, 2023

Potencial educativo por parte de las infraestructuras de tratamiento de residuos

En este contexto, pedagogía, transparencia y comunicación se convierten en palabras clave asociadas a la gestión de los residuos. Más allá de este objetivo hay otro que tiene que ver con un acto justicia de la administración hacia el conjunto de la población. Tal como apuntó Genoveva Català, directora de la Agencia de Residuos de Cataluña, «la divulgación es importante también por la necesidad de rendir cuentas a la ciudadanía, porque estos últimos años le hemos pedido mucho esfuerzo, que ha dado resultado». Se refería Català a que, a pesar de que en Cataluña ha habido un destacado aumento demográfico en los últimos años, no se ha producido un crecimiento de los residuos, dato que recoge el DVD La brossa és un tresor (La basura es un tesoro), presentado en esta edición del comunicARC.

Un interés creciente
Otro elemento importante son los beneficios que conlleva la difusión de información sobre los residuos y, por el contrario, los efectos claramente negativos de la restricción informativa. La conclusión es que, aunque la comunicación quede limitada a un número no demasiado grande de personas, ésta es una opción siempre deseable porque suma y con las nuevas generaciones puede tener un efecto multiplicador a medio plazo.

En cambio, la falta de transparencia implica problemas a corto plazo. Lo puso de relieve Joan Mateu, representante de la empresa mallorquina de gestión de residuos Tirme cuando recordó que, en los años 90, el PP balear no quiso explicar la problemática de los residuos, lo que alimentó las posiciones extremas de oposición a las infraestructrures por parte de algunos ecologistas. Mateu afirmó que «la no explicación intoxica el debate público y genera confusión» y describió la situación actual como «muy diferente» ya que «se basa en una política de puertas abiertas que ha hecho que las oposiciones radicales ya no sean rentables».

Desde la vertiente positiva, el periodista José Luis Gallego, destacó el considerable impacto que tuvo la emisión del programa Terra Verda de TVE Cataluña cuando un sábado por la noche consiguió el doble de su audiencia habitual con una emisión sobre los residuos. Un dato que cuestiona los tópicos que circulan sobre lo que interesa y lo que no interesa la audiencia. Gallego subrayó que «el catastrofismo es un mal señuelo para convencer», recordando que «estamos viviendo un momento en que ya hemos llegado a la gente y ésta está dispuesta a conocer más». En consecuencia, reclamó que «los ecoparques y plantas de tratamiento sean instalaciones abiertas, porque seguro que serán visitadas».

Caminos diferentes hacia el mismo objetivo
La exposición durante la jornada de diferentes experiencias de utilización de las infraestructuras de tratamiento de residuos para la sensibilización ciudadana permitió ver que en cada lugar se ha optado por un modelo diferente en función de las prioridades y los recursos, aunque el objetivo de fondo sea el mismo.

Los casos del centro de visitantes del Ecoparque de la Rioja y del Centro de interpretación de residuos de COGERSA en Asturias ponen de manifiesto la voluntad de crear espacios museizados con un cierto grado de sofisticación, que sirven para explicar las instalaciones y sobre todo la problemática de los residuos en general. Ambos participan de la dimensión citada por Genoveva Català de «mostrar el beneficio del esfuerzo», en palabras de la representante de COGERSA, Teresa Fernández. Por el centro asturiano han pasado unas 150.000 personas desde 2007. En la misma línea, la consejera de Turismo, Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno de La Rioja, Aránzazu Vallejo, aseguró que «el centro de visitantes permite, entre otras cosas, que los ciudadanos vean que su dinero se gasta bien».

El Ecoparc de Montcada i Reixac es un ejemplo de priorización del funcionamiento de la infraestructura por encima de la museización pero igualmente se organizan visitas. La Entidad Metropolitana del Medio Ambiente   ha producido material divulgativo y tiene un programa de información ambiental. El Parque Ambiental de Bufalvent, en la comarca del Bages, también quiere llegar a la ciudadanía y el pasado mes de junio celebró por primera vez una jornada de puertas abiertas. Este parque, situado en un antiguo vertedero, tiene un tratamiento paisajístico y la explicación de la infraestructura se vincula al valor del lugar y al recuerdo de las prácticas tradicionales de tratamiento de los residuos. También en el Bages, el Centro de Tratamiento de Reciclaje de frigoríficos de El Pont de Vilomara sigue una política de acercamiento a la población a través de instalaciones didácticas, como las aulas, y ha firmado un convenio de colaboración con el Centro de aprendizaje del Bages para llegar a las escuelas.

En la Planta de Compostaje y recogida de la Seu d’Urgell un objetivo es aumentar la recogida selectiva, según explicó el gerente de la Mancomunidad de recogida de basuras de L’Urgellet, Jordi Vilaró. Vilaró señaló que el acercamiento a los ciudadanos es otro objetivo y defendió «la transmisión de ideas simples en la explicación del funcionamiento de las infraestructuras», un trabajo que él mismo realiza en persona atendiendo las visitas escolares. De manera subyacente quedó claro que hay una relación entre la consecución de un objetivo y otro, aunque esta relación no se cuantificó.

Lugares públicos, interés público
Así pues, e independientemente de la opción elegida para la divulgación, hay que buscar la manera de que las infraestructuras de residuos reciban la consideración de lugares públicos, de forma que todo el mundo sienta la necesidad de acercarse a ellas en algún momento. Se trataría, por tanto, de recorrer el camino a la inversa: los gestores podrían moderar sus esfuerzos para llegar al ciudadano, ya que éste vendría por propia iniciativa, al igual que ahora visita una plaza o un parque. Enric Batlle, del estudio Batlle Roig,  aportó algunas soluciones en esta dirección desde la arquitectura, con el premiado proyecto de restauración del depósito controlado del Garraf que ha tenido como motor, según Batlle, «la consideración pública del lugar, pensando en los residuos como algo que no hay que esconder, sino hacerlo presente «.

Finalmente, el geógrafo y naturalista Martí Boada cerró la jornada recordando que «si en la sociedades preindustriales los residuos han sido deseados, la industrial los ha tenido en el olvido durante demasiado tiempo». En el comunicARC 2009 se ha evidenciado que esta visión está empezando a superarse. Como dijo uno de los asistentes: «ahora que en Cataluña hemos conseguido una buena gestión, el conocimiento se sitúa como el nuevo gran reto».

sostenible.cat – Albert Punsola

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