Madera, lámina de acero inoxidable, motores de corriente alterna y aspas metálicas fueron los materiales utilizados para desarrollar tres trituradoras que en un sólo paso transforman botellas de PET en polvo plástico.
«El dispositivo tiene la capacidad de triturar una tonelada de material en solo una hora. Así se facilita la eliminación del almacenamiento de desperdicios al interior de una casa u oficina», afirmó el doctor Said Robles Casolco, profesor investigador de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura del Campus Puebla.
El proyecto fue realizado por 50 alumnos de la materia Tecnología de Materiales que imparte el doctor Robles Casolco, quien tuvo la iniciativa de crear un producto que permitiera a las familias ser parte del proceso de reciclaje que además les generará ingresos.
«Al obtener el polvo plástico es posible venderlo a empresas dedicadas a la fabricación de materias primas para que puedan ser convertidas en subproductos como mesas, sillas e incluso juguetes» señaló el académico.
El costo de fabricación de las trituradoras osciló entre los 800 y los mil pesos; sin embargo, al producirse de forma industrial su precio podría ser hasta un 30% más económico para el consumidor final. Aspecto que convertiría a las trituradoras de PET en electrodomésticos que podrían conseguirse en cualquier tienda departamental.
Comunidad poblana comienza su uso
El también miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel I, especificó que el objetivo a cubrir en el semestre enero-mayo de 2010 consistió en desarrollar las trituradoras para cubrir una necesidad social al interior de una comunidad.
Esto fue posible a través de la técnica didáctica Aprendizaje-Servicio (A-S), metodología educativa basada en una experiencia de ciudadanía, en la cual los estudiantes, docentes y miembros de la comunidad aprenden juntos para solucionar necesidades específicas, utilizando el conocimiento y realizando la transferencia de conocimiento para el bien común.
Las trituradoras fueron entregadas al municipio poblano de San Pablo Ahuatempan, comunidad donde «la mayoría de las personas no está acostumbrada a reciclar y la cantidad de botellas sigue creciendo dentro del basurero, a pesar de ya casi estar ocupado en su totalidad», comentó .José Alberto Pérez Romero, alumno de la carrera de IMT y originario de la región.
El doctor Robles Casolco explicó que el proyecto está en su primera etapa: diseño y fabricación del prototipo. La segunda fase, que continuará en el semestre agosto-diciembre 2010, consistirá en patentar el producto y darlo a conocer como opción de negocio en la Incubadora Social que coordina el Instituto para el Desarrollo Social Sostenible (IDeSS) del Campus Puebla.




















