Greenpeace espera que la Administración informe debidamente de la evolución y los impactos del vertido, así como que ponga en marcha una investigación para aclarar lo ocurrido. Del mismo modo, la organización ecologista pide que se lleven a cabo las labores de limpieza sin utilizar medios agresivos para el entorno como los dispersantes químicos, que podrían agravar el problema de contaminación.
“La industria nos está demostrando que sólo hay una forma de evitar los vertidos: ir más allá del petróleo”, ha declarado Sara Pizzinato, responsable de la campaña Transporte de Greenpeace.
La organización ecologista recuerda además, que la semana pasada el Parlamento Europeo aprobó una recomendación de no autorizar nuevos pozos de petróleo en aguas profundas europeas mientras la normativa comunitaria no esté actualizada para hacer frente a catástrofes como la del Deepwater Horizon.
“El Gobierno debe poner en marcha todas las medidas disponibles para proteger el Parque Natural del Delta de Ebro e impedir que se llegue a una situación de contaminación irreversible”, ha concluido Pizzinato.



















