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viernes, junio 9, 2023

Reciclaje contra la crisis

Reducir antes que reciclar, eso está claro. Pero una vez establecido este reto principal, debemos ser realistas y aceptar que sólo con medidas de prevención no conseguiremos avanzar en la gestión ambientalmente responsable de nuestra basura. Por eso hay que perseverar en las tareas de recogida selectiva y valorización de los residuos mediante el reciclaje de sus materiales.

Estas, al menos, son las principales conclusiones que se extraen del informe, aprobado recientemente por la Eurocámara, sobre las oportunidades de mejora en la gestión de los residuos en la Unión Europea. En esta reciente iniciativa legislativa los eurodiputados han querido destacar que la industria del reciclaje es uno de los sectores que mejor está encarando la crisis; ya que, no sólo no se encuentra en recesión, sino que podría ofrecer un potencial de hasta medio millón de puestos de trabajo en los próximos años. Y también que su desarrollo puede dotar a los Estados miembros de nuevas oportunidades de mejora ambiental y financiera.

Los entes locales destinan buena parte de los presupuestos anuales a la gestión de los residuos, tal y como les marca la ley, pero también pueden llegar a recibir una parte nada despreciable de fondos en forma de retorno mediante la participación ciudadana en la recogida selectiva de residuos. Unas cifras que, en un tiempo de crisis como el que estamos atravesando, se pueden convertir en un preciado auxilio para las arcas municipales. ¿Hacemos números al respecto? Por ejemplo con los datos referentes al papel y cartón.

El papel y cartón que los ciudadanos depositamos en los contenedores azules se está pagando actualmente en la subasta de materias primas en torno a los 70 euros por tonelada. El consumo anual se sitúa entorno a los 150 kilos anuales, de modo que si somos 47 millones de habitantes, nos da una cifra de consumo ligeramente superior a los siete millones de toneladas anuales. Pongamos que consiguiéramos reciclar la mitad: serían 245 millones de euros de beneficio. Si fuéramos capaces de alcanzar el 80% (lo que ya se está consiguiendo en algunos países europeos) serían 420 millones de euros. Es una hipótesis, un ejemplo, y en todo caso cabe decir que la gestión de los servicios de recogida es muy superior al retorno que podemos conseguir, pero vale la pena tenerlo en cuenta.

Pero este auxilio económico parte de un gesto tan simple como voluntario: que el ciudadano ponga, una vez vacía, la caja de cartón de los cereales en el contenedor azul, o el cartón que protege las cervezas o los yogures, o los diarios y revistas que ya hemos leído o cualquier otro residuo de este valioso material residual. Todo convenientemente plegado para que quepa más material en cada contenedor. Por eso hay que perseverar en las políticas de comunicación y sensibilización ciudadana para promover la participación en la recogida selectiva, muy especialmente a nivel local. Porque cada tres contenedores azules perfectamente llenos (el aire a veces llega a ocupar más de la mitad de su capacidad una vez lleno) pueden suponer un beneficio de 70 euros para nuestro ayuntamiento: es decir, para nosotros, pues a nosotros volverán en forma de equipamientos municipales o mejoras de los espacios de nuestro pueblo, barrio o ciudad.

Hay que ser avaros con el reciclaje de los residuos, especialmente en este periodo tan difícil que estamos atravesando. Debemos entender que los contenedores son huchas en que introducimos nuestros ahorros, pues como señala el informe de la Eurocámara «una estrategia de gestión de residuos más eficaz ofrece nuevas oportunidades para la creación de empleo y el incremento de los ingresos los entes locales».

http://www.sostenible.cat/ – ECOticias.com

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