La segunda fase del itinerario acogió el tratamiento de la denominada bolsa negra (fracción resto), que se inicia en la planta de elaboración de combustible (PRTE), donde se selecciona el material susceptible de ser reciclado (acero, aluminio, acero residual y vidrio)
Con el objetivo de conocer los pormenores del sistema de gestión de residuos urbanos por el que han apostado la mayor parte de los ayuntamientos gallegos, incluido el de Monforte de Lemos (Lugo), representantes de la Asociación Vecinal Ribasaltas, entre ellos su secretaria, Julia Barreira, realizaron esta mañana una visita al complejo medioambiental de Sogama en Cerceda, teniendo la oportunidad de comprobar de primera mano la gestión y tratamiento que reciben los residuos urbanos procesados en el mismo.
De la mano de monitores especializados, y tras recibir las oportunas explicaciones, apoyadas por diverso material divulgativo, el grupo realizó un recorrido guiado por las distintas instalaciones que conforman esta infraestructura industrial. Así, pudieron ver la planta de clasificación de envases ligeros, donde se recepcionan los desechos depositados por la ciudadanía en los contenedores amarillos de recogida selectiva (envases de plástico, latas y briks) para ser separados de forma mecánica por tipologías (plástico duro, fino y mixto, briks y envases de acero y aluminio),siendo remitidos posteriormente a los correspondientes centros de reciclado, donde son transformados en nuevos productos para ser reincorporados al circuito comercial.
La segunda fase del itinerario acogió el tratamiento de la denominada bolsa negra (fracción resto), que se inicia en la planta de elaboración de combustible (PRTE), donde se selecciona el material susceptible de ser reciclado (acero, aluminio, acero residual y vidrio), fabricando con la parte no reciclable un Combustible Derivado de Residuos (CDR) con el que se abastece la planta termoeléctrica (PTE) para producir energía eléctrica. Un proceso en el que, como no podía ser de otra forma, se utilizan tecnologías punteras y de última generación, además de novedosos sistemas de depuración de gases, que permiten llevarlo a cabo con absolutas garantías para la protección del medio ambiente y la salud de las personas, cumpliendo rigurosamente con los preceptos impuestos por la legislación vigente en la materia. Y prueba de ello son las mediciones en continuo que se hacen de la mayor parte de los parámetros, estando éstos muy por debajo de los límites legales.
BUENAS PRÁCTICAS EN LA GESTIÓN DE RESIDUOS
Pero la visita no se circunscribió únicamente al apartado técnico, poniendo en común la problemática que entraña la elevada producción de desperdicios y las buenas prácticas que la población debe adoptar para hacer frente a la misma, con independencia del sistema final de tratamiento, resultando esencial la adopción, individual y colectiva, del principio de las tres erres (Reducción, Reutilización y Reciclaje) y que en todo caso debe dar comienzo con la prevención (el mejor residuo es el que no se produce), el consumo sensato y racional, el alargamiento de la vida útil de los productos y la adecuada separación de los mismos una vez convertidos en residuos, depositando cada material en el contenedor correspondiente; un gesto imprescindible para la viabilidad del reciclaje y que atañe a cada ciudadano, debiendo éste asumir su papel y responsabilidad en el sistema.