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Uganda: a partir de residuos de cuero producen ‘abono’ para los cultivos de café

Publicado el: 1 de abril de 2025
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Uganda, la Perla de África, ha sido siempre uno de los países más favorables para el cultivo del café. Cuenta con unas tierras ricas y fértiles, suelos volcánicos en el este y en el oeste, temperaturas suaves entre 20°-30° y dos estaciones de lluvia que hacen que los cultivos de café crezcan abundantemente.

Uganda es el segundo productor de café detrás de Etiopía y el primer exportador de África. Y Europa es el principal destino de los cafés Ugandeses, puesto que más del 65% de la producción se exporta a países de dicho continente.

La mayoría del café todavía es producido por pequeños agricultores y agricultoras del país, en terrenos de menos de 3 hectáreas. Habitualmente es la mujer la encargada del cuidado, recolección y venta del café. En muchos casos, esta producción es muy importante, por ser la única fuente de ingresos de la familia.

De desechos a fertilizantes para el café

Investigadores ugandeses han desarrollado un método para transformar los desechos generados por la producción de cuero en una solución agrícola rica en nutrientes para el cultivo del café .

La innovación aborda desafíos críticos en el sector agrícola de Uganda, al enfocarse en la gestión de desechos y la fertilidad del suelo mediante un enfoque científicamente avanzado para la producción de fertilizantes orgánicos.

Al convertir los desechos del procesamiento del cuero en un fertilizante orgánico inteligente, los científicos esperan mejorar el crecimiento económico, la sostenibilidad ambiental y el bienestar social, afirmó Simon Peter Musinguzi, investigador principal y profesor titular de la Universidad de los Mártires de Uganda.

La producción de cuero, conocida como curtiduría, genera una gran cantidad de residuos industriales, que generalmente no se utilizan y plantean desafíos ambientales , según Musinguzi.

“El proceso de curtido solo utiliza el 20 por ciento de la piel, dejando el 80 por ciento como residuo, lo que contribuye a la contaminación y es peligroso para las comunidades cercanas a las curtidurías”, explicó.

“Vimos la oportunidad de convertir estos residuos en algo beneficioso: un fertilizante orgánico que apoya la agricultura, el medio ambiente y los ingresos de los agricultores”.

El equipo comenzó su investigación el año pasado con una financiación de 125 millones de chelines ugandeses (34.000 dólares estadounidenses) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de Uganda en el marco de la Iniciativa de Consejos de Subvenciones para Ciencias (SGCI).

Se centraron en el café, el principal cultivo comercial de Uganda, cultivado por 1,8 millones de hogares , pero dicen que su fertilizante podría utilizarse también en otros cultivos.

Uganda produce 393.900 toneladas de café al año, lo que la convierte en el segundo mayor productor de África y el sexto a nivel mundial. Sin embargo, corre el riesgo de perder su competitividad debido a métodos agrícolas deficientes, fertilizantes ineficaces y condiciones ambientales adversas.

El colágeno es la clave

El ingrediente clave del fertilizante es el colágeno, una proteína extraída de la piel animal. Este se utiliza para elaborar un hidrogel enriquecido con nutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio, esenciales para el crecimiento de las plantas.

El fertilizante “inteligente” aporta estos nutrientes al suelo según sea necesario, dice Musinguzi. “El aspecto inteligente de este fertilizante es su capacidad de detectar y liberar nutrientes en función de las necesidades del suelo”, explicó.

“Si falta un nutriente en particular, el fertilizante responde en consecuencia, reduciendo la necesidad de aplicaciones repetidas”. El fertilizante también ayuda a que el suelo retenga la humedad, reduciendo potencialmente el impacto de las sequías en las plantaciones de café, afirma.

Los agricultores son los beneficiarios

Frank Matovu, un caficultor de Masaka cuya finca se utilizó para probar el fertilizante, dice que ha visto resultados notables. Dice que otros fertilizantes necesitan aplicarse más de dos veces por temporada.

“Para el café, estamos obligados a pulverizar al menos ocho veces al año, y el mayor problema es que la mayoría de estos fertilizantes no son orgánicos”, dijo Matovu, añadiendo que esto reduce los precios del mercado, porque los compradores prefieren los productos orgánicos.

Los fertilizantes químicos debilitan el suelo con el tiempo, obligando a los agricultores a una dependencia a largo plazo, afirma Matovu: «Una vez que empiezas a usarlos, el suelo deja de ser sostenible, lo que significa que siempre necesitarás fertilizantes. Se convierte en una carga económica y una amenaza para la agricultura futura».

La Unión Europea, el mayor mercado de café de Uganda, quiere que los agricultores adopten prácticas más sostenibles, incluidos fertilizantes orgánicos. Pero Matovu dice que puede ser difícil conseguirlos: “Son caros y la mayoría son falsos, no funcionan, así que este [nuevo fertilizante] es una gran victoria para nosotros como agricultores”.

Distribución a escala en Uganda

Geoffrey Seruwu, de la Organización Nacional de Investigación Agrícola (NARO), cree que la innovación podría suponer una ganancia significativa para el sector agrícola de Uganda. “Muchos fertilizantes en el mercado crean un ciclo de dependencia: los agricultores tienen que seguir usándolos o sus rendimientos disminuyen”, dijo Seruwu.

Si esta investigación cumple lo que promete, Uganda no solo podría fortalecer su sector cafetalero, sino también mejorar la producción de cultivos de alto valor como el aguacate Hass, muy demandado en Europa. Dice que NARO está abierto a colaborar con investigadores locales como Musinguzi para garantizar que el fertilizante llegue a los agricultores a gran escala.

Los investigadores están evaluando actualmente la durabilidad del fertilizante en el suelo y aspiran a tener un producto listo para comercializarse en noviembre de este año. Esperan abastecer los mercados de Etiopía, Kenia, la República Democrática del Congo y Uganda.

“Cuando todo esté hecho, buscaremos una asociación con el gobierno y otros actores agrícolas, y esto determinará el precio y cómo ampliar la escala”, agregó Musinguzi. Por John Musenze.