“La ciudad canadiense de Vancouver está empeñada en construir dos torres, bajo las normas de las Passivhaus, que serán las más grandes del mundo y estarán edificadas teniendo en cuenta la estanqueidad del aire, la aislación y los sistemas de recuperación de energía y calor.”
A por el récord
Vancouver encabeza de esta forma, la aplicación del movimiento Passivhaus en las ciudades de América del Norte, al optar por la construcción de edificios verdes certificados y quiere hacerlo a lo grande y de la mejor forma.
El movimiento de las Passivhaus nació en una pequeña localidad de Alemania (ver: Casas pasivas o Passivhaus: un concepto que impondrá la UE) como forma de paliar la subida del gas, que en el año 1976 les afectó a los ciudadanos de Saskatchewan.
Vancouver está siendo rezonificado y dentro de los nuevos planes de edificación están las dos nuevas torres, que no solamente serán las más eficientes energéticamente de la ciudad, sino que además no emitirán gases de efecto invernadero.
Asia Standard Américas y Landa Global Properties son las dos empresas que se han propuesto desarrollar dichas construcciones, que se ubicarán en el número 1400 de la calle Alberni (donde actualmente hay un edificio de apartamentos de la década del 70 que será demolido en breve) y que, con sus 42 y 48 pisos de altura, serán las Passivhaus más grandes del mundo.
Cuando estén erigidas, hecho que se espera suceda en 2022, le quitarán el primer puesto a la torre Bolueta de Bilbao, que, con sus 28 pisos, hasta ahora se consideraba el edificio verde con certificación energética de mayor altura.
Eesmyal Santos-Brault, consultor y experto en casas pasivas, explicó que, Vancouver será de esta forma, la ciudad que tenga las dos torres de hormigón y cristal más altas del mundo, construidas bajo un modelo que, si bien nació en Alemania, es una idea que ha tenido gran acogida en el resto del planeta, como alternativa a los edificios tradicionales.
Para Santos-Brault: “el hecho de construir un edificio que sea económicamente viable, del que obtengan ganancias y que al mismo tiempo no dañe al Medio Ambiente, puesto que consume muy poca energía y recursos, hará que todos los vancouveritas se vean beneficiados.”
Vancouver emisiones Cero
El Ayuntamiento ve con buenos ojos dicha iniciativa, ya que la misma se inscribe en los planes gubernamentales, que apuntan a que, en 2030, la ciudad logre alcanzar el rango de cero emisiones y la construcción tradicional, representa un porcentaje importante de las mismas.
Sean Pander es el encargado de supervisar las construcciones verdes de la ciudad de Vancouver y si bien cree que el proyecto es muy interesante y afirma que la ciudad está decidida a apostar por este tipo de edificios, advierte que, los desarrolladores todavía tienen que obtener los permisos necesarios, proceso que pasa por una consulta pública y por su aprobación final, por parte del consejo de la ciudad.
“Históricamente, recuerda Pender, se habló mucho de eficiencia energética, pero los resultados fueron en verdad muy mediocres. Este proyecto ha despertado gran entusiasmo a todo nivel, por las implicaciones de liderazgo en este tipo de construcciones para Vancouver y por el cambio a favor de la protección del Medio Ambiente”.