Normalmente, las botellas de plástico en las que se envasa la leche están hechas de poliestireno de alta densidad (HDPE), un material que tarda unos 500 años en descomponerse. De las 2.7 millones de toneladas de plástico que se venden cada año en el mundo, sólo una quinta parte acaban recicladas. El resto, terminan en vertederos, quemadas o tiradas en cualquier lado, constituyendo una seria amenaza para muchos animales que se pueden enredar en ellos o ingerirlos.
Esta interesante iniciativa trata de evitar el uso de estos plásticos tan dañinos para el medio ambiente con una botella ecológica para la leche y así tener un envase que se puede reciclar hasta 7 veces y finalmente convertirse en compost en cuestión de semana.
La botella, diseñada por Martin Myerscough, está fabricada con una cubierta exterior a base de papel, la cual es 100% reciclable, y otra interior, una bolsa de plástico reciclado, que impide que los líquidos se filtren en el primer envase. Ambas partes son fácilmente separables para favorecer y facilitar su reciclado, uno para el contenedor de papel y otro para el de plástico.
Hasta ahora, es la granja de leche Marybelle la única que usa esta botella para envasar su producto pero esperamos que pronto se una a ella muchas más…