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jueves, marzo 23, 2023

Ver los temas ambientales como un lujo en estos momentos demuestra no saber nada

En un medio como la televisión, tan dominado por programas efímeros, 20 años constituyen un verdadero acontecimiento. ¿Cuál es el secreto para mantenerse en antena tanto tiempo?
Creo que esto responde a una demanda social y, por qué no decirlo, al esfuerzo por hacer un producto riguroso, atractivo y con visión amplia. La apuesta era arriesgada, pero valiente y necesaria en 1992 y se ha visto que no sólo había espacio para un programa así, sino que la evolución de los temas ambientales lo ha hecho muy necesario. Por otro lado, el formato breve y diario hace más difícil que la gente se canse.

¿La apuesta por el prime time fue uno de los grandes aciertos?
Efectivamente, poner el programa en un horario como este, entre el Telenotícies Comarques y el Telenotícies Migdia, fue un acierto. Es una hora de gran audiencia y en estos momentos un programa de tres minutos raramente hará cambiar de canal ni siquiera a quien se sienta poco interesado en estos temas. En cambio, atraerá gente que no iría a buscar un programa especializado en otro momento. Encontrar un horario así por un programa más largo es más complicado.

¿Un programa como éste sólo posible en la televisión pública?
Una televisión pública no se guía sólo por la audiencia, que también es importante. La televisión pública debe ser competitiva, pero también debe ofrecer aquello que considere necesario. No creo que una televisión privada apostara por un programa de estas características y, sobre todo, en la línea informativa que tiene. Y, en todo caso, no habría durado tantos años, ni muchos menos. Pero se ha visto que el programa también tiene un gran seguimiento. Y aquí se unen el servicio y la rentabilidad.

¿Cómo surgió la idea de hacer ‘El Medi Ambient’?
En una época en que se empezaban a mover en serio los temas ambientales -unos meses antes se había creado la Consejería de Medio Ambiente y en junio estaba prevista la Conferencia de Río de Janeiro-, TV3 se planteó crear un programa informativo breve sobre estos temas. En Cataluña ya había tradición de investigación en este campo, trabajos pioneros y grupos ecologistas y naturalistas que tenían una trayectoria importante. Pero el grueso de la ciudadanía tenía menos conocimientos y conciencia y había que explicar las cosas. Además, pronto se encontró un patrocinador, Gas Natural, que también tenía interés en apostar por estos temas. Y veinte años después, aquí siguen el programa y el mismo patrocinador-ahora Gas Natural Fenosa.

¿Se ha modificado el planteamiento inicial a lo largo de este tiempo?
La idea básica es la misma, pero en veinte años hemos experimentado muchos cambios en el formato y en la forma de trabajar: de ir con cintas y magnetoscopios hemos pasado a trabajar con tarjetas de memoria y desde el ordenador. Hemos pasado del 4:3 al 16:9, hemos adoptado nuevas herramientas de grafismo … También se introduce algún tratamiento nuevo, con entrevistas, por ejemplo. En cuanto a los contenidos, al principio había que explicar e insistir en temas más básicos que ahora ya son conocidos.

¿Qué balance haría con motivo de este aniversario y cómo valora la labor de sus predecesores Joan Besson y Magda Valls?
El trabajo de Joan Besson fue esencial, porque él creó el programa, estableció el formato, lo puso todo en marcha. Magda Valls había formado parte del equipo del programa desde el principio y después se hizo cargo de la dirección. Aparte de sus conocimientos del medio televisivo y experiencia, es bióloga de formación y eso fue importante. Ellos empezaron y seguir un camino que hacía muy fácil coger el testigo.

El balance sólo puede ser positivo. Primero, porque seguimos dentro de veinte años después. Segundo, porque con este aniversario nos hemos dado cuenta de la gente de diversos sectores que le sigue y que nos anima: público general, niños, jóvenes, profesores, familias, investigadores, técnicos, activistas, industriales … Es muy importante, porque nosotros no nos inventamos los temas y podemos hacer el programa gracias a todas estas personas que realizan actividades, toman iniciativas, investigan o dan ideas.

¿Qué repercusión ha tenido Internet y, en concreto las redes sociales, en amplificar el impacto del programa?
Estos canales también han significado un cambio y naturalmente han dado mucha más difusión y han facilitado el intercambio con los espectadores. La web ya tiene varios años y permite que quien quiera vea el programa desde cualquier lugar del mundo y en el momento que le vaya bien y que recupere programas antiguos por temas. Facebook ha tenido un impacto positivo, con más de 8.000 amigos que nos comentan cosas o envían ideas. Las redes sociales son esenciales en la difusión de cualquier cosa y aún más de un programa de televisión, aunque, desgraciadamente, somos un equipo reducido y no podemos animarlas tanto como quisiéramos.

¿Cuál ha sido el momento más difícil y lo más gratificante durante el tiempo que usted ha sido director?
No sé si es memoria selectiva, pero de momento especialmente difícil no recuerdo ninguna. De gratificantes ha habido muchos, sobre todo cuando la gente te agradece un reportaje o viajes por el territorio y ves que muchas personas lo siguen. Mencionaré dos satisfacciones concretas y recientes. Una ambientóloga catalana que vive y trabaja en Londres y con quien contacté hace poco casualmente nos dijo que había conocido la carrera gracias al programa. Y una madre nos ha dicho que su hijo de seis años sigue el programa y que le gusta mucho.

El programa ha roto la visión reduccionista del medio ambiente relacionada con unos ámbitos muy determinados ligados a la naturaleza. ¿Por qué se ha buscado este enfoque amplio hablando de economía, de tecnología, e incluso de arte?
Hemos querido superar la idea de que el medio ambiente tiene que ver sólo con flora y fauna, espacios naturales, residuos, contaminación … Esto no tiene sentido. Los temas ambientales permiten muchos enfoques, pero tenemos una cosa clara: tienen influencia en muchos ámbitos, prácticamente en todos. Hoy no se puede hablar de economía sin hacer mención, más veces o menos, a la crisis energética, los sectores de tecnologías limpias … Y no se puede valorar según qué tema ambiental sin hacer un balance de costes y beneficios. El medio ambiente, aunque hay gente que todavía no lo ve claro, es esencial en progreso económico, innovación, competitividad, bienestar, justicia social, salud … Incluso para comprender algunos temas de política internacional. Se puede hacer un programa que sólo hable de naturaleza, pero un programa informativo diario no puede olvidar todas las interrelaciones entre el medio ambiente y muchos otros ámbitos. Y cuando hablamos de arte y de literatura queremos romper barreras entre ramas de la cultura y mostrar el enriquecimiento mutuo que experimentan.
¿Cree que si el Medio Ambiente se hubiera creado ahora en 2012 llevaría de una manera u otra el nombre de sostenibilidad o seguiría llamándose igual?
A veces hemos pensado en qué nombre pondríamos si el programa naciera ahora, pero nunca lo hemos hecho a fondo y encontrar un buen nombre no es fácil ni rápido. Quizás sí que haría referencia a la sostenibilidad, aunque a menudo se abusa del término y se aplica a todo.

Como autor de varios libros, y por tanto como persona acostumbrada a la profundización, ¿le ha sido difícil tratar en pocos minutos temáticas a veces bastante complejas?
Es un ejercicio muy interesante. Siempre es difícil, pero en ciencia, con la necesidad de introducir muchos matices o de explicar conceptos que la gente no conoce, aun lo es más. Condensar la información obliga, primero, a tener mucho cuidado del lenguaje, evitar frases largas, eliminar repeticiones, incluso sacar perífrasis. Hay que sacar también todas las cosas superfluas-y, desgraciadamente, algunas que consideras más o menos necesarias-y ser muy concreto. En ocasiones es muy difícil, pero diría que con este aprendizaje y esta costumbre después escribes diferente cuando haces artículos o libros.

¿Cataluña ha avanzado en conciencia ambiental en los últimos 20 años?
Ha evolucionado mucho. Pensamos que en 1992 se empezaban a instalar puntos limpios y que los contenedores de recogida selectiva ya tenían una cierta edad pero tampoco estaban tan presentes ni eran tan utilizados. La gente ha interiorizado el tema y la recogida selectiva ha aumentado mucho, aunque nos encontramos con un problema grave porque mucha gente concienciada no tiene siempre alternativas para hacer compras con envases reutilizables o con menos envoltorios. El ahorro de agua en empresas y en ciudadanos también ha sido considerable. Hay más sensibilidad por la naturaleza, cuando se hacen campañas la gente responde, en las escuelas se trabaja mucho el tema y los más jóvenes ya son casi los que ayudan a concienciar a los padres … Falta mucho, todavía, porque el entorno no siempre ayuda, pero el cambio en veinte años ha sido espectacular.

¿Las políticas ambientales que se han aplicado durante este tiempo han estado a la altura de las necesidades del país?
Es complicado analizar las políticas ambientales de manera rápida. Yo creo que en temas como residuos ha avanzado mucho, que se han recuperado muchos ecosistemas, sobre todo acuáticos, que se han hecho esfuerzos en educación ambiental. Diría que en el campo de la eficiencia energética y de las energías renovables vamos mucho más atrás de lo que debiera. Y que en movilidad seguimos dando demasiado preferencia a coches y camiones, aunque se intenten promover los más eficientes. Creo que estos dos serían los grandes problemas actuales.

‘El Medi Ambient’ también ha viajado a menudo por otros países. ¿Nos falta todavía mucho para llegar a la altura de los más avanzados?
Estamos a mucha distancia de ciertos países, como Dinamarca o Finlandia, por citar dos que hemos conocido. Pero allí la conciencia y las políticas ambientales tienen una historia muy larga y esto no se improvisa. Pero también tenemos buenos ejemplos para exportar. Creo que la diferencia básica con algunos países, como los nórdicos o como Alemania, es que allí los temas ambientales están plenamente integrados en la política económica, energética o de ordenación del territorio y aquí a veces parece que sean un añadido.

¿El mundo empresarial ha experimentado un cambio de sensibilidad ambiental aún más importante que el político o no?
Sí y esto ha pasado, creo, por tres razones básicas. Una sería el convencimiento y la conciencia de ciertos empresarios y técnicos. Pero también han visto, desde hace años, que ser más eficientes en energía y en gasto de agua o en limitar la producción de residuos significa un ahorro económico. Finalmente, la competitividad y ahora la crisis obligan a la innovación y en el campo ambiental hay muchas posibilidades.

No quisiera mencionar ninguna empresa concreta pero hemos sacado de grandes y pequeñas que han hecho grandes esfuerzos para racionalizar procesos y cambiar fuentes energéticas y eso, al principio, significa un coste, pero a la larga es un gran ahorro. También ha habido innovación a la hora de hacer que un residuo sea, en realidad, una materia prima para otro producto.

‘El Medi Ambient’ también ha viajado a menudo por otros países. ¿Nos falta todavía mucho para llegar a la altura de los más avanzados?
Estamos a mucha distancia de ciertos países, como Dinamarca o Finlandia, por citar dos que hemos conocido. Pero allí la conciencia y las políticas ambientales tienen una historia muy larga y esto no se improvisa. Pero también tenemos buenos ejemplos para exportar. Creo que la diferencia básica con algunos países, como los nórdicos o como Alemania, es que allí los temas ambientales están plenamente integrados en la política económica, energética o de ordenación del territorio y aquí a veces parece que sean un añadido.

¿El mundo empresarial ha experimentado un cambio de sensibilidad ambiental aún más importante que el político o no?
Sí y esto ha pasado, creo, por tres razones básicas. Una sería el convencimiento y la conciencia de ciertos empresarios y técnicos. Pero también han visto, desde hace años, que ser más eficientes en energía y en gasto de agua o en limitar la producción de residuos significa un ahorro económico. Finalmente, la competitividad y ahora la crisis obligan a la innovación y en el campo ambiental hay muchas posibilidades.

No quisiera mencionar ninguna empresa concreta pero hemos sacado de grandes y pequeñas que han hecho grandes esfuerzos para racionalizar procesos y cambiar fuentes energéticas y eso, al principio, significa un coste, pero a la larga es un gran ahorro. También ha habido innovación a la hora de hacer que un residuo sea, en realidad, una materia prima para otro producto.

http://www.sostenible.cat – ECOticias.com

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