Marta Cavallé Abadal es técnico de proyectos de Fundación Lonxanet. Es bióloga. Su ONG lucha por la conservación de la pesca artesanal y por la introducción de métodos de gobernanza cogestionados que den buenos frutos económicos, ecológicos y sociales. Esta entrevista formará parte, también, de un número especial de «The Ecologist», el monográfico de abril, dedicado a nuestros mares y océanos.
– ¿Qué hace vuestra organización?
-Fundación Lonxanet para la Pesca Sostenible es una ONG de desarrollo que nació con el objetivo de crear una sociedad más justa y que favorezca el desarrollo sostenible de las comunidades pesqueras que viven del mar. Llevamos más de doce años acompañando a comunidades de pescadores artesanales en el emprendimiento de proyectos humanos, económicos, sociales y ambientales a fin de resolver o minimizar sus problemáticas, siempre a través de metodologías participativas, de mediación comunitaria y que favorezcan la reconstitución de la gobernanza en el mar.
UNA ACTIVIDAD NECESARIA
-¿Por qué es necesaria esta actividad?
-Por diversos motivos: más de 200 millones de personas en el mundo practican la pesca artesanal; proporciona alimento a más de 2.000 millones de personas; aporta el 50% de pescado para el consumo humano en el mundo; genera empleo local, fija población al territorio y dinamiza social y económicamente a muchas poblaciones costeras, fluviales y lacustres dependientes de estos ecosistemas; contribuye a la sostenibilidad social, ambiental y económica más que ningún otro sistema productivo pesquero; la mayoría son poblaciones rurales que viven en países en desarrollo y emergentes con un IDH muy por debajo de la media… Pese a estos hechos, que avalan la importancia de la pesca artesanal a nivel global, la pesca artesanal y a pequeña escala es una actividad económica en regresión y especialmente vulnerable ante la falta de atención y apoyo por parte de las políticas públicas de muchos países. Dicha desatención genera abandono de la actividad, pobreza, emigración, desarraigo y marginación. Realidades que pretendemos subsanar mediante la implementación de diferentes proyectos de desarrollo con la sostenibilidad social, económica y ambiental por bandera.
-¿La industria pesquera española es una gran depredadora de mares y océanos? ¿Cuáles son las empresas con mayor índice de capturas?
-La flota española es la mayor flota de la Unión Europea en términos de tonelaje bruto, la que realiza el mayor número de capturas totales (en volumen) de Europa y una de las principales potencias pesqueras en el mundo. Paradójicamente, España es el tercer país en cuanto a importaciones -después de Estados Unidos y Japón-, lo que significa que, además de lo que producimos, necesitamos importar a otros países para abastecer el consumo nacional de pescado. Sin embargo, hay que advertir que no toda la flota pesquera española es igual, ni pesca de igual forma, ni con el mismo impacto. De hecho, cerca del 80% de los barcos de la flota española se consideran artesanales, por lo que podemos decir que unos pocos barcos ejercen un fuerte impacto sobre el medio marino pero también decir que no es el único país que lo hace. Las flotas industriales francesas, danesas e inglesas, entre otras, también contribuyen. No podemos olvidar, sobre todo, el impacto que ejercen los super-arrastreros de Holanda y Alemania.
SOBREEXPLOTACIÓN
-¿Qué cede España a otros estados a cambio de utilizar sus caladeros prácticamente sin ningún límite?
-En realidad no ocurre de tal modo. Existen múltiples factores en el ámbito de la pesca que favorecen una lógica productiva orientada hacia la maximización de las capturas, con la correspondiente sobreexplotación y potencial colapso de los recursos pesqueros. El mercado, con su fragilidad normativa y su opacidad; el incremento de la competencia por unos recursos cada vez más escasos; o los modelos centralizados, cuya arquitectura y dinámicas gestionan los recursos pesqueros, son algunos de los factores que derivan en la intensificación del esfuerzo pesquero. Pese a todo, nosotros creemos firmemente en que un nuevo modelo de gestión y gobernanza no solo es necesario, sino que es también posible.
-¿Qué tipo de pesca sería la más sostenible?
-En Fundación Lonxanet estamos convencidos de que todos los sistemas productivos pueden hacer esfuerzos, avanzar y mejorar su sostenibilidad; aunque reconocemos que, actualmente, la pesca artesanal es la que contribuye a la sostenibilidad social, ambiental y económica más que ningún otro sistema productivo pesquero. El desafío está en cómo restaurar la confianza entre el propio sector pesquero y entre éste y la Administración. Cambiar el modelo de gobernanza mediante metodologías participativas como las empleadas en dos comunidades costeras de Galicia que culminaron con la creación de dos Reservas Marinas de Interés Pesquero cogestionadas -“Os Miñarzos” y “Ría de Cedeira”-. Se trata de procesos que promueven la corresponsabilidad, la colaboración y la cooperación entre usuarios; la eficacia y eficiencia de su gestión y, por ende, la mejora progresiva del estado de sus recursos.
INICIATIVAS
-¿Hay pescado certificado y qué avales son los más pertinentes y en qué consisten?
-Lo ideal sería poder apostar por aquellos productos provenientes de un Plan de gestión o una Reserva Marina de Interés Pesquero Cogestionada como las de Lira y Cedeira. Sin embargo, somos conscientes de que aún son pocas estas iniciativas para abastecer el mercado de todo el país. Hay varias certificaciones de los productos pesqueros que llegan a nuestros mercados y que evalúan la sostenibilidad biológica de las capturas. La principal es MSC, aunque tenemos que tener en cuenta que todavía cuenta con pocas pesquerías certificadas en nuestro país y que no evalúa la sostenibilidad social y económica, sólo la biológica. Para hacer un consumo lo más responsable posible lo principal que tenemos que tener en cuenta cuando vamos a comprar es conocer el origen de los productos, que sean de nuestro caladero nacional, y preguntar cómo ha sido pescado. Lo ideal es consumir pescado artesanal y de proximidad. La buena noticia es que próximamente se implementará la nueva ley sobre el etiquetado, en la que será de obligado cumplimiento que figure el método de captura en la etiqueta.
-¿Se están recuperando algunos caladeros?
-En el último informe ICES se habla de una leve mejoría de algunos stocks en los mares europeos (merluza norte, caballa…), pero, desafortunadamente, según datos de la FAO, el 85% de las pesquerías mundiales se encuentran completamente explotadas, sobreexplotadas, o bien agotadas. Casi todos los estados hacen esfuerzos para regular la explotación de los recursos bajo criterios de sostenibilidad. Sin embargo, la situación global de los océanos no ha mejorado, de hecho solo el 1% de las pesquerías del mundo parece recuperarse de la sobreexplotación. Sin embargo, los procesos de Reserva Marina de Interés Pesquero cogestionada son un camino para poder cambiar estas cifras. Afortunadamente, estos modelos parece que van cobrando importancia y se van replicando de manera similar en otras partes del país. Es el caso del comité de cogestión del sonso, en Catalunya, donde se han notado importantes resultados también.
ESPECIES AMENAZADAS
-¿Cuáles son las especies más amenazadas?
-Hay varias guías de consumo responsable, en las que diferentes organizaciones alertan de aquellas especies que no se deben consumir y las que se puede pero con moderación. Ya nos podemos imaginar que justamente aquellas especies más comunes dentro de nuestro consumo son las que están sometidas a mayor presión pesquera. Entre ellas destaca el atún, el bacalao, la merluza, el rape, la anchoa… En cambio, hay muchas especies de procedencia de pesca artesanal que no están valoradas comercialmente y que pueden ir sustituyendo o dejando reposar a las primeras.
-¿Por qué echamos toda nuestra basura al mar?
-Es cierto que aún falta una conciencia colectiva importante a nivel medioambiental, pero poco a poco esto afortunadamente ha ido cambiando. Lo prioritario es creernos que realmente la acción de cada uno de nosotros puede hacer una diferencia en nuestro entorno. Así, podemos realizar cambios en nuestra casa, pero también en nuestro ámbito de trabajo, incentivar cambios en la empresa donde trabajamos para que cambie su política ambiental y diferenciarse en el mercado, y creernos que, si nos organizamos, podemos llevar a nuestros políticos a cambiar e incentivar políticas ambientales más adecuadas.
Pablo Bolaño
Asociación Vida Sana
ESPAÑA, ESTADO DESAGRADECIDO
MÚLTIPLES FACTORES
-¿Por qué un país al que el mar le ha dado tanto sigue siendo tan destructivo con respecto a sus costas?
-Existen múltiples factores en el ámbito de la pesca que favorecen una lógica productiva orientada hacia la maximización de las capturas. Los principales motivos son las fuerzas del mercado, el incremento de la competencia por unos recursos cada vez más escasos y los modelos de gestión de los recursos pesqueros centralizados. La cogestión representa una herramienta fundamental para abrir el diálogo y la colaboración entre Administración pública y sector pesquero. En estos modelos de gestión compartida se favorece el diálogo y se distribuye la responsabilidad entre pescadores y Gobierno, en lugar de delegar en un único actor toda la responsabilidad en la gestión de los bienes comunes. Un incremento de los sistemas de control y de vigilancia con el consecuente aumento del gasto público no resuelve el problema de la sobrepesca si no se integra a los pescadores a través de la corresponsabilidad. Crear puentes y lazos entre unos y otros, cuando la brecha entre sector político y sociedad es tan fuerte, es uno de los caminos necesarios para revertir la desconfianza mutua.