El pliego de condiciones para el estudio de la reputación del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) producirán un estudio sesgado que falseará los datos de la verdadera opinión del público sobre el CSN, con lo que no servirá para averiguar las carencias de comunicación de la institución.
Para Ecologistas en Acción el CSN ha decidido hacerse trampas al solitario y encargar un estudio a su medida sobre su imagen. En efecto, se acaban de publicar los pliegos de condiciones para que las empresas opten a la realización del estudio y es llamativo que el estudio esté más pensado para devolver una buena imagen del CSN que para estudiar la visión que la sociedad tiene de este organismo. Este estudio de reputación tiene su origen en una recomendación del Comité Asesor del CSN, órgano de participación pública que tiene como fin asesorar al CSN en materia de participación, comunicación y transparencia. El CSN aceptó la propuesta y decidió emprender el estudio, pero este tiene graves defectos.
En primer lugar el CSN propone realizar una encuesta en que el 60% de la muestra de población debe pertenecer a entornos próximos a centrales nucleares, con lo que el resultado ya saldrá sesgado en sentido positivo. Hay que tener en cuenta que en el entorno de las nucleares la población suele ser favorable a estas plantas, dados los beneficios que obtiene de ellas bien a través del sueldo, puesto que muchos trabajan en las centrales o bien a través de los fondos de Enresa que van a los ayuntamientos.
Es obvio que la imagen del CSN no solo debe importar a las poblaciones próximas a las centrales sino a toda la sociedad, puesto que los accidentes nucleares afectan a zonas muy alejadas de las centrales. Además, el margen de errores estadísticos que se piden para estas entrevistas son mucho más grandes para el público en general que para las poblaciones nucleares, lo que muestra que no interesa reflejar la opinión de la mayoría de la población, sino solo de la más afín.
En segundo lugar, se propone como método de investigación complementaria dos consultas cualitativas a dos grupos de interés (stakeholders, en inglés) que el propio CSN determinará. Claramente existen más de dos grupos sociales interesados en la labor del CSN y debería ser la empresa adjudicataria la que fijara cuales son los más relevantes y cual debe ser el método de investigación sobre ellos. No es descabellado pensar que el CSN no va a elegir precisamente a dos grupos críticos con su labor.
El presupuesto que se fija para esta tarea es sencillamente ridículo (33.000 euros), lo que no da para contratar a los necesarios profesionales para analizar los datos, ni a los encuestadores… Esta es otra muestra del bajo interés que tiene el CSN por conocer la opinión del público a quien se debe.
Se trata, por tanto de un pliego de condiciones nada profesional y encaminado a obtener una respuesta a la medida de lo que el CSN desea en lugar de intentar conocer de verdad el estado de opinión respecto a esta institución y poder tomar así medidas para poder corregir los defectos de comunicación y transparencia de que el CSN adolece.