A día de hoy no existe una definición oficial de qué es una macroganja (como las que pululan por Navarra y el resto del País), aunque el término lo utilizan especialmente organizaciones ecologistas y asociaciones medioambientales para referirse a las explotaciones ganaderas de dimensiones industriales, donde se aplica un sistema de producción intensivo.
En las macrogranjas, los animales viven confinados en espacios demasiado pequeños como para alimentarlos en condiciones de salubridad y gestionar de manera segura sus excrementos. Algunos de estos animales, como los cerdos, viven en jaulas en las que no tienen espacio ni para darse la vuelta.
Esta es la realidad de este tipo de criaderos de contaminación e insalubridad y en Navarra están solicitando que se les permita seguir construyendo nuevas instalaciones de este tipo con el fin de continuar criando cerdos en condiciones de auténtico maltrato animal. Por ello, las organizaciones ecologistas se oponen terminantemente a estos proyectos.
No más macrogranjas en Navarra (ni en el resto de España)
“En Navarra no caben ni más cerdos, ni más macrogranjas, ni más mataderos industriales”, ha afirmado Lorea Flores, coordinadora de Greenpeace en Navarra. “El nuevo matadero de cerdos de Cárnicas Iruña, proyectado para Lumbier, tendría un ‘efecto llamada’, y seguirían incrementándose las macrogranjas en Navarra cuando lo que urge es cerrarlas. Este proyecto no puede llevarse a cabo”, ha añadido Flores ante la noticia de que esta empresa proyecta construir un macro matadero de cerdos en Navarra.
Según lo que se ha podido saber, el matadero, de llevarse a cabo, tendría la capacidad para sacrificar casi 1,5 millones de cerdos al año, 550 a la hora, casi el doble de la actual cabaña de porcino navarra. La actual cabaña de porcino en Navarra -769.890 cerdos, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA)- genera el equivalente a 712 piscinas olímpicas de purines cada año (2.402,6 millones de litros).
Esta ingente cantidad de excrementos contribuye de forma determinante a la emisión de gases de efecto invernadero (como el metano y el óxido nitroso), a la de amoníaco, y algo muy importante, a la contaminación del agua por nitratos, el problema más grave de contaminación que afecta a las masas de agua en España, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD).
Precisamente, la situación de la contaminación del agua por nitratos no hace más que agravarse. Tanto es así que está a punto de aprobarse un nuevo Decreto Foral en Navarra por el que se amplían las Zonas Vulnerables a Nitratos, que pasan de 99.259 hectáreas en 2020 a 247.854 hectáreas en 2025.
Es decir, en cinco años casi se ha triplicado la superficie de las ZVN en Navarra, pasando a ocupar ya el 24 % del territorio. Por este motivo, Greenpeace exige que se aplique en Navarra la Estrategia NitraCHE, de la Confederación Hidrográfica del Ebro, que establece que no se autorizarán nuevos proyectos de ganadería intensiva ni la ampliación de los existentes en las zonas más castigadas por la contaminación por nitratos.
La situación de la contaminación del agua por nitratos es tan grave que llevó al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (UE) a dictar una sentencia condenatoria contra España en marzo de 2024 por incumplimiento de la Directiva de Nitratos, y a que se celebre hoy, en el Tribunal Superior de Galicia, el primer juicio europeo por la contaminación del agua generada por la ganadería industrial y sus macrogranjas, algo que podría suceder en Navarra si se mantiene la senda actual.
Actualmente, más de la mitad de la carne que se produce en España es de cerdo y alrededor del 60 % ya se exporta. Esta producción, que solo es posible con un modelo altamente industrializado, ha colocado a España en el cuarto puesto mundial de los países que más carne de cerdo producen, solo detrás de China, EEUU y Brasil, y en el principal exportador mundial (FAOSTAT, 2023).
Para alcanzar este punto, el sacrificio de cerdos se incrementó casi un 2.000 % desde los años 60, muy por encima de cualquier otra cabaña ganadera, y las macrogranjas de cerdos en Navarra, un 29 % desde 2014 hasta 2023, según los datos ofrecidos en el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes (PRTR) del MITERD.

En Revolución Alimentaria: Urge una transición del inviable sistema actual a un MODELO ALIMENTARIO SOSTENIBLE, un informe pionero que Greenpeace presentó la semana pasada, se calcula que la producción de carne de cerdo en España debería reducirse un 88 % en España de aquí a 2050 para garantizar la transición del actual y destructivo modelo de producción de alimentos hacia un Modelo Alimentario Sostenible (MAS). El informe propone el abandono gradual de la ganadería industrial, el cierre de las macrogranjas y el fomento de la ganadería extensiva de base agroecológica, garantizando una transición justa para el sector ganadero.
Las consecuencias del actual modelo, ampliamente rechazado por la ciudadanía y principalmente por las comunidades rurales que las padecen directamente, son dramáticas y contribuyen irrefutablemente al mal estado ambiental de España, e incluso del planeta.
Tanto es así, que, según los cálculos efectuados, si seguimos la senda actual, el sector ganadero en 2050 emitiría un 20 % más de gases de efecto invernadero, debido en gran medida a que se agravaría la dependencia internacional de los piensos. Es de destacar también que, desde hace mucho tiempo y de forma reiterada, la Comisión Europea en su revisión de la aplicación de la política ambiental viene advirtiendo de que España debe “abordar la contaminación procedente de la cría intensiva de aves de corral o cerdos” como una de sus acciones prioritarias en materia ambiental.
De ponerse en marcha la transición alimentaria que defiende Greenpeace, las emisiones de gases de efecto invernadero del sector ganadero podrían bajar un 80%. Esta transformación en el sector ganadero contribuiría de forma decisiva a la reducción de un 57 % de la contaminación del agua por nitratos, no solo por la reducción de la cantidad de excrementos generada, sino también por el abandono del uso de fertilizantes sintéticos, gran parte utilizados para producir alimento para el ganado.
Esta transformación del modelo hacia uno de ganadería extensiva de base agroecológica, supondría un abandono del modelo industrial, lo que en el sector del porcino implicaría una disminución del empleo en un 70 % debido a la eliminación de la ganadería intensiva y las macrogranjas.
Sin embargo, el nuevo MAS propuesto por la organización ambientalista-que solo depende de los recursos provistos por el territorio nacional– llevaría, de manera general, a duplicar el empleo en el sector ganadero.
“Ante la grave situación de contaminación del agua por nitratos en Navarra, desde la ONG solicitamos al Gobierno que adopte desde ya una política que favorezca la transición hacia un modelo alimentario sostenible, no que siga apoyando un modelo de ganadería industrial que nos está llevando al borde del precipicio”, ha concluido Flores.
Cambios necesarios hacia un modelo alimentario sostenible
Dentro de las actuaciones propuestas en el Modelo Alimentario Sostenible, según la organización, las prioritarias para que se lleve a cabo la transición en el sector ganadero son:
- No conceder autorización a nuevos proyectos de ganadería intensiva o a la ampliación de los existentes, con especial prioridad para el cerdo. Cada nuevo proyecto que se apruebe dificultará aún más la necesaria y urgente transición alimentaria y agravará los efectos negativos de la ganadería industrial.
- Desarrollar un Plan Estratégico de Ganadería (PEG) que permita determinar la carga ganadera máxima para cada región, en función de la base territorial necesaria para mantener la actividad ganadera, y con eso reducir paulatinamente la cabaña ganadera intensiva hasta alcanzar un 50 % menos en 2030 y su eliminación total en 2050. Este plan debe permitir hacer una transición justa en el sector ganadero.
- Fomentar y adoptar la “dieta de salud planetaria”, que lleve a una aceleración de la reducción del consumo de carne, lácteos, huevos y de pescado, así como un aumento del consumo de legumbres y resto de alimentos de origen vegetal. ECOticias.com