Una nueva iniciativa promueve el Pastoreo ‘inteligente’ (que emplea aplicaciones de moviles y otras tecnologias de última generación) con el fin de prevenir y combatir incendios y proteger la biodiversidad de las zonas rurales que están marcadas por el abandono y las matorralización.
Esta es una de las formas en las que la ganaderia extensiva, es decir la que se realiza a campo abierto, se está reinventando con el fin de combinar las técnicas más tradicionales con las nuevas tecnologías. De esta manera los pastores se suman a la gestión de los territorios, a la protección de las especies autóctonas y de la biodiversidad en general, minimizan los riesgos de incendios y generan nuevas fuentes de trabajo.
Hay mucho para hacer con el pastoreo inteligente
El abandono progresivo de la actividad agraria ha transformado el paisaje. Con más de 28 millones de hectáreas de bosques, España se sitúa tras Suecia y Finlandia como el tercer país de la Unión Europea en superficie forestal. Sin embargo, ese patrimonio natural se enfrenta al riesgo creciente de grandes incendios y a la despoblación rural.
Para revertir esta tendencia, surgen iniciativas que devuelven al ganado extensivo un papel central en la gestión del territorio. Gracias a la combinación de técnicas tradicionales y tecnología, como collares GPS que permiten seguir el rebaño en tiempo real, estos programas no solo ayudan a prevenir incendios, sino que también generan oportunidades y refuerzan la vida en los pueblos.
Fijación de la población rural
Recuperar la presencia del ganado no solo ayuda a prevenir el fuego, sino que aporta múltiples beneficios al paisaje y la economía local. Así nace Naturaleza Pastoreada, que apuesta por reconciliar el uso ganadero del territorio rural con la conservación de la biodiversidad de forma sostenible. Se trata de un proyecto coordinado por la Fundación Global Nature, en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el centro Cicytex en Extremadura y la Fundación Entretantos, especializada en desarrollo rural y participación social.
Fernando Allende Álvarez, investigador especializado en Biogeografía de sistemas montañosos en la UAM, que colabora en el proyecto, resume a SINC sus objetivos: “Lo que tratamos de ver es cómo el aprovechamiento sostenible a través del pastoreo extensivo contribuye a la conservación de las especies, tanto animales como vegetales”.
El trabajo de este equipo finaliza este mes de septiembre tras cuatro años de trabajo y se ha desplegado en distintas fincas piloto distribuidas en comunidades como Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León o la Comunidad Valenciana. En ellas se experimenta con diferentes formas de manejo ganadero, siempre en colaboración con propietarios locales.
Un ejemplo es una finca de la propia Fundación Global Nature en el ‘El Baldío de Talaván’, en Extremadura, donde se practica lo que llaman ‘pastoreo holístico’ y se mantienen razas autóctonas como la vaca blanca cacereña o la oveja merina negra.
El planteamiento, explica Allende, se aleja del aprovechamiento intensivo de décadas pasadas: “Ahora se trata de hacer un pastoreo un poco más racional, optimizando el uso del recurso”. Para ello, el proyecto combina dos enfoques: por un lado, encuestas y consultas con ganaderos y comunidades rurales; por otro, un seguimiento científico que analiza la relación entre pastoreo y las especies de interés para la conservación.
En el ‘El Baldío de Talaván’, en Extremadura, se practica lo que llaman ‘pastoreo holístico’ y se mantienen razas autóctonas como la vaca blanca cacereña o la oveja merina negra. Los efectos, advierte el investigador, no son inmediatos: “Requiere tiempo y monitorizar durante cinco, seis o siete años. Solo entonces podrás evaluar realmente la evolución del territorio. No buscamos modelos, sino resultados reales”.
Pastoreo rentable, territorio vivo
El proyecto incluye hasta 45 iniciativas de comercialización diferenciada, orientadas a fomentar alianzas tanto regionales como nacionales, y a aumentar la rentabilidad y visibilidad del pastoreo y sus productos derivados.
“Si no existe productividad y rentabilidad económica, no se fija población”, señala Allende. La idea es impulsar cadenas productivas ligadas a los rebaños y a sellos de calidad o denominaciones de origen, de modo que el valor añadido de la carne, la leche o el queso repercuta en las comunidades locales. “No se trata de volver a un pastoreo esclavo, sino de un pastoreo moderno, con tecnología, que permita ir al cine o al teatro después de trabajar con el ganado”, añade.
Un ejemplo es el de los ganaderos Jesús y Eva, que crían oveja churra, una raza autóctona en peligro de desaparición. Su quesería en Fuentes de Nava elabora queso castellano tradicional y, a través de su rebaño, ayudan a conservar los pastizales y a promover un aprovechamiento sostenible del territorio.
Otro de los ejemplos tangibles está en la Laguna de la Nava donde se comercializan lentejas y garbanzos con sello de calidad. Sin embargo, Allende recalca que la aceptación local ante estos proyectos debe cuidarse: “No dejas de ser el urbanita que entra en su territorio. Ganarte la confianza lleva tiempo”.
GPS con los que controlar a los rebaños
En paralelo a este proyecto, su grupo en la UAM desarrolla collares GPS y sistemas de transmisión adaptados a zonas de montaña con escasa cobertura. “El objetivo es abaratar costes y ofrecer a los pastores herramientas tecnológicas que faciliten su labor sin depender de satélites comerciales”, afirma el científico.
El proyecto piloto ya se ha ensayado junto a explotaciones de ganadería extensiva, ya que los collares permiten a los pastores seguir en tiempo real la ubicación del rebaño desde el teléfono móvil o la tableta. Los collares permiten a los pastores seguir en tiempo real la ubicación del rebaño desde el teléfono móvil o la tableta
Paralelamente, otras iniciativas en España aplican esta tecnología GPS al pastoreo con fines de conservación y gestión del territorio. El Proyecto Boviex 4.0, desarrollado en la finca de Riosequillo, equipa a decenas de vacas con dispositivos GPS para analizar el comportamiento del ganado y optimizar el uso de los pastos en ganadería extensiva, para construir a la conservación de los ecosistemas locales.
En la Comunidad de Madrid también se ha puesto en marcha un programa de pastoreo inteligente que combina técnicas tradicionales con collares GPS solares. Este sistema permite a los ganaderos ubicar en tiempo real a cabras, ovejas y vacas.
Custodia activa de los montes
Paralelamente, el proyecto RECONECTA trabaja en provincias como Soria, Cuenca y Teruel, con el objetivo de reactivar montes infrautilizados y conectar a los propietarios con la gestión sostenible. Julia de Miguel, de la Fundación Global Nature, explica que: “No se trata solo de gestionar tierras, queremos que cada monte sea un territorio vivo, que conserve su biodiversidad y ofrezca oportunidades económicas y sociales a quienes lo habitan”.
Entre sus metas destacan movilizar más de 8 500 hectáreas de recursos forestales, generar 80 agrupaciones de titulares, diseñar 125 planes de bioeconomía, destinar 1 500 hectáreas a ganadería extensiva y 225 a apicultura, y crear una red interprovincial de montes demostrativos.
En estas regiones han impulsado que pequeños propietarios recuperen sus fincas y se organicen en unidades de gestión viables. “Esto permite abrir espacios para la ganadería extensiva, frenar la matorralización y el riesgo de incendios, fomentar la apicultura y el aprovechamiento sostenible de la madera y la biomasa, y generar nuevas oportunidades económicas en territorios con menos de 8 habitantes por km²”, aseguran desde la Fundación.
“Acompañamos a los propietarios en la puesta en marcha de iniciativas que van desde la madera y setas hasta el pastoreo extensivo o el turismo de naturaleza, para monetizar los servicios del bosque sin perder sus valores”, indica de Miguel.
Combatiendo incendios
El abandono del campo desde mediados del siglo XX ha favorecido la ‘matorralización’ y acumulación de material combustible, uno de los caldos de cultivo que han favorecidos los grandes incendios de este verano. “Los verdaderos apagafuegos que había antes eran el ganado desbrozando, limpiando, dejando las superficies funcionales”, reflexiona Allende
Aunque hoy no hay cabezas de ganado suficientes para cubrir todo el territorio, el investigador defiende intervenciones estratégicas: “Si ves que una zona se quema reiteradamente, tienes que hacer algo. Meter un rebaño de cabras en una divisoria durante 60 días puede marcar la diferencia”.
En la misma línea, el Proyecto Reactiva Brañosera busca recuperar la multifuncionalidad de los bosques y pastos de un territorio marcado por el abandono rural. Brañosera es reconocido como el primer municipio de España, y cuenta con más de 1.200 años de historia.
El catedrático Óscar Santamaría Becerril, de la Universidad de Valladolid (UVA), explica que la elección de esta localidad respondió a la implicación directa del Ayuntamiento y al interés de sus vecinos: “Contábamos con la predisposición de los habitantes y su conocimiento profundo del territorio y sus actividades socioeconómicas”. Participan, además, la Fundación Santa María la Real, que coordina el proyecto, y la Fundación Ávila.
Con apenas 254 habitantes repartidos en cinco núcleos, y con el 85 % de su superficie cubierta por bosques y pastos comunales, Brañosera enfrenta problemas similares a los detectados en otras zonas rurales: pérdida de biodiversidad y riesgo de incendios.
Desde principios de 2024 y hasta finales de este año, buscan revertir esta situación mediante actuaciones en el campo, desde desbroces controlados y claras en bosques hasta la implantación de praderas. “Con estas actuaciones esperamos incrementar la oferta forrajera, mejorar las propiedades de los suelos, aumentar la biodiversidad y reducir el combustible leñoso”, argumenta Santamaría.
Apicultura digitalizada
El proyecto incorpora tecnologías novedosas como colmenas digitalizadas, biochar -carbón vegetal- y la implantación de una pradera que permiten unir sostenibilidad ecológica y oportunidades económicas. Según Santamaría, las colmenas digitales facilitan el seguimiento remoto de la actividad apícola y ayudan a mantener la polinización en la zona.
“El sistema de digitalización implantado para el seguimiento en remoto de la colmena es novedoso en sí mismo, ya que no es común su uso entre los apicultores, incorpora una red sensorial basada en tecnología abierta para monitorizar la temperatura interior y exterior en el colmenar y su precio es muy inferior a los que se comercializan”, dice el catedrático de la UVA.
Por su parte, el biochar, producido con restos de poda y claras de los bosques, mejora la fertilidad de los suelos, fija carbono y aumenta la productividad de los pastos.
En cuanto a la implantación de pradera, esta medida se propuso ante la falta generalizada de leguminosas, como la que ocurre en los pastos de la zona. Además, el proyecto tiene un impacto directo en el empleo local, ya que el Ayuntamiento ha formado y contratado una cuadrilla forestal encargada de llevar a cabo las actividades silvopastorales.
Por último, Reactiva Brañosera impulsa exposiciones, escuelas de pastores y jornadas de formación, que fortalecen el relevo generacional y el conocimiento local. “El contacto continuo entre productores y científicos ha permitido un flujo de información en ambos sentidos. Mantienen viva una tradición que da identidad a la zona y que resulta clave para su equilibrio ecológico”, subraya Santamaría.
Participación local en el pastoreo
Los productores y ganaderos han tenido un papel central desde el diseño hasta la ejecución de las actuaciones, al definir dónde y cómo implementar los manejos sostenibles.
Los productores y ganaderos han tenido un papel central desde el diseño hasta la ejecución de las actuaciones, al definir dónde y cómo implementar los manejos sostenibles
“El ideal sería que se reconociera el valor que aportan los productores rurales a los servicios ecosistémicos, reflejándose en su rentabilidad y atrayendo nuevos trabajadores a estos sectores”, afirma Santamaría.
De la unión de la ganadería extensiva y sus técicas más tradicionales con las nuevas tecnologías surgió una nueva metodología llamada pastoreo inteligente, que se está convirtiendo en un aliado imprescindible, ya que permite ayudar a los pueblos del ámbito rural a tener mayores opciones de progreso y de empleo, al tiempo que promueve varias inicativas para proteger la biodiversidadas y evitar los incendios. ECOticias.com