La sobreexplotación pesquera ha mostrado una tendencia ligeramente a la baja en los últimos años, según diversos informes técnicos y evaluaciones de organismos internacionales. Sin embargo, la FAO mantiene la alerta debido a que esta mejora, aunque significativa, sigue siendo insuficiente para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de los ecosistemas marinos.
La reducción del porcentaje de poblaciones explotadas por encima de su rendimiento máximo sostenible refleja los esfuerzos de ciertos países por implementar políticas de manejo responsable, como cuotas más estrictas, vedas temporales y sistemas de monitoreo más eficientes.
El texto cifra en 21.500 millones de dólares la cifra de ingresos que generan tanto la pesca como la acuicultura conjuntamente, que representan el 26 % del empleo total del sector.
A pesar de estos avances, la organización advierte que la recuperación es desigual y que muchos caladeros continúan bajo una fuerte presión causada por la demanda creciente de productos del mar, la pesca ilegal y la insuficiente capacidad de control en zonas de alta mar.
Sobreexplotación pesquera se reduce pero sigue siendo crítica
La sobreexplotación pesquera en el Mediterráneo y el Mar Negro se situó en el 52 % en 2023, frente al 87 % de hace una década, lo que supone una mejora sustancial aunque la presión sobre las especies marinas sigue siendo un desafío importante, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
La FAO dio a conocer este viernes su informe bienal sobre el «Estado de la Pesca en el Mediterráneo y el Mar Negro (SoMFI 2025)», que actualiza la situación, tendencias y gobernanza de la pesca y la acuicultura en estas regiones, actividades que en 2023 generaron en conjunto más de dos millones de toneladas de productos del mar.
El texto cifra en 21.500 millones de dólares la cifra de ingresos que generan tanto la pesca como la acuicultura conjuntamente, que representan el 26 % del empleo total del sector.
De estos, las mujeres representan el 29 % de todos los empleos a lo largo de la cadena de valor, mientras que los jóvenes representan menos del 7 % de la fuerza laboral en la mitad de los países de la región.
Los niveles globales de producción de la pesca de captura se han mantenido, a su vez, estables en los últimos años, con una producción que ha fluctuado alrededor de un millón de toneladas por año durante la última década.
Mientras, la proporción de producción acuícola marina y de aguas salobres ha ido aumentando de forma constante desde 2019. Concretamente, alcanzó 940.000 toneladas en 2023, lo que representa más del 45 % de la producción total de alimentos acuáticos en la región.
Asimismo, los desembarques regionales se han estabilizado en general, aunque varios países, como España e Italia, han experimentado descensos notables en las capturas.
Igualmente, el informe también señala que en la última década, la Comisión General de Pesca del Mediterráneo (CGPM, en inglés) y sus miembros han impulsado numerosas medidas de gestión pesquera y acuícola que han reducido a la mitad la presión pesquera.
También señalaron que de cara al futuro, el sector enfrenta retos significativos, como el hecho de que la rentabilidad siga siendo desigual e incluso en algunos segmentos marginal, con una fuerza laboral que envejece y un porcentaje limitado de mujeres y jóvenes.
Más acuicultura y menos jóvenes y mujeres en el sector pesquero
Otro desafío es la producción acuícola, que si bien atrae mayor interés de las generaciones jóvenes, presenta riesgos significativos debido al cambio climático, el impacto de patógenos y especies no autóctonas, y marcos legales complejos y heterogéneos que limitan las inversiones y el crecimiento potencial, según la FAO.
En general, concluye el organismo de Naciones Unidas, la producción de alimentos acuáticos en la región deberá aumentar entre un 14 % y un 29 % para 2025, con el fin de satisfacer la demanda del crecimiento poblacional y garantizar que todos los países alcancen al menos los niveles promedio de consumo per cápita actuales a nivel mundial.
La producción de alimentos acuáticos en la región deberá aumentar entre un 14 % y un 29 % para 2025
La FAO subraya que, aunque la sobreexplotación no aumenta al ritmo de décadas anteriores, el riesgo de retrocesos sigue presente si no se refuerzan las medidas actuales. El fortalecimiento de la cooperación internacional es clave para enfrentar actividades no reguladas y promover prácticas de pesca responsable, especialmente en regiones donde los recursos pesqueros son una fuente vital de empleo, alimento e ingresos.
Asimismo, la organización insiste en la importancia de mejorar la trazabilidad de los productos pesqueros, impulsar la acuicultura sostenible y aumentar la inversión en tecnología de observación y control marítimo. Solo mediante un seguimiento constante y políticas integrales será posible consolidar la tendencia positiva y asegurar que la disminución de la sobreexplotación se convierta en una recuperación real y duradera. Seguir leyendo en ECOticias.com / EFE














