Todos los galardonados han agradecido estos premios como respuesta al trabajo sus equipos y han valorado los esfuerzos que se han hecho por mantenerlos a pesar de las dificultades.
Las distinciones Severo Ochoa y María de Maeztu son el mayor reconocimiento de la investigación científica dirigida a centros y unidades de excelencia en España. Los centros y unidades acreditados destacan tanto por el impacto internacional de las contribuciones científicas que realizan como por su capacidad innovadora y su intensa relación con el entorno social y económico.
Durante el acto de entrega Carmen Vela ha anunciado que en la próxima convocatoria las acreditaciones contarán con 52 millones de euros, 32 millones más que el año pasado y ha destacado que estos premios “no son solo a los que mejor investigación científica hacen en España, ya que están entre los mejores del mundo en su especialidad y son capaces de competir a nivel internacional y atraer tanto los mejores recursos de las empresas privadas como mecenazgo para sus proyectos”.
Los dos centros que han recogido la distinción Severo Ochoa son el Instituto de Física Corpuscular, centro mixto del CSIC y la Universidad de Valencia, y el Instituto de Bioingeniería de Cataluña. Estos centros e suman a los 18 que ya consiguieron la acreditación de excelencia en ediciones anteriores y recibirán un millón de euros anual durante los próximos cuatro años.
Las unidades de investigación seleccionadas en la modalidad María de Maeztu han sido el Instituto de Ciencia del Cosmo de la Universidad de Valencia, el Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud e la Universidad Pompeu Fabra, el Centro de Investigación Física de la Materia Condensada de la Universidad Autónoma de Madrid, el Departamento de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid, la Unidad de Biología Estructural del CSIC, y el Barcelona Graduate School of Matheatics del Consorcio Centro de Recerca Matemática.
Todos los galardonados han agradecido estos premios como respuesta al trabajo sus equipos y han valorado los esfuerzos que se han hecho por mantenerlos a pesar de las dificultades las que se ha visto sometida la ciencia en los últimos años. También han puesto de manifiesto la importancia de valorar y cuidar a los científicos, jóvenes y veteranos, que han trabajado durante todo este tiempo en circunstancias muchas veces precarias. Algo que para Carmen Vela “es fundamental” y ha asegurado que “las personas han sido la gran preocupación durante todos estos años y lo seguirán siendo hasta el final”.
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